Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

16 Ene, 2015

Lecciones de Ficrea

Una nota aclaratoria: esta columna no tiene la intención de cambiar los culpables en el caso del robo a los ahorradores de Ficrea. Me queda claro que los transgresores del caso, y quienes deben pagar por ello, son una bola de directivos ladrones y vivales (sin duda alguna el director de la empresa, Rafael Olvera Amezcua, tuvo varios cómplices adentro) y la autoridad financiera que, en el mejor de los casos, pecó de estúpida y en el más probable de los casos estaba coludida.

Sin embargo, por más doloroso que se escuche (y es cruel hacer leña del árbol caído, más cuando éste implica la pérdida del patrimonio o de una parte de éste de miles de accionistas) hay algunas lecciones que todos los ahorradores debemos aprender de este fraude.

Parafraseando el dicho, la culpa aquí sí fue del indio, pero el que lo hace su compadre tiene que tener los ojos bien abiertos.

¿Qué lecciones podemos aprender?

1.- Mayor rendimiento es igual (idéntico, lo mismo, exactamente) a mayor riesgo. Esta ley es universal. Aquí y en China, en mercados alcistas y bajistas. Para cualquier inversión. Siempre. Si te ofrecen más dinero es porque tu inversión corre más peligro de no redituarlo. Ojo, en la mayor parte de los casos no es porque sea un fraude sino porque es la manera natural de funcionar de los mercados.

En el caso de los fraudes, los altísimos rendimientos son una manera de atraer y cegar a los inversionistas.

El caso concreto: mientras BBVA Bancomer paga una tasa de 1.8% para su pagaré simple a 180 días, Ficrea pagaba 9.2% en un “depósito a plazo fijo”. Una diferencia imposible de explicar bajo ningún esquema legal de inversión o la calidad de ningún equipo de personas detrás del manejo de dinero.

Los momentos de tasas reales tan bajas, incluso negativas, en las instituciones tradicionales hacen que los inversionistas olviden o relajen la prudencia al elegir instrumentos.

2.-No todo lo que brilla es oro, es más, lo que brilla demasiado seguro es falso.

O, lo que es lo mismo, si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. La parafernalia de la mercadotecnia, las edecanes bellas, el patrocinio de uno y mil eventos, las oficinas lujosísimas, las fiestas de agasajo a clientes “consentidos” cuando una institución está iniciando o creciendo (Ficrea era relativamente joven, fundada en el 2008, y en proceso de amplio crecimiento) los gastos exagerados y apantalladores deben ser una señal de cuidado. Apantallar no es sinónimo de buen servicio, es sinónimo de fantochismo.

3.-Reforzando los puntos anteriores: bien dice el dicho: "No hay tal cosa como un almuerzo gratis". Quien te da algo, espera algo a cambio. Quien te da demasiado, espera demasiado a cambio. Punto.

4.- Lo único que debe ser ciego es la justicia, no las finanzas. No debes tener fe ciega en nada. Lo mismo vimos con Madoff (quien nadie cuestionaba por su reputación dorada) o con Stanford. La falta de dudas es la madre de todos los vicios. Cierto, el hecho de estar vigilados como Sofipo y en proceso de ser certificados como institución bancaria hacía más “innecesarias” estas dudas, pero una vez más comprueban que debes dudar y luego invertir.

En este caso, Sofipo resultó ser una Sociedad Financiera de Porquería.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube