No siempre podemos controlar lo que hace que no seamos exitosos

Es posible que los atributos con los que se nace impidan quedarse con un trabajo o avanzar en una compañía, ponerlo en la cola de los despidos o moldear un número de resultados adicionales
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Es vital que equilibremos el interés de los patrones en tomar decisiones más eficaces en el lugar de trabajo con inquietudes más amplias sobre justicia y consecuencias involuntarias. Foto: Getty
Es vital que equilibremos el interés de los patrones en tomar decisiones más eficaces en el lugar de trabajo con inquietudes más amplias sobre justicia y consecuencias involuntarias. Foto: Getty
Buena parte del trabajo en ciencias sociales intenta identificar atributos que causan que los individuos actúen de ciertas formas, desde sacar buenas calificaciones en la escuela, hasta tener un buen desempeño en el trabajo. 
 
Históricamente, la mayoría de los estudios sobre el lugar de trabajo fue realizada por psicólogos. Pero con el auge de los grandes datos, el esfuerzo ahora es encabezado por economistas, ingenieros de datos, operadores de tecnología de la información y cualquiera que tenga acceso a los datos, incluyendo un número siempre creciente de vendedores que pronuncian emocionantes afirmaciones sobre los beneficios de su software de predicción.
 
Hasta una pequeña mejora en la precisión de la predicción puede valer millones de dólares para compañías que contratan decenas de miles de personas por año. Estas herramientas son especialmente atractivas para las empresas de servicios y venta al por menor porque tienen muchos empleados y rotación muy elevada.
 
Pero muchos de los atributos que pronostican buenos o malos resultados no los podemos controlar. Algunos son cosas con las que nacimos, al menos en parte, como el IQ o la personalidad, o dónde y cuándo fuimos criados. 
 
Es posible que esos atributos le impidan quedarse con un trabajo o avanzar en una compañía, ponerlo en la cola de los despidos o moldear un número de resultados adicionales.
 

¿Qué diferencia tiene si esas predicciones son correctas?

 
Primero está la cuestión de la justicia. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, alguien no se queda con un trabajo porque fue criado por un solo padre, factor que se ha visto que afecta la probabilidad de que una persona vaya a robar?
 
En segundo lugar está la cuestión de la motivación. Si creo que las promociones, despidos y demás decisiones sobre mi empleo están fuertemente influenciados por factores que no puedo controlar, como la personalidad o el IQ ¿Cómo afecta esto mi disposición para trabajar duro?
 
Finalmente, las predicciones en el lugar de trabajo están lejos de ser perfectas. Muchas veces tan sólo son un poco más certeras que la suerte, y sólo explican una fracción de las diferencias en el comportamiento de la gente.
 
Desde hace mucho los psicólogos han pensado sobre las consecuencias éticas y morales de sus pruebas. Los nuevos estudios con grandes datos y los vendedores que los ofrecen no lo han hecho. Es vital que equilibremos el interés de los patrones en tomar decisiones más eficaces en el lugar de trabajo con inquietudes más amplias sobre justicia y consecuencias involuntarias.
 
Peter Cappelli es profesor de administración en la Escuela Wharton y autor de "The India Way", su libro más reciente.
 
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