Cinco consejos para evitar la comida cuando no tienes hambre

Ciudad de México.- Comer cuando no tenemos hambre es un mal hábito, pero es bastante común, ya sea que estemos aburridos o mientras vemos la tele, si hay algo disponible de comer a nuestro alcance, lo ingerimos sin tener estar verdaderamente hambrientos.

Las tentaciones siempre están ahí, a unos pasos de distancia. El refrigerador nos llama a abrirlo y buscar algo para pasar el rato, para entretenernos, o porque simplemente tenemos un antojo. A veces, pensar en que no debemos comer sin tener hambre no es suficiente, eso no nos detiene.

A continuación, te presentamos cinco consejos para no comer cuando no tienes hambre.

Identifica de qué tienes hambre. Comer puede ser sólo el pretexto para sustituir algo que no tenemos. En este caso, debemos reflexionar bien si vamos a comer porque realmente tenemos hambre o es antojo, o tal vez, es el síntoma de algo más. Es decir, puede ser que lo que realmente necesitamos es un abrazo, una relación, o pasar tiempo con los amigos.
Habla con la comida. Podrá parecer tonto, pero es algo que debemos intentar. Cuestionar a la comida si ella nos abrazará, amará o será nuestra mejor amiga, es el primer paso para obtener la respuesta, que por anticipado, ya se sabe: No. Un pastel puede ofrecer un momento de placer, pero no va más allá, y mucho menos, podrá ser sustituto de las necesidades afectivas.
Luego viene el arrepentimiento. Así es, luego de comer, lo más normal es tener esa sensación de arrepentimiento por haber comido algo que no se necesitaba. Una rebanada de pastel puede satisfacer por un momento, pero al final, las necesidades afectivas se quedarán. Antes de comer, es mejor recordar la mala sensación que viene después.
Alimenta el hambre verdadera. Como sabemos, comer para evitar sentir soledad, desamor o tristeza no es la respuesta. En este caso, toca reflexionar sobre lo que realmente necesitamos, y cómo vamos a enfrentar esos sentimientos. No hay nada que no pueda ser manejado por nosotros. Lo peor que podemos hacer es ser presa de los sentimientos de tristeza.
Compra un poco de tiempo. No siempre tenemos tiempo ni el entrenamiento necesario, para identificar al momento lo que sentimos. Muchas veces estamos en el trabajo, la escuela o en medio de actividades que no nos permite saber, bien a bien, qué sentimos. No se trata de suprimir o hacer a un lado la situación. Lo mejor que se puede hacer es aceptar el momento, y hacer la reflexión después.