David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Ene, 2015

¿Increíble incultura financiera?

Parece que muchos de los presuntos defraudados por Ficrea son el mejor ejemplo de la grave incultura financiera que tiene el país en el que personas con la posibilidad de tener ahorros por más de 131 mil pesos o de la muy triste práctica nacional de creer que las leyes y hasta los altos son opinables.

Supongamos, primero, que se trata de incultura financiera.

Dicen que ellos estaban confiados, porque Ficrea estaba regulada por las autoridades financieras. Es por lo menos ingenuo creer que por la regulación por parte de la autoridad garantiza al ciento por ciento que no se puedan cometer fraudes. Eso no sucede en ninguna parte del mundo.

Antes de las acciones de la CNBV no había ningún indicio de fraude, vamos ni una denuncia pública, es decir, la comisión encabezada por Jaime González Aguadé actuó con oportunidad ante el “único error” de estos defraudadores. Reportaban a la autoridad que no tenían cartera vencida, lo cual es un imposible en cualquier sistema financiero del mundo.

Ante este argumento, por demás sofista, los presuntos defraudados deberían responder con honestidad a las siguientes preguntas:

¿Sabían cuánto cubría el seguro de depósito?

¿Conocían las regulaciones a las sociedades financieras populares en contra de las que aplican para los bancos antes de confiar sus recursos?

¿Hicieron una ponderación adecuada sobre la calidad de la administración a la que llevaron los recursos?

O sólo se dejaron llevar por los altos rendimientos que sólo son un espejismo puesto que, incluso por ley, ningún intermediario financiero regulado puede garantizar rentabilidad.

¿Cuánto les encandiló, como si fueran personajes de Casi el paraíso (una novela de Luis Spota con la que se podrán identificar), la promesa de altos rendimientos y las invitaciones a Las Vegas, Fórmula 1, Mundial de Futbol y otros supuestos tratos VIP, que creían eran regalos cuando, como se ve, ahora los están pagando de una manera muy elevada.

Más allá, alguno de ellos se hizo preguntas de sentido común como analizar si a mayor rendimiento no hay más riesgo o que a las personas honestas no se les engaña. ¿Cuánto pesó la avaricia en contra de la responsabilidad.

La otra lectura, terrible, es que más o menos comprendan en qué estaban metidos, pero al más puro estilo ayotzinapo pretenden que el gobierno, específicamente los contribuyentes, paguen sus errores. No les importa que se viole la ley o que sean afectados terceros, pues ellos creen que tienen derechos superiores.

Tonterías

Algunos tratan de justificarse al estilo mal de muchos remedio de tarados, diciendo que fueron defraudadas instituciones como el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y hasta confunden las labores de un fiduciario.

En su afán de tener razón dicen que Santander presentó una denuncia en contra de los directivos de Ficrea. Sí lo hizo, pero por cuenta de su cliente. Un fideicomiso actúa cumpliendo las órdenes de su comité técnico, es decir, quien presenta la denuncia es el TSJDF, que al final del día fue el defraudado. El banco que dirige Marcos Martínez no sufrió ningún quebranto. Pronto se develarán acciones ilegales por parte de funcionarios del TSJDF.

Otra de las tonterías que promueven estos supuestos defraudados es que “lo justo” es que se les devuelva todo lo que invirtieron. ¿Por qué resultaría justo? ¿Por qué ellos lo dicen? Se tiene que aplicar la ley.

El senador del Partido Acción Nacional, Javier Lozano, se comunicó con el autor de esta columna para garantizar que sólo apoyará una salida apegada a la ley. Parecería que además de intolerantes muchos de ellos, que han violado diversas leyes (algunos hasta fiscales) con bloqueos y daño a instalaciones federales son una mezcla entre desinformados e irrespetuosos del marco jurídico.

Proceso

Los miembros de la Asociación de Bancos de México están por determinar quién será su presidente a partir de su próxima convención bancaria. De hecho, se espera que el 28 de enero pueda hacerse un anuncio oficial de una decisión que es inminente.

No nos detendremos a analizar en este momento los nombres de los candidatos sino de la necesidad de este gremio de tener un interlocutor conocido y respetado, primero al interior de la organización gremial que representa 47 instituciones bancarias y, segundo, hacia las autoridades financieras.

Gran parte del trabajo del presidente de la ABM es la relación con diferentes instancias del gobierno federal y de ahí que sea necesario alguien con el que los altos mandos de la Secretaría de Hacienda se sientan cómodos ante los complicados momentos por los que atraviesa el país y la necesidad de aterrizar la Reforma Financiera.

Los miembros de la ABM tienen que hacer una reflexión de fondo. Ciertamente los liderazgos tienen que renovarse, pero no por decreto sino construyéndose a través de una presencia continua en un gremio que ha crecido de una manera exponencial en el que es difícil que se conozcan todos.

Los presidentes y directores de los bancos saben que tienen que tomar una decisión inteligente, que no pase por caprichos personales o malos entendidos. Entienden que un pleito o una votación casilla por casilla es tan inconveniente como un pleito público.

Habrá que esperar que las determinaciones sean tomadas con gran sabiduría y prudencia por uno de los gremios más importantes en el país.

Segunda jugada

Una vez que el Instituto Federal de Telecomunicaciones determinó que Telmex controla Dish a través de una concentración que no le fue notificada a la autoridad se abre una gran cantidad de posibilidades jurídicas y de competencia.

Dish y Telmex tratarán de lograr en tribunales que la determinación de la autoridad sea revertida, puesto que de lo contrario las consecuencias serán verdaderamente catastróficas para ellos.

De entrada, tendrían que pagar por la utilización que hacen de las señales de televisión abierta de Televisa y Azteca. Como se recordará la reforma a las telecomunicaciones le obligó a estas dos empresas de televisión abierta a que entregaran su información sin recibir ninguna contraprestación.

En un segundo término está el hecho que si realmente Telmex dio servicios de video a través de una empresa que controla, pues violó su título de concesión lo que implicaría la pérdida del mismo.

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