¿Será que EU vuelva a exportar petróleo y México lo comprará?

El crudo ligero se ha venido deprimiendo, por lo que el país vecino podría convertirse en un proveedor fundamental para el mercado mexicano
Economía -
Se prevé que las refinerías mexicanas procesen crudo ligero de EU. Foto: Notimex
Se prevé que las refinerías mexicanas procesen crudo ligero de EU. Foto: Notimex

CIUDAD DE MÉXICO.- Lo impensable puede hacerse realidad: que Estados Unidos vuelva a exportar petróleo y que quien lo adquiera sea México. Eso es algo histórico para ambos países, e inimaginable hace apenas unos pocos años.

Inimaginable porque Estados Unidos, desde hace tiempo, tiene prohibido exportar petróleo crudo, ese energético líquido que se extrae del suelo antes de ser transformado en gasolinas, querosenos, combustóleo, diesel y otros productos petrolíferos. Incluso, porque México estaba anegado de ese oro negro, de hecho, estaba garantizado su autoabastecimiento y sólo se dedicaba a exportar petróleo crudo.

Sin embargo, esa posibilidad de comprar crudo a Estados Unidos ya está sobre la mesa y fue, al parecer, iniciativa mexicana.

Infraestructura, la clave

Petróleos Mexicanos  (Pemex), el pasado jueves, lanzó una propuesta a la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de Estados Unidos, en el que la empresa productiva del Estado importaría hasta 100 mil barriles diarios de crudos ligeros y condensados del país vecino para mezclarlos con petróleo local y mejorar el proceso de refinación. A cambio, México entregaría crudos pesados para ser procesados en las refinerías estadunidenses.

Boom y prioridad fundamental

Que Estados Unidos exportara petróleo, que su crudo saliera de sus fronteras, era impensable hace unos años por dos motivos. Uno, porque la producción petrolera de ese país llevaba en declive varias décadas, y parecía que su economía dependería del petróleo extranjero para toda la eternidad, por los siglos de los siglos; y en segundo lugar, porque desde hace casi 40 años, desde el embargo petrolero al que lo sometieron los países árabes tras la guerra de YomKipurde en octubre de 1973, que libraron árabes e israelíes, tiene prohibido exportar petróleo con el objetivo de amortiguar su dependencia petrolera.

Los años del embargo petrolero fue una amarga experiencia para Estados Unidos: el rápido incremento de los precios del petróleo desestabilizó a su economía, que entró en una larga etapa de estancamiento e inflación a la que se denominó “estanflación”.

En consecuencia, desde 1975 se prohibió la exportación de crudo estadunidense con el fin de dedicarse plenamente a su producción y al abastecimiento interno, cuyo objetivo es que el consumidor estadunidense pueda llenar el tanque de su automóvil gastando lo menos posible y que las empresas cuenten con un insumo barato para su proceso de producción.

Cualquier esfuerzo por abrir las fronteras al petróleo estadunidense se topaba, en el Congreso de ese país, con el temor de que se tradujera en un encarecimiento de los combustibles que, desde un principio, derribaba cualquier iniciativa.

Tecnología, aliado esencial

Sin embargo, eso ha cambiado. Gracias a la revolución tecnológica provocada por la perforación horizontal y la fractura hidráulica, Estados Unidos ha podido explotar dos grandes reservas petroleras de roca de esquisto antes inaccesibles: la formación Bakken de Dakota del Norte, y la formación Marcellus en la cuenca de los Apalaches.

En consecuencia, nuetro país vecino goza de un boom petrolero que no se observaba desde los setenta, lo que le ha permitido achicar su dependencia petrolera, pese a los esfuerzos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por derribar la producción estadunidense tumbando los precios del energético.

De hecho, el Departamento de Energía de EU publicó ayer que la producción de crudo se incrementó en 60 mil barriles al día en la semana terminada el 9 de enero para ubicarse en 9.19 millones diarios, lo que implica un máximo desde que la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) empezó a recopilar esos datos.

Además, conforme la producción se expandía, las importaciones decaían y, desde 2013, ese país produce más crudo del que importa, algo que no sucedía desde 1988. En la semana del 9 de enero, importó 7.49 millones de barriles al día.

