¿Cómo deben limpiarse los oídos?

CIUDAD DE MÉXICO.- Los oídos son una parte muy sensible de la anatomía humana, y su higiene es esencial para mantenerlos saludables, sin embargo, muchos desconocen la forma correcta de limpiarlos.

 

 

El oído está diseñado para producir cera, también llamada cerumen, que captura y evita el paso de partículas extrañas al oído interior. El cerumen lubrica, ofrece una sensación de sequedad en el oído y tiene propiedades antimicrobianas.

 

Así, los oídos tienen un sistema natural de limpieza que permite que la cera que se va fabricando vaya saliendo poco a poco y se elimine. La mejor manera de limpiar el oído es dejar que actúe este proceso natural.

 

Generalmente  la gente recurre a utilizar hisopos de algodón para tratar de limpiar el cerumen del oído, pero esto puede ser contraproducente ya que puede empujar la cera alojada en la parte exterior del oído hacia el interior, provocando obstrucciones.

 

 

Limpiar de forma incorrecta el oído puede provocar lesiones que pueden ir desde un simple tapón de cerilla, hasta infecciones, perforaciones u otro tipo de lesiones más graves.

 

El uso de hisopos en el aseo de oídos no es estrictamente necesario, ya que el mecanismo de autolimpieza del conducto auditivo es sumamente eficiente, según afirmó a Salud 180 el experto  Jorge Centeno Huamán, médico otorrinolaringólogo del Hospital Cayetano Heredia del Ministerio de Salud (MINSA).

 

Sin embargo,  el cerumen puede convertirse en un problema, ya que al acumularse, puede afectar la audición y causar malestar. 

 

Ante esto, los otorrinolaringólogos recomiendan que en caso de tener un tapón de cerumen, es recomendable visitar a un experto en salud auditiva, para que sea él quien te lo extraiga, ya que el médico cuenta con el equipo y la experiencia necesaria para limpiar el oído sin causar algún daño.

 

 

El uso de hisopos es recomendable sólo para la zona externa de la oreja. De acuerdo con la experta Beatriz de Caballero, del Centro Audiológico Médico, los hisopos ayudan a limpiar sólo los conductos externos y nunca se pueden introducir más de lo recomendado, pues de lo contrario podrían provocar daños u otitis. También puedes utilizar una toalla o paño húmedo, agua tibia y jabón, cuidando no introducir ningún objeto al oído.