Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

8 Dic, 2014

Los gobiernos no cuidan la economía

Desde hace muchos sexenios, probablemente desde la época de los 70, los gobiernos dejaron de cuidar la economía; ignoraron desde entonces que de ahí se genera el bienestar de la población.

Y muy caro se ha pagado esa falta de cuidado: a las crisis económicas siguió la falta de crecimiento y con ello más de la mitad de la población cayó en la pobreza y cuando menos uno de cada cuatro, en la pobreza extrema.

La realidad es que las principales acciones de los gobiernos deben enfocarse a cuidar la seguridad y a cuidar que la economía funcione adecuadamente. Y nada más.

En materia de seguridad el fracaso es evidente.

No funcionan bien ni los cuerpos policiacos ni los ministerios públicos ni muchos de los jueces.

Y en economía, parece imposible salir de la mediocridad: crecimientos mediocres, generación de empleos mediocres, ingresos mediocres, infraestructura mediocre, nivel de vida mediocre.

Para que la economía funcione bien los gobiernos necesitan:

1.- Garantizar el Estado de derecho.

Esto supone que todos, empezando por el gobierno, sean iguales ante la ley y que ésta se aplique siempre, tanto para los delitos graves como para las infracciones cotidianas, de las de tránsito para arriba.

Pero en el México de hoy y desde hace décadas, la aplicación de la ley es tarea casi imposible. Los grandes delincuentes ni siquiera son tocados y el delito común, el robo, el fraude ni se castigan porque ni siquiera se denuncian. El ciudadano sabe que aún con denuncia no pasará nada.

Ninguna economía funciona bien cuando la ley no se aplica y es significa que los derechos de propiedad de todos están en entredicho.

2.- Manejar una política tributaria en la que todos paguen impuestos.

En México la carga tributaria se ha cargado siempre sólo por los llamados causantes cautivos y a todos los gobiernos les han faltado tamaños y visión para aplicar un impuestos al consumo en el que todos paguen de acuerdo con lo que consumen y se han centrado, al contrario de lo que se hace en el mundo, en impuestos a grupos de ciudadanos o a grupos de productos. Por eso los gobiernos mexicanos aman el Impuesto Sobre la Renta y los Impuestos Especiales para Producción y Servicios.

3.- Mantener unas finanzas públicas sanas.

Esta es una historia reciente en México. Apenas desde 1995 luego de la crisis económica del inicio del sexenio de Ernesto Zedillo se tomó la determinación de equilibrar el gasto con el ingreso a niveles razonables.

Eso se ha mantenido y es casi lo único en lo que los gobiernos mexicanos han sido consistentes.

El problema es que las finanzas públicas sanas es una condición indispensable, pero no suficiente para que la economía funcione bien.

La principal falla en este panorama radica en la incapacidad gubernamental para cumplir la ley y para aplicarla a los ciudadanos.

En México la aplicación de la ley es relativa: no se aplica a políticos de altos vuelos ni a los ricos; tampoco, a los pobres que se organicen en grupos sociales o se salgan del marco de la ley y se opongan al gobierno delinquiendo, con tomas de carreteras, casetas, edificios o se refugien en los derechos humanos malentendidos y manipulados para evitar el cumplimiento de la ley.

En este clima de ilegalidad la inversión crece poco, los monopolios prosperan, la economía no crece y la mayoría sigue en la pobreza.

Ésta es la única salida: un país donde la ley se aplique y donde todos, gobernantes y gobernados se levanten diariamente con el firme propósito de respetar la ley.

De otra manera, la economía no funciona y el nivel de vida de la población se mantiene en la mediocridad cuando no en la pobreza.

Hasta el próximo lunes con nuevas Perspectivas.

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