Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

7 Ene, 2015

¡Reyes para el autotransporte!

Todo está listo para que el 13 de enero entre en vigor la Norma 012 que regula el tránsito del autotransporte de carga por las carreteras federales del país. Con todo y la grilla en la que han estado navegando, el equipo de la Subsecretaría de Transporte, que encabeza Yuriria Mascott, dejó lista la reclasificación carretera del país el 23 de diciembre pasado.

Todo está preparado para que, al cumplirse los 60 días, pueda entrar en vigor el Reglamento sobre el Peso, Dimensiones y Capacidad de los Vehículos de Autotransporte que Transitan en los Caminos y Puentes de Jurisdicción Federal, lo que puede parecer “natural”. No obstante, le diré que los autotransportistas se quedaron con el ojo cuadrado porque pensaban que la tan demandada reclasificación dormiría el sueño de los justos.

Al final, Gerardo Ruiz Esparza,  secretario de Comunicaciones y Transportes, aunque le ocupa la grilla como a cualquier mortal, no paró en ninguno de los calendarios de política pública autoimpuestos. Por ello, le entregó, como regalo de Navidad, al círculo camionero el acuerdo que modifica, reduce o amplía la clasificación de las carreteras, y que está prevista en el apéndice del artículo 6o. del reglamento que le comento.

Recordemos que la última clasificación carretera data del 19 de octubre de 2000, cuando se incluyeron las carreteras tipo “ET” y los diferentes tipos de las clasificadas en A, que permiten el paso de los camiones doblemente articulados, el de los permisionarios del autotransporte federal y transporte privado y sus usuarios. 

El resultado ha sido bueno pues, a pesar de que se atravesaron las vacaciones decembrinas, nadie ha opinado la reclasificación de carreteras pues aumentan considerablemente las ET4, ET2, A4, A2, dada la modernización que registraron en 14 años sus características estructurales, geométricas (radios de curvatura) y/o en su sección transversal (número de carriles, ancho de corona, acotamientos), y por lo tanto se reclasifican al alza.  

La estimación que la SCT supone, le adelanto, que la reclasificación en cuanto a costos, representa un ahorro por 20,223.8 millones de pesos (mdp), ya que con la clasificación actual de carreteras el costo operativo anual es de 287,379.4 mdp, con la reclasificación que hace la SCT será de 267,155.6 mdp.

En cuanto al costo por accidentes, con la reclasificación, éste pasa de 6,004.9 mdp anuales a 5,352.1 mdp; una diferencia de 652.8 mdp. Así, en conjunto, el ahorro será por 20,876.6 mdp y, desde luego, que no es nada más por cambiar de categoría una carretera, sino porque algunas o son nuevas o bien se reforzaron y han quedado en condiciones de ser transitadas por vehículos de mayor peso.

Para llevar a cabo el cálculo, la SCT utilizó los datos del tránsito diario promedio anual (TDPA) de los vehículos más utilizados, entre éstos anote a los camiones unitarios denominados C2 y C3, tractocamión-semirremolque conocido como T3-S2 y T3-S3 y el tractocamión-semirremolque-remolque clasificados como T3-S2-R4,  y consideró, principalmente, los viajes que realizan con carga, las toneladas diarias transportadas con la clasificación vigente y con la clasificación propuesta.

Para el caso de los accidentes, la base se tomó el valor de costos por accidentes de 2013, el índice de accidentalidad, comparando los costos para la clasificación vigente contra la clasificación propuesta.

Actualmente, el tendido carretero es de 42,424.50 kilómetros (km); la reclasificación ya considera las nuevas carreteras por lo que el tipo “ET” y “A” de caminos pasa de 18,129 km a casi 19,876; mientras que el tipo “B” baja en 15%, al pasar de 10,644 a 8,970 km, el tipo “C” será de 9,155 km, un incremento de 1,800 km, y finalmente el tipo “D” pasa de 6,294 a 8,938 km.

La SCT tomó en cuenta las propuestas de clasificación o reclasificación de determinadas carreteras, que le hizo la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), que encabeza Roberto Díaz;  la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), que lleva Alex Theissen; Autotransportes Mapa, que dirige Francisco Rodríguez; de Industria Minera México, que lleva Francisco García de Quevedo; Altos Hornos de México (AHMSA), que dirige Luis Zamudio y de Bimbo que lleva Daniel Servitje, entre otros, porque la propuesta se circuló a lo largo de noviembre a fin de que se recibieran todos los comentarios en los centros SCT.

Es por ello que me atrevo a apostarle que es cosa de días que dejará el proceso de mejora de la Cofemer, que lleva Virgilio Andrade, para que quede palomeada. El otro tema es el presupuesto de supervisión carretera, que por cierto, merece otra columna porque no se descartan sistemas de vigilancia con drones para que la sobrecarga de camiones, normales o articulados, deje de ser el pan nuestro de cada día.

De Fondos a Fondo

Uno de los temas que trae bastante ocupaditos a los equipos de supervisión financiera del Banco de México que encabeza Agustín Carstens y, la Secretaría de Hacienda, de Luis Videgaray, es el proceso de evaluación entre pares que tiene lugar en el seno del Comité de Basilea.

De hecho, la revisión en el caso de México que está en curso, en su primera fase consideró la regulación financiera aprobada por el Congreso y las reglamentaciones secundarias emitidas, pero algunas están siendo reescritas porque en la versión preliminar bajo el Regulatory Consistency Assessment Program (RECAP)  sobre la Implementación de las reglas de capital de Basilea III (2012-16), salimos mejor librados que Estados Unidos y la Unión Europea, pero tenemos aún diferencias que hay que homologar con la norma internacional.

El reporte final lo dará a conocer el Comité en marzo de 2015. En el ínter, temas como las valuaciones de riesgo de mercado para efectos de cómputo de capital, las que facilitan la progresiva adopción del régimen de liquidez para bancos de menor tamaño y baja captación, y las que tienen que ver con la clasificación de operaciones relacionadas entre grupos financieros bancarios, tienen que ajustarse.

Y otro pendientito, que está en la cancha de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que preside Jaime González Aguadé, es el relacionado con la calificación de los bancos por su actividad de intermediación. Esa que se dijo,  podría incluso revocar autorizaciones si los bancos no cumplen su función de intermediación, y que hoy está convertida en una cajita de Pandora, porque la actividad crediticia en un entorno de lento crecimiento está creciendo más por revolvencia que por nueva colocación, y eso incluye a los bancos de desarrollo. Seguro es algo que deberá levantar la ceja de los jefes y de los subjefes, ¿no cree?

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