Elektra una multinacional pujante; Rowling retó a Murdoch, mientras que Woody Allen fichó por Amazon

En nuestro país uno puede ir a comprar una lavadora y, sin salir de la tienda, pasar por la ventanilla del banco “para revisar su cuenta”, realizar una transferencia o pedir un crédito. Conocí a don Hugo Salinas (abuelo de Ricardo Salinas Pliego, quien pilota Grupo Salinas, y está considerado el cuarto hombre más rico de México), quien junto con su esposa Coral nos invitaban —constantemente, a toda clase de eventos—; ahí conocimos muy pequeñita a Elisa Salinas, quien se convertiría a la postre en una célebre productora de TV, gracias al apoyo de Ricardo) a su palaciega mansión de San Ángel, donde me deleitaba observando uno de los jardines más bellos de esa zona.

La nostalgia en San Ángel

Me acuerdo muy bien cuando don Hugo nos obsequió a varios colegas de la prensa (Javier Orizaga, Tony Scheffler, Pablo Palomino, Helen Krauze, Nicolás Sánchez-Osorio y otros) productos de Elektra como televisores o lavadoras. No nos imaginábamos que tiempo después saldría a la palestra su nieto Ricardo Salinas Pliego, para mostrar su visión de hombre de negocios, adquiriendo canal 13 y 7 de TV, además de multiplicar todo lo relacionado con Elektra y sus bancos.

En la cadena de comercios del Grupo Elektra integró sucursales bancarias (como las que existen ahora en Sanborns, de Grupo Carