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Ciudad de México.- Howard Hughes, el famoso personaje que encarnaría Leonardo Di Caprio en la película de Martin Scorsese ‘El Aviador’, nació el 24 de diciembre de 1905. Fue un famoso empresario, magnate, ingeniero, aviador, productor y director de cine, que con el tiempo, se ha convertido en una leyenda del espectáculo, pero sobre todo, del mundo de los negocios.
Si se buscase un similar en la actualidad, podríamos encontrar nombres como Richard Branson, Elon Musk o hasta Warren Buffett. Hughes fue el tipo de empresario dotado de genialidad y gran visión para los negocios que, se adelantó a su tiempo, supo desafiar a las grandes empresas, y siempre apostó por la innovación.
En su momento, se le conoció como el hombre más rico del mundo, fue el primero en llegar a ser milmillonario, o ‘billionaire’ en inglés. Cuando murió, su fortuna alcanzó los 1,500 millones de dólares.
A continuación, presentamos tres lecciones de negocios que podemos aprender de Howard Hughes.
Howard Hughes provenía de una exitosa familia cuyo negocio era el petróleo. A los 18 años ingresó a la empresa familiar y generó una pequeña fortuna. Con ese dinero en la bolsa, pudo producir su épica película ‘Hell’s Angels’, en la cual, los aviones eran los protagonistas.
La película le costó 3.8 millones de dólares, y la filmación fue de 1927 a 1930. A finales de 1927 se estrenó ‘The Jazz Singer’, cinta que es considerada como la primera película sonora. Para ese momento Hughes ya había filmado la mitad de ‘Hell’s Angels’, pero sabía que su filme sería un éxito mayor si incorporaba la nueva tecnología.
Así, decidió filmar de nuevo todas las escenas que tenía para incorporar sonido en ellas, y cambió a una parte del elenco. Al final, la película fue un éxito y logró recaudar cerca de 8 millones de dólares.
En 1932 fundó la empresa Hughes Aricraft, con ella pudo dar rienda suelta a una de sus grandes pasiones: la aviación. Con esta empresa logró fijar varios récords mundiales, por ejemplo, con su avión el Hughes H-1 Racer, alcanzó los 566 km/h y batió la marca de velocidad en California.
Estableció una nueva marca al completar un vuelo alrededor del mundo en 91 horas, superó al récord anterior por más de cuatro días. La meta de Hughes era demostrar que los viajes aéreos de larga distancia podrían ser seguros.
Después de la Segunda Guerra Mundial, una división de su compañía se convirtió en contratista del Departamento de Defensa.
El H-4 Hércules fue su proyecto más ambicioso, pues construyó el hidroavión más grande, hasta esa fecha, con ello, batió un récord más. Pese a las dudas, el mismo Hughes hizo volar la aeronave que pesaba 193 toneladas.
Hughes tuvo que dejar de construir sus propios aviones, pues invirtió 7 millones de dólares en acciones de la compañía TWA. Con ello, asumió el control y propiedad de la empresa.
Su rival más grande fue Pan Am, la aerolínea más representativa de Estados Unidos, la cual, estaba bajo el control de Juan Trippe, otro hábil empresario estadounidense. En aquél momento, Pan Am, tenía el monopolio de las rutas aéreas de Estados Unidos, y parte de Sudamérica.
Para competir con Pan Am, trabajó con la empresa Lockheed, para desarrollar en secreto, un mejor avión que los Boeing 307, y con ello, compró la mayor flota del elegante Lockheed Constellation. Así, consiguió ubicar a su empresa como la segunda aerolínea más representativa de su país, y con ello, crecer hasta ser la más grande de Estados Unidos.
Además, libró una batalla legal contra Pan Am, pues hasta ese momento, ésta era la única aerolínea que podía realizar vuelos transatlánticos en Estados Unidos. Al final, logró terminar con la legislación existente y permitió el inicio de operaciones de Trans World Airlines.
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Jbf
