Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

30 Ene, 2015

No sólo hay víctimas financieras por Ficrea

Historia real: Llega una persona de apariencia no sofisticada (como somos el 90% de los mexicanos) a un banco, digamos que se llama HSBC, a solicitar un crédito personal por 77 mil 500 pesos, mismo que le es otorgado. La persona revisa puntualmente las condiciones del crédito.

Para acceder a este crédito se necesita abrir una cuenta eje/puente en la misma institución para poder hacer los pagos del crédito. La institución tiene dos opciones de cuentas eje: la cuenta HSBC Advance, que requiere un saldo mínimo de 100 mil pesos para no generar comisiones por manejo y la cuenta HSBC Flexible, que requiere un saldo mínimo de mil pesos.

A la persona no se le dan opciones y no se le explica la diferencia entre las cuentas y el ejecutivo de cuenta que vende el crédito le asigna como cuenta puente una cuenta HSBC Advance.

¿Quién en su sano juicio, o por lo menos que sepa contar, le ofrece a una persona que pide un crédito de 77 mil 500 una cuenta puente cuyo saldo promedio es de 100 mil? Alguien que quiere abusar del cliente y cobrarle comisiones. No hay otra explicación.

La persona paga puntualmente su crédito (es más lo liquida antes del plazo) pero empieza a recibir llamadas de un despacho de cobranza. La razón: la bola de comisiones y cobros que se generaron por no mantener el saldo mínimo.

Cuando se va al banco (a donde yo, que me veo más sofisticada, la acompaño) el gerente de la sucursal de Bosque de Duraznos acepta que fue un mal manejo del ejecutivo que vendió el crédito, pero que éste ya no trabaja ahí. O sea, haga como su chin… gana le dé.

¿Cuántos casos de ______ (no sé si decir incompetencia o dolo) hay en las instituciones financieras que afectan a los ahorradores mexicanos?

El año pasado, la Condusef recibió 213 mil demandas del público contra instituciones financieras. Digamos que 0.5% de los casos (y me estoy llendo muy bajo) se debe al dolo/incompetencia de los ejecutivos bancarios, estamos hablando de más de diez mil personas afectadas, casi el doble que en Ficrea.

El problema no sólo es lo que ocurre en casos concretos como el fraude de Ficrea sino el “abuso hormiga” que se da día a día en las instituciones bancarias contra millones de ahorradores o solicitantes de crédito y, me atrevo a decir, sobre todo a aquellos que la institución percibe como menos sofisticados: personas a quienes les da miedo el banco, hacen menos preguntas y llegan con pena y con urgencia. Carne de cañón para el personal poco informado o mal capacitado y cuyo único objetivo es cumplir metas de la institución y no el mejor interés del cliente.

Sin menospreciar la responsabilidad individual que todo ahorrador debe tener al firmar cualquier producto financiero, me pregunto en dónde está la responsabilidad de la institución financiera por ofrecer no el producto más barato ni el mejor sino, por lo menos, productos lógicos a sus clientes.

Más allá de lo romántico (porque me queda claro que hablar de responsabilidad se contrapone con el preciado bottom line), ¿por qué no existe la inteligencia de negocios para entender que el mejor interés del cliente es, a mediano y largo plazos, el mejor interés de la institución? El entender que no abusar de un cliente hoy implica tener su negocio el día de mañana.

“El abuso financiero, me comenta mi hija (indudablemente una de las personas más inteligentes que conozco) cuando le platico del caso, es también una forma de discriminación. Porque abusan de la gente que menos tiene o menos sabe. Triste que las empresas que te ofrecen ‘recursos para salir adelante’ sean las mismas que te metan el pie”.

Ahí se los dejo a las instituciones financieras para pensarlo y a nosotros como ahorradores para tomarlo en cuenta: somos tan fuertes como el eslabón más débil de la cadena.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube