Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

22 Nov, 2014

Justificaciones sobre el bajo crecimiento económico

El día de ayer se dieron a conocer los datos de crecimiento económico al tercer trimestre de 2014. Los resultados fueron más en línea con el desempeño durante el primer semestre que con el pronostico para fin de año. Es decir, lo que observamos es un aumento gradual en la tendencia de la tasa de crecimiento y no un cambio abrupto.

Este dato confirma que la economía está en un proceso de recuperación; pero no se vio la tasa de crecimiento para el tercer trimestre; y no se va a dar el pronóstico para el cuarto trimestre que era necesario para llegar a 2.7% de crecimiento para 2014 que se pronostico en julio pasado.

Nuevamente, en 2014 tenemos el mismo proceso que se dio en el 2013 de reducción trimestral de las expectativas de crecimiento que se tenía a principios de cada año. De hecho en su boletín la SHCP define un rango de estimación de crecimiento para 2014 de 2.1 a 2.6%.

En particular, lo que se ve en cuanto a dinamismo de la economía es que, cuando se comparan los primeros nueve meses de 2014 con los primeros nueve de 2013, la tasa de crecimiento fue de 1.9%. Lo que observamos es que la tasa de crecimiento durante el año ha ido en aumento, pero todavía no llegamos a romper el nivel de 2.0%.

Con el 25% del año por delante, la pregunta es ¿qué tanto podrá influir esa parte en el crecimiento promedio de 2014? Para que influya de manera significativa, tendría que ser un cambio abrupto. Este escenario no se ve probable. Por lo anterior creo que el crecimiento para el año va a estar en el rango inferior, es decir cercano a 2.2%.

En cuanto a la estructura del crecimiento, el sector más dinámica es el de las actividades primarias, que incluye sectores como la agricultura que creció 3.9% en los primeros nueve meses. El sector de las actividades terciarias que incluye al sector comercio y a los servicio creció un 2.0%, es decir cercano al promedio. Por último, el sector secundario que incluye la minería, la manufactura y a la construcción fue el menos dinámico con 1.6%.

En este último caso el sector que tuvo una contracción el último trimestre fue el de minería, influenciado por la producción petrolera. Lo que nos muestran los datos es que sí hay un problema grave en este sector. Hay evidencia de lo importante que es la Reforma Energética como un mecanismo de mantenernos vigentes más que para ser los líderes.

Lo otro que muestran los datos es que variaciones con respecto al mismo trimestre del año anterior en actividades secundarias y terciarias seguimos estando muy por debajo de 2011 y 2012.

Para mí este dato no es del todo sorprendente, ya que, en los datos que se dieron a conocer previamente, no se veía que hubiera un cambio abrupto en las variables económicas. Por ejemplo, se puede incluir el comportamiento del índice de confianza del consumidor y del productor y el dato de la actividad industrial. Hay congruencia.

Nos estamos perfilando en 2014 a un crecimiento que puede llegar al promedio de 2000 a 2012. La pregunta es, ¿quién es el culpable? ¿Somos nosotros o es el contexto? Cuando contrastamos la realidad de los datos con las explicaciones que ha dado el gobierno durante el año, notamos que el argumento es que los efectos negativos, según ellos, no son atribuibles a la administración. Por ejemplo, han mencionado que parte del problema es que el entorno internacional adverso, cuando menos para este trimestre, fue la producción petrolera.

Si bien esto sucede a menudo, está documentado en la literatura académica y se le conoce como el Self-serving bias o, puesto de otra manera: que no es mi culpa.

Un caso relevante está documentado en la revisión de los informes anuales de empresas que cotizan en la Bolsa. En la sección del informe del Director General, cuando una empresa tuvo un excelente año, ahí se lee si se debió a su gran trabajo, a las muy buenas decisiones, al gran esfuerzo, etc.

Lo anterior contrasta cuando el comportamiento de la empresa fue malo. La explicación del directivo es que se debió a variables externas como el tipo de cambio, a la intervención del gobierno, a lo que pasa en China, etc.

Es decir: el éxito lo atribuimos a nosotros y el fracaso a situaciones externas.

Sobre este mismo comportamiento hay evidencia en la escuela. Cuando un alumno tuvo excelentes calificaciones recalca su esfuerzo, pero cuando le va mal argumenta que el examen era confuso, es decir: fue el profesor.

Creo que es un buen marco conceptual para entender la situación.

*Director General del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

 

 

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