Tenemos un 2015 muy complejo

Para México, este año que recién iniciamos, estará lleno de retos y no será fácil resolverlos favorablemente. Algunos temas son de carácter estrictamente interno y otros tienen su origen en procesos externos, sobre los cuales no tenemos influencia, pero sí nos afectan sus consecuencias.

En el orden interno, 2015 será un año político por las elecciones a celebrarse a mediados de año, en el que se renueva toda la Cámara de Diputados, una gran cantidad de alcaldías y la gubernatura de algunos estados. En los años de elecciones se enrarece el ambiente interno; todo es político y los grandes temas nacionales, por razón natural,  no se atienden como es debido ya que todas las decisiones deben sopesarse tomando en cuenta el impacto que podrán tener en el electorado; los años electorales no son los mejores para resolver problemas, lo cual es muy triste porque tenemos muchos, algunos muy apremiantes.

La moral de los mexicanos en lo general está de capa caída. En el ámbito económico, llevamos dos años con crecimientos muy pequeños y la población —en su mayoría— está desilusionada y cansada de tanto esperar mejores años. El empleo es escaso y  mal remunerado; los jóvenes no encuentran oportunidades para desarrollar sus talentos. Las minorías revoltosas que se han convertido en mafias de criminales son las únicas que logran arrimar agua para su molino; por ejemplo, están algunos de los sindicatos de maestros y los del SME que continuamente obstruyen las actividades productivas de la parte trabajadora y cumplida.

Cuando a lo anterior se le suma el clima de inseguridad  que se vive en muchas entidades incluida la ciudad capital, tanto la impunidad como la falta de un Estado de derecho se pueden entender debido a que 2015 será un año difícil y complejo.

Amén de todo lo anterior,  los principales factores externos que nos afectarán serán: la baja en el precio del petróleo y el hecho de que las tasas de interés en Estados Unidos, es muy probable, que empiecen a subir causando estragos a todas las naciones; pero sobre todo, a economías como la nuestra.

Vale la pena mencionar que estamos preparados financieramente para enfrentar el choque externo, —bueno,  cuando menos mucho mejor que en otras ocasiones— pero lo importante es resolver lo que está en nuestras manos, porque lo que nos llega  de fuera es coyuntural y vendrán tiempos mejores; pero si no atendemos los temas internos, estos sí se pueden agudizar ocasionando consecuencias aún peores que las que ya se han vivido.

Tengo la confianza de que la administración actual, y los mismos partidos políticos, reaccionen para frenar el deterioro de algunas de nuestras instituciones y que verdaderamente se trabaje para fortalecer el Estado de derecho, cimiento fundamental de cualquier gobierno.