Decadencia mexicana

México, por el contrario, ha experimentado un continuo declive de su plataforma de producción ante la falta de inversión y ausencia de tecnología y, ahora que se aventuraba a revitalizar el sector mediante una ambiciosa Reforma Energética que abriría la industria energética al sector privado, con el objeto de incrementar la exploración y extracción de crudo, los planes se pueden descarrilar, al menos en el corto plazo, ante el derrumbe del precio del petróleo.

En noviembre del año pasado, la producción apenas fue de 2.36 millones de barriles al día, lo que contrasta con un máximo de 3.45 millones en diciembre de 2003. En algo más de una década, la producción de petróleo se ha desplomado más de un millón de barriles diarios.

Entre la menor producción petrolera y la caída de la compra de barriles por parte de Estados Unidos, el volumen de exportaciones ha entrado en un importante declive.

En noviembre de 2014 se exportaron 1.18 millones de barriles al día, lejos de dos millones de barriles que se llegaron a exportar en febrero de 2006.

De hecho, Estados Unidos actualmente nos compra 830 mil barriles al día comparado con 1.6 millones de barriles que llegó a adquirir en la etapa de mayor auge.

Impacto en ingresos y al consumidor

El menor volumen exportado junto con la caída de los precios del crudo ha supuesto un fuerte varapalo (quebranto) para el valor de las exportaciones. De hecho, México recibirá bastante menos dólares en este año por concepto de exportaciones de crudo.

Nuestro pronóstico es que, con la cobertura contratada por el gobierno para este año y los actuales precios de la mezcla de exportación, el valor de las exportaciones en el 2015 se reduzca a algo cercano a 24 mil millones de dólares (mdd), comparado con 36 mil en 2014.

Ante la falta de recursos del exterior, y en contraste con la caída del precio de la gasolina en Estados Unidos, el gobierno mexicano mantuvo los aumentos a los precios de la gasolina “gasolinazos” el año pasado, incluso dio un último gasolinazo al inicio del año, aunque prometió que no se producirían más alzas al combustible a lo largo de 2015.

Por otro lado, a México pareciera que le empieza a faltar crudo ligero para operar en algunas de sus refinerías. Así, el petróleo ligero destinado a las refinerías se ha venido deprimiendo. En los últimos tres meses, en promedio, se destinaron 638 mil barriles de crudo ligero a las refinerías, lo que puede ser insuficiente para abastecer la operación de algunas refinerías, por lo que Estados Unidos, al parecer, podría convertirse en un proveedor fundamental para el mercado mexicano. 

La lógica del acuerdo

¿Pero por qué Estados Unidos habría de exportar crudo si todavía importa casi 7.5 millones de barriles al día?

La respuesta la da la lógica de la operación de intercambio que propuso Pemex a las autoridades estadunidenses. Como bien dice el comunicado de Pemex, la empresa mexicana importará crudo ligero y condensado para mejorar el proceso en las refinerías de Salamanca, Tula y Salinas Cruz, y a cambio exportará crudos mexicanos pesados para ser procesados en las refinerías estadunidenses.

En efecto, el crudo tiene diferentes grados, lo que significa cambios en su densidad y contenido de sulfuro. El crecimiento de la producción petrolera en Estados Unidos se ha concentrado en crudos ligeros. Sin embargo, una buena parte de las refinerías estadunidenses están configuradas para procesar crudos más pesados.

Lo que ha sucedido es que las refinerías que procesan crudo ligero en Estados Unidos están saturadas, y sólo le quedan tres opciones: construir más refinerías, recortar la producción de crudo ligero, o exportar.

En caso contrario, el exceso de oferta de crudo ligero podría derrumbar aún más los precios domésticos y castigar a los productores estadunidenses más aún de lo que de por sí hace la OPEP.  

Las empresas refinadoras de petróleo, por supuesto, se opone a levantar la prohibición: cuanto más barato es el crudo, más competitivas serán ellas para vender al exterior, pues la prohibición se limita al crudo, pero no a los productos petrolíferos. Allá está servido el debate, a la espera de dar respuesta a Pemex. Pero lo cierto es que en este mundo al revés, lo impensable puede volver a suceder: que Estados Unidos exporte crudo y México, por primera vez, lo compre, aunque sea con barriles.

* Director de llamadinero.com

 

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