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CIUDAD DE MÉXICO.- La estrategia anunciada ayer por el Banco Central Europeo (BCE), de inyectar 60 mil millones de euros mensuales a partir de marzo de este año hasta septiembre del siguiente año, pretende impulsar el crecimiento económico y detener una posible deflación (mayor disminución de la inflación) en la zona euro.
¿Qué significa esta medida? Que el BCE pondrá a funcionar su “máquina” de producir billetes, que se usarán para comprar deuda de las agencias privadas, bonos que generan los bancos para respaldar créditos y bonos soberanos, es decir los títulos que emiten los gobiernos para financiar su gasto público.
Esta compra masiva de títulos hará que tanto las instituciones financieras como los gobiernos de Europa cuenten con liquidez para realizar diferentes operaciones.
¿Qué se pretende con esa liquidez? Por el lado de los bancos, la idea es que ese dinero lo pongan a disposición del público a través de créditos, para que con ello se impulse el gasto de los hogares y de las empresas.
Por el lado del gobierno tiene una lógica similar: impulsar un mayor gasto público, con lo cual lograr un efecto multiplicador en la actividad económica.
Al aumentar el gasto de todos agentes en la economía (hogares, empresas y gobierno), se impulsará el crecimiento de la zona euro por la vía de la demanda, es decir por el lado del consumo y la inversión, que son los componentes de mayor participación del Producto Intero Bruto (PIB) en la mayoría de los países en el mundo.
Se buscan consumidores
De la misma manera, impulsar un mayor consumo en Europa pretende otro objetivo: detener la caída de su índice de precios, es decir la inflación negativa, lo que se conoce como deflación, fenómeno que ya viene experimentando dicho continente desde finales de 2014.
¿Cómo se logra detener la deflación? La lógica es que, en la medida en que haya más personas demandando bienes y servicios, las empresas podrán elevar el precio de esos bienes, como consecuencia de la ley de la oferta y la demanda.
El fantasma de la deflación
En principio se pensaría que tener caídas en el índice de precios al consumidor es positivo porque el valor monetario de los bienes y servicios se estanca o baja, lo que permite aumentar el poder adquisitivo de los salarios en una sociedad.
Sin embargo, la baja generalizada en los precios tiene otra consecuencia: las empresas, al vender a un menor precio sus productos, disminuyen sus márgenes de operación y ganancia.
Y en la medida en que éstas empiecen a ser menos sustentables, tendrán que reducir costos, y una de las medidas más directos para lograrlo es recurrir a despidos de personal.
Al haber más despidos, disminuye el poder adquisitivo de las familias y lo que en principio se gana con una baja en el nivel de precios, se pierde porque cada vez menos personas puedan gastar más, como consecuencia de un mayor desempleo, generando que bajen los precios.
Este es el efecto de círculo vicioso que produce una deflación en una sociedad, que es lo que quiere evitar el Banco Central Europeo con su inyección monetaria.
Por tanto, el objetivo del anuncio del BCE es el siguiente: poner dinero a disposición de bancos y gobiernos de los países de la región para que presten y gasten, respectivamente.
Con ello, se impulsa el consumo y la inversión internos en los países, que hace que la economía crezca por el lado de la demanda, a su vez que presiona a un alza en el nivel de precios, con el fin de proteger la operación de las empresas y con ello se conserven empleos.
