Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

26 Ene, 2015

El gobierno se hace bolas

Con excepción de la mayoría de los analistas privados, nadie le cree al gobierno que la economía mexicana ya está mejorando.

Lo más grave es que el sentimiento generalizado de una crisis mayor y de un peor futuro se ha profundizado ante la caída en los precios del petróleo y la depreciación del peso.

Para la opinión pública en general, México está al borde de una crisis de dimensiones parecidas a las de los 80.

Nada más alejado de la realidad.

El problema es que si los funcionarios de la Secretaría de Hacienda han sido torpes para manejar el gasto público, llegan a niveles lamentables cuando se trata de explicar lo que está pasando con la economía, lo que sucede con el tipo de cambio y los efectos reales de la caída en los precios del petróleo.

Sólo por esa torpeza debieran rodar cabezas.

La economía, en efecto, empezó a mejorar paulatina y ligeramente a partir de mediados del año pasado; nada para echar las campanas al vuelo, pero mejoría al fin y al cabo.

Ya en el segundo trimestre, el consumo privado creció 2.3% y 2.2% para el tercer trimestre; las exportaciones, impulsadas por la recuperación económica de Estados Unidos, crecían a un ritmo anual de 7.2% en el segundo trimestre y de 7.1% en el tercer trimestre; la formación bruta de capital en el sector privado crecía 3.6% en el segundo trimestre y 6.9% en el tercer trimestre.

Pero esos datos o no los vio nadie en el gobierno, o los vieron y salieron a gritar que la economía mexicana crecía a ritmos que nunca se habían visto.

Es decir, no fueron capaces de explicar que se había iniciado una recuperación moderada gracias al consumo e inversión privados y a las exportaciones y que era posible que la economía llegara a sus ritmos naturales de crecimiento, entre dos y 2.5% anual.

Pero la torpeza comunicacional no paró ahí. Se hicieron  tonterías mayores.

Cuando el precio del petróleo se derrumbó, el secretario de Hacienda Luis Videgaray salió a decir que habría recorte de gasto público; unas semanas después, sus subsecretrios decían que no se iba a necesitar.

Pero lo que nunca han querido o no han podido decir es a cuánto asciende el efecto; cuál es el monto del boquete. Es decir, ocultan datos y con ello hacen que el problema se vea mayor.

Los compañeros en la sección Dinero de Excélsior bucearon en aguas profundas para llegar a una cifra de un faltante de 25 mil millones de pesos en los ingresos.

Y GEA (Grupo de Economistas Asociados)  calcula que el efecto neto andaría como máximo en dos mil millones de dólares, cifra similar a la de Excelsior.

Es decir, o han ocultado los datos o no los tienen o no los saben comunicar y con ello logran que en la opinión pública nazca el pensamiento de un desastre.

Y no se diga con el tipo de cambio. Ni siquiera han sido capaces de explicar por qué se ha depreciado el peso.

Bueno, ni siquiera han podido decir que si el peso mexicano se depreció 12.7% en 2014 frente al dólar habría que compararlo contra  82% que se depreció el rublo o 31.1% el peso argentino.

Tampoco, que la cotización del peso mexicano frente al dólar es el factor de ajuste de la economía y que como ha ocurrido en el pasado el precio del dólar sube y baja.

La verdad es que hoy la economía mexicana está en una mejor posición y en una evolución ligeramente mejor, pero esto no lo sabe decir el gobierno o lo dice tan mal que no le creen.

Después de las torpezas de 2013 y parte de 2014, la economía mexicana recuperó su nivel natural de crecimiento, entre dos y tres por ciento.

Es posible también, como lo hemos dicho aquí muchas veces, que si no hacen más tonterías, gracias a las reformas estructurales, el crecimiento se estabilice en alrededor de cuatro por ciento hacia 2016.

Este año será sólo ligeramente mejor que 2014.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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