David Páramo

Análisis superior

David Páramo

29 Ene, 2015

El inminente recorte

Entre la iniciativa privada hay dos rumores que corren fuertemente.

El primero es que es inminente que el gobierno de Enrique Peña Nieto realizará un recorte al gasto público. Algunos, incluso, llegan a asegurar que el Presidente ya lo determinó y sólo están esperando la fecha políticamente correcta para hacer el anuncio, lo que podría ocurrir a principios de la próxima semana.

No faltan aquellos quienes incluso aventuran cuál será el monto de este recorte presupuestal y los impactos que tendría en el crecimiento económico como una medida ante la caída del precio del petróleo que llevó a establecer un nuevo piso.

Otros consideran que podría tratarse de un programa de austeridad en el cual se haga un esfuerzo por disminuir el gasto corriente y aquellos que no son estrictamente necesarios sin afectar proyectos de infraestructura que, sin duda, son el corazón de la Reforma Hacendaria.

Hace unos días el presidente Enrique Peña Nieto decía que el éxito de este cambio estructural es que el gobierno había liberado recursos para concentrarse en mayores obras de infraestructura.

De hecho, ayer mismo el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, adelantó que Pemex y CFE están analizando diversas posibilidades para recortar su gasto y anticipó que sus contratistas tendrán que recortar personal.

Fiscal

El segundo es que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, está pensando en desatarse las manos sobre el compromiso que autoasumió hace un año de no crear nuevos impuestos, no aumentar su tasa ni disminuir los privilegios fiscales durante esta administración.

Recuerdan que el compromiso dice que ante cuestiones extraordinarias de la economía, la Secretaría de Hacienda podría cambiar esta que no es otra cosa que una expresión de voluntad, un compromiso, promesa o como quiera llamarle, menos obligación legal.

Es un hecho que a partir de septiembre cambió radicalmente la situación para el país.

En las últimas reuniones entre Videgaray y los líderes de la iniciativa privada se llegó a considerar la posibilidad de disminuir las tasas de impuesto como una forma de impulsar el crecimiento de la economía. La posibilidad de bajar las contribuciones ha desaparecido y de hecho la discusión ha variado a temas como el impulsado por Rodrigo Alpízar que pide facilidades en el pago de impuestos para los miembros de la Canacintra que no podrán hacerlo ante la falta de ingresos.

Desde el punto de vista económico cualquiera de las dos medidas sería prudente. Por más que estén garantizados los ingresos petroleros para este año a través de un esquema múltiple que va de coberturas hasta el Fondo de Estabilización Petrolera, la realidad es que los ingresos del gobierno disminuyen por los impactos colaterales de la caída del precio de los energéticos y el impacto negativo que tiene en muchos sectores de la economía. Algunos, como el de la aviación, se ven muy favorecidos.

Adicionalmente, los nuevos niveles de los precios del petróleo toman al país con una deuda muy alta. Como recordará, hay quienes han fustigado el alto nivel de deuda que ha tomado este gobierno, caracterizado por un déficit que resulta muy elevado. Una figura para clarificar: al gobierno lo tomó la caída de ingresos con un alto nivel de deuda, lo que resulta sumamente complicado.

Sin embargo, desde el punto de vista político, las dos alternativas son diametralmente diferentes.

Disminuir el gasto público es fácil de explicar por un factor exógeno como la caída del precio del petróleo y fácilmente puede ser vendido desde el punto de vista de la razón y la prudencia financiera. Nadie, medianamente razonable podría decir que fue una falta de previsión del gobierno el cambio en el paradigma petrolero.

Si bien es cierto que en septiembre comenzó la baja, el presupuesto ya estaba hecho y la estimación se realizó con base en una fórmula que se ha utilizado desde hace muchos años.

Deshacer el compromiso fiscal sería prácticamente imposible de justificar e, incluso, generaría graves reacciones ante la iniciativa privada y políticas. Si hace memoria recordará que el secretario de Hacienda había ofrecido un acuerdo fiscal que se negó a firmar la iniciativa privada puesto que buscaba una disminución en las tasas y dejó que el gobierno asumiera sólo ese compromiso.

Aumentar los impuestos quizá tendría un mayor impacto en cuanto al crecimiento de la economía; sin embargo, sería demoledor desde el punto de vista político.

Cuando se aprobó, Acción Nacional, encabezado por el lamentable Gustavo Madero, lanzó una campaña diciendo que ellos habían votado en contra, que se trataba de una reforma tóxica (ya ve cómo son los políticos de creativos con las frases según ellos pegadoras) y que la gente debería considerarlo al momento de votar.

El próximo lunes, durante la reunión de legisladores de Acción Nacional, no sería difícil que retomen la bandera de estar en contra de la Reforma Fiscal y pidan una disminución de los impuestos, por más imprudente que pudiera resultar en este momento, sólo pensando en ganar la elección y que la Reforma Fiscal se hizo con los votos del PRI, PVEM y el PRD.

Relevos

Finalmente hoy se oficializó cómo estará integrada la presidencia y las vicepresidencias de la Asociación de Bancos de México. El presidente es Luis Robles Miaja, quien asumirá por primera vez este cargo a pesar de 12 años como referente del sector; el vicepresidente de los bancos más grandes es Ernesto Torres Cantú, director general de Banamex; de los bancos del siguiente nivel es Luis Peña, de HSBC, quien regresa luego de cuatro años a una vicepresidencia y quien deberá tener un papel muy activo para ser conocido y reconocido por una buena parte de los agremiados nuevos: de los bancos mal llamados chicos o nuevos es Luis Niño de Rivera, de Banco Azteca, y de los extranjeros se queda Héctor Grisi.

El gran cambio que tendrá la gestión de esta mesa directiva será la incorporación abierta y directa de la agenda de los bancos que hasta el momento no se sienten muy escuchados o poco representados, así como el reacomodo no sólo de posiciones sino también, quizá, de qué bancos los integran.

Ayer el secretario de Hacienda dio posesión a Abraham Zamora como director general de Banobras, este hombre no sólo tiene experiencia en el sector hacendario sino en la iniciativa privada como funcionario de Aeroméxico.

Y para acabar el paquete también se definió la reelección de Fernando Flores como presidente de la Canaero.

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