Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

8 Dic, 2014

¿Y el fondo Sonora?

Dicen que en México todo se diluye, pero creo que depende de cómo se coordinen el sector público y el sector privado para lograrlo; del grado de información con que cuente la sociedad; de la dispersión de recursos para mitigar impacto económico y de eliminar a los grupos políticos que se quieren colgar de todo para sacar raja.

Justo por eso, le comento cómo va la remediación económica del derrame de sulfato de cobre que ocurrió el 6 de Agosto de 2014, en un represo en construcción, a diez kilómetros de la Mina Buenavista, de Grupo México que preside German Larrea.

De hecho, el derrame y el tratamiento que se ha dado al cauce del río Sonora conforme a la recién aprobada Ley de Responsabilidad Ambiental, ha sentado el primer precedente legal y económico de que la Ley y la coordinación públicoprivada —encabezada por la Semarnat que lleva Juan José Guerra Abud— funcionan.

En cuatro meses, el fideicomiso que coordina el subsecretario de Planeación y Política Ambiental, Rodolfo Lacy Tamayo, y así como le comenté que el evento estaba siendo observado por los inversionistas del sector minero, particularmente interesados en entrar al sector de hidrocarburos, le comento que también la Secretaría de Economía, que lleva Ildefonso Guajardo, reconoce que se ha restablecido la actividad económica que en el primer mes llegó a caer hasta el diez por ciento de su potencial PIB.

La coordinación del comité técnico, presidido por el subsecretario de Planeación y Política Ambiental, Rodolfo Lacy Tamayo, ha dispuesto 480 millones de pesos, del 6 de agosto a la fecha, para el Instituto  Nacional de Ecología y Cambio Climático.

En primera, la contingencia atendida permitió probar que la ley funciona y quien dañe el medio ambiente lo tiene que pagar. En este caso, se probó el daño y lo hizo el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, quien determinó que el daño ocasionado por el accidente en la División Minera de GMéxico, que lleva dispersados 480 millones de pesos, de acuerdo a la evaluación económica realizada por la Sagarpa,  de Enrique Martínez y Martínez, se pagaron 19 mil 687 cheques a las personas, empresas y productores agrícolas de un universo de 23 mil que viven de la cuenca del Río Sonora, de más de 200 kilómetros, y su afluente, río Bacanuchi. El recurso, ya entregado, representa cinco veces el PIB del Río. ¡Eso es histórico!, ¿no?

¿Y sabe por qué el precedente es más importante? Porque se aplicó la Ley y se convenció a la empresa de cubrir el daño y remediarlo antes de litigarlo. Hoy, tendrá que hacer una segunda aportación al Fideicomiso de río Sonora, pues el fideicomiso tiene autorizados en total 945.8 millones de pesos para su dispersión puntual.

Reparación ambiental y pago de daños materiales a los habitantes ribereños de los siete municipios.

Cabe mencionar que, además, ya ha terminado la mayoría del reparto de agua potable. El equipo de Profepa y los más de mil 300 trabajadores han limpiado el río y con la ayudadita de Odile y la precipitación que ocasionó, en octubre la Cofepris de Mikel Arriola, reconoció que el agua del río es potable.

Esto no quiere que ya se ha terminado la emergencia. En realidad, ahora inicia la remediación, pues están yendo al fondo. La Ley establece que la empresa que cause daño debe repararlo para que regrese al estado basal que tenía antes del 6 de agosto. El INECC, que lleva María Amparo Martínez, realizó la valuación del daño, estimando un impacto económico de 11 mil 800 millones de pesos; pero la decisión de constituir el fideicomiso y que su comité técnico determine cuánto se va pagando a las personas para cubrir el daño económico de la clausura de pozos de agua y prohibición de animales de abrevar en el río o sus lechos de agua.

De ahí que GMéxico optara por la opción que le presentaron, de “irle poniendo al gasto” y cuando cada que se ejerzan 500 millones de pesos, pone otro tanto igual. Además la supervisión de las medidas de ingeniería y monitoreo para limpiar el río, y la evaluación de las rutas de exposición a personas, animales, cultivos, las definen y supervisan expertos en ecología e impacto ambiental de la UNAM, Unison y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Agréguele que, en tiempo récord, se recuperaron datos geológicos  y de calidad de agua, para realizar la propuesta de limpieza y retiro de sulfatos. Pero todavía falta resolver el problema de dispersión del metal pesado, aunque existe evidencia de que casi todo el material de lexiviación llegó a la presa El Molinito, de donde se manda a la represa Abelardo L. Rodríguez, de donde se lleva agua a Hermosillo y Obregón. Se sabe que el proceso de limpieza y retiro de metales pesado puede llevar hasta 10 años. No perdamos de vista que hoy El Molinito es el cuerpo de agua más impactado y, prácticamente, cerrado, junto con los 18 pozos que surte.

La empresa no ha comunicado qué ha hecho dentro de la instalación minera para que no vuelva a ocurrir un desastre, inversión distinta del pago al Fideicomiso. No obstante, la Profepa está encima para que sus operaciones reduzcan a cero el impacto ambiental.

De Fondos a Fondo

El presidente y CEO de Embraer, Paulo Cesar de Souza e Silva, estará en México el 10 de diciembre para entregar el avión número 1,100 Embraer 190, de casi 100 pasajeros a Aeroméxico que preside Eduardo Tricio y dirige Andrés Conesa. De hecho, lo relevante es que este diciembre Embraer se lleva los últimos Emb-145, los chiquitos que a nadie gustaban pero que en su momento, permitieron desarrollar el mercado regional. Hoy ha aumentado de cuatro a ocho sus bancos de conectividad, incluyendo los novedosos de Monterrey y, se supone que cerrarán con 12. No se deshacen de Embraer, sino que toman los equipos más grandes y,  si considera que  84% de las operaciones y 54% de la oferta de asientos en el mercado doméstico lo sirven con los equipos brasileños, es evidente que están realizando toda la renovación de la flota para tener más capacidad, con menor uso de combustible. Es claro que desean ampliar el uso de sus slots; sin duda será una ventaja que entre la nueva flota de Boeing 737 Max de nueva generación, con capacidad de 200 pasajeros. El primero llegará en 2017. Así que hay Embraer para rato.

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