¡Amargo edulcorante para Navidad!

Sorpresiva decisión. Aunque se espera que esta semana se alcance un acuerdo definitivo, en la primera semana de diciembre, la International Trade Administration, del Departamento de Comercio, tomó la decisión de no firmar el acuerdo de suspensión de los procedimientos y sanciones antidumping a las importaciones de azúcar de México, que se alcanzó a finales de octubre, con la Secretaría de Economía de Ildefonso Guajardo.

Llevan dos semanas negociando concentradamente con el equipo de Stefan Seling, subsecretario de Comercio Internacional y Paul Piquado. Y es que, a pesar de que era un acuerdo muy consensuado, cuando pasaron los 30 días que habían solicitado, le dijeron al gobierno mexicano que querían cambiar algunas de las condiciones establecidas, para asegurarse de que los excedentes de azúcar exportados por México no fueran a provocar una caída en los precios del edulcorante.

Aunque se ha reducido la producción de azúcar en México, la exportación a Estados Unidos, dentro de su programa de importaciones, permite mantener un delicado equilibrio, que ni siquiera el bajo precio en el mercado este año, ha logrado contener.

Los puntos críticos tienen que ver con la necesidad de redefinir algunos términos que, en opinión de la American Sugar Coalition, representada por los abogados Robert Cassidy y Phillip Hayes, “podrían distorsionar” aún más el precio y el mercado de azúcar en EU. Lo anterior facilitaría que los exportadores de México lograran llenaran la totalidad del “Límite de Exportaciones”, al enviar el edulcorante bajo las definiciones que quedaron asentadas como “Otra Azúcar”, o bien con “Alta Polaridad” (High-Pol), las cuales están sujetas a un menor precio de referencia.

Según ellos, si no se limita la definición y otras que tienen que ver con cuotas, podría provocar un cambio completo en el patrón de importaciones de azúcar (row) para su posterior proceso, a uno donde prevalezca la exportación de azúcar para el consumo directo (refinada).

Al parecer la coalición está dispuesta al acuerdo y parece que, el lunes y el martes, estarán en Washington D.C. el subsecretario de Negociaciones Internacionales, Francisco de Rosenzweig, y Juan Cortina Gallardo, presidente de la Cámara de la Industria Azucarera y Alcoholera, aunque la moneda está en el aire.

El secretario Guajardo tiene este asunto en el punto más alto de sus prioridades de fin de año; y lo mismo ocurre en la Sagarpa de Enrique Martínez y Martínez, pues imagine el problemón que sería tener a los azucareros volcados en las calles.

De Fondos a Fondo

Ingeniosa la petición realizada por los integrantes de la Asociación de Cerveceros de México, encabezada por Jaime Andreu Galván, y que incluye a todos los fabricantes de cerveza artesanal, que no sólo le pusieron carta a los reyes con dedicatoria a Luis Videgaray, secretario de Hacienda, sino también al presidente Peña y al subsecretario de Ingresos Miguel Messmacher, en la etiqueta de la botella de la temporada “Guadalupe Reyes”. Y es que se ha logrado demostrar que una política de impuestos puede desplazar al pequeño productor,  dado que muchos de los actuales impuestos especiales fueron diseñados para mercados monopólicos. Hoy, cuando la Modelo y la Cuauhtémoc Moctezuma ya no son mexicanas, es más evidente el efecto que tiene la imposición del IEPS ad valorem (sobre el precio final de venta al que se le añade el 16% de IVA),  versus el IEPS por litro, como pagan en Alemania, Bélgica o República Checa, pues, de entrada, genera un sobrecosto de 30 por ciento al consumidor.

Esta carta a los Reyes propone el pago de una “cuota fija a la cerveza de 3.5 pesos por litro,  aplicable a todos los productores, grandes o chicos, pues no se alterará el monto de la recaudación para el gobierno, ni el que el 99.7 % de la recaudación.

Es una petición que, en medio de toda la presión que representó el “afaire Malinalco”, captó la atención algunos intelectuales y miembros del  sector privado. Causa curiosidad que el gran ausente en la política anticorrupción sea lo que los gringos llaman “appearance of impropriety”.

Le voy a contar una de esas historias que da gusto compartir. La empresa Sociedad de Apoyo a la Educación (SAE), tal vez no le diga mucho, pero de ella nació Finae, que encabeza Francisco Javier Vizcaya Ramos, y se trata de una firma cuyo negocio es dar crédito educativo a estudiantes para cursar la educación superior.

Le adelanto que hoy, Finae va por su segunda colocación en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que hasta el 1 de enero dirige Luis Téllez; en esta lanzará un programa de certificados bursátiles por hasta mil millones de pesos (mdp), con una primera emisión de 400 mdp, en la que lleva como agente colocador a Scotia Inverlat, Casa de Bolsa de Grupo Financiero Scotiabank Inverlat, que dirige Enrique Zorrilla, y como garante anote al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que preside Luis Alberto Moreno.

Actualmente, Finae está catalogada como una empresa de impacto social por el Sistema de Calificación para Inversiones de Impacto Global (GIIRS, por sus siglas en inglés), basados en cifras de la OCDE, y donde se toma en cuenta que en México únicamente el 50% de los estudiantes, entre 25 y 34 años, concluyen el bachillerato y sólo el 20% ingresa a la educación superior, con lo que se estima que cada año, cuando menos, medio millón de jóvenes interrumpen sus estudios una vez terminada la educación media superior; una gran parte por falta de recursos; y justo ahí es donde está el negocio de Finae.

Los primeros créditos otorgados, datan del 2007, pero la crisis del 2008 y 2009, afectó las operaciones de Finae y, en la búsqueda de recursos, decidieron incorporar como accionistas a firmas como Oasis Fund, que globalmente lleva Jean-Philippe de Schrevel, y SocialAlpha Investment Fund, que encabeza Tym Radjy; el primero de ellos es un fondo de inversión basado en Luxemburgo, que pertenece a Bamboo Finance, y que administra el BlueOrchard Private Equity Fund, que es el administrador del fondo de inversión en capital privado en microfinanzas más importante a nivel global.

Por su parte, SocialAlpha es un fondo de inversión que pertenece a AlphaMundi, una administradora de fondos de inversión dedicada a reducir la pobreza.

Además, el año pasado se sumó Adobe Social Mezzanine Fund I, que lleva Erik Wallsten, y Mexico Ventures I, que lleva Rodrigo Villar, ambos también como accionistas, mediante la adquisición de la participación SocialAlpha y este año se sumaron Elevar Equity, que fundó y lleva Johana Posada, y Omidyar Network, que preside Pierre Omidyar, que fundó y preside eBay.