David Páramo

Análisis superior

David Páramo

18 Dic, 2014

Competencia bancaria (IV)

Uno de los temas que, de un modo u otro, influyen en la competencia bancaria es la representación gremial.

En años recientes se generó un movimiento que buscaba cambiar la relación de fuerzas dentro de la Asociación de Bancos de México (ABM), pero que fracasaron cuando se habló de las aportaciones que hacen unos y otros.

Sin embargo, se logró un mayor número de vicepresidencias e incluso se hizo el símbolo de poner a Jaime Ruiz Sacristán (quien a partir de enero será el presidente de la Bolsa Mexicana de Valores) como presidente de la ABM. También se dio un avance en la determinación de aquellos temas que son generales para los bancos y aquellos que son particulares de cada una de las instituciones.

Gran parte de estos cambios “democráticos” se complicaron cuando el doctor Guillermo Ortiz, de una manera mezquina y repulsiva, instigó una campaña en México y el extranjero aludiendo el riesgo reputacional en contra de Luis Peña para impedirle que llegara a la presidencia de la ABM.

El saldo de esa historia fue mucho más allá que una victoria pírrica para el lamentable personaje que pronto tuvo que comerse sus insidias sino que vio perdido el poco poder y prestigio que le quedaba no sólo frente al gremio que le despreciaba que jamás entendió que no era autoridad ni dueño, sino también ante los reguladores del sistema financiero a quienes generó un problema más.

Así, los banqueros tuvieron que mantenerse en el camino de siempre, es decir, que las grandes instituciones mantuvieran la presidencia de la organización gremial y tras una serie de ajustes se llegó al punto de que Luis Robles hoy es el presidente.

Vale la pena destacar que sin lugar a ninguna duda, ni discusión, es la figura más visible de este gremio no sólo ante la autoridad o partidos políticos sino ante el resto de la iniciativa privada.

Hay quienes creen que la elección del próximo presidente del gremio será una gran oportunidad para restablecer un orden mucho más plural; sin embargo, la realidad es que se ven pocas posibilidades de que las cosas cambien.

Los amigos de la justicia poética y aquellos quienes reconocen el verdadero talento de las personas, entre los que sin duda se cuentan funcionarios públicos, consideran que el mejor hombre para presidir el gremio sería Luis Peña.

Sin embargo, la posición personal de este hombre no parecería ser la más receptiva puesto que no suele aparecerse en las reuniones de los bancos sino porque espera ser nombrado prácticamente por aclamación o por lo menos luego de un largo proceso de disculpas de aquellos que jugaron la infamia del doctorcito.

Así que prepárese, puesto que en una de esas Robles Miaja tendrá un periodo completo al frente de la ABM.

Sin embargo, se tiene una gran claridad de que este hombre tiene atributos personales y profesionales especiales que le hacen ver, sin lugar a ninguna duda, como el hombre de mayor capacidad para encabezar al gremio de los banqueros.

Cuando Robles Miaja asumió como presidente interino de la ABM estableció que tenía dos prioridades fundamentales: organizar la convención bancaria y establecer un correcto proceso de sucesión a través del cual se refresque la cabeza de los banqueros.

Hay quienes creen que esta posibilidad no necesariamente se va a cumplir, puesto que no parecería claro saber quién o quiénes podrían ser estas personas.

Explicación

Es fundamental que las autoridades del sector salud expliquen si el espectacular crecimiento en la licitación de medicinas y material de curación de Pentamed y Biomed tiene algo que ver con la casi desaparición de Savi Distribuidores, que no sólo era una de las empresas más grandes del sector, sino que está siendo investigada por utilizar patentes falsas para ganar licitaciones.

En esta columna hemos insistido que se trata simplemente de un cambio de membrete y no de empresa para simular. Suponemos que la autoridad encargada del proceso lo consideró antes de dar su fallo; sin embargo, sabemos que suponer es el principio del error y que no se trate de una simulación ante posibles inhabilitaciones.

Error

Hay una gran presión para que el salario mínimo aumente mucho más de lo que ha sido el promedio de los últimos años. Gran parte de los que impulsan este movimiento que parece políticamente correcto, puesto que se habla de una suerte de acto de justicia social con los que menos tienen.

Sin embargo, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos cometería un grave error si cae en la calentura política o social. A pesar de todo lo que se ha dicho desde el primero de mayo cuando el tema se puso de moda y muchos fijaron los ojos, no ha pasado absolutamente nada en los hechos.

Sí, el Gobierno de la Ciudad de México creó su propia unidad de cuenta y obligará a sus proveedores a que el salario mínimo de sus trabajadores sea de 82 pesos diarios.

Sí, el Presidente de la República envió una iniciativa para crear la Unidad de Medida y Actualización que sustituiría al salario mínimo fijado por la Conasami como referencia para multas, actualizaciones, financiamiento de los partidos políticos y créditos del Infonavit.

No fue aprobada por los senadores y aun cuando eso hubiera pasado, la liberación no habría sido automática, puesto que se trata de una reforma constitucional que debe ser aprobada por la mitad más uno de los Congresos de los Estados, así como tener por lo menos un año para que el cambio se hiciera en la mayoría de las leyes federales y estatales que refieren al salario mínimo fijado por la Conasami como unidad de cuenta.

En el caso, poco probable, que los miembros de la comisión que preside Basilio González cayeran en la tentación de no tomar su decisión con los parámetros reales, no estarían beneficiando a los que ganan el salario mínimo sino causando un daño a quienes tienen créditos del Infonavit fijados en veces salarios mínimos o dando una tajada mayor a los partidos políticos en un año electoral, puesto que las prerrogativas están determinadas en veces el salario mínimo.

La Conasami no debe caer en la tentación de los populistas quienes según ellos por procurar actos de justicia social terminarían generando mayores problemas para la economía que atraviesa por una zona de turbulencia.

La discusión de los salarios mínimos sólo es un pequeño paso, vistoso políticamente, que no deja ver lo importante: se tiene que hablar de productividad y competitividad a través de una verdadera reforma laboral.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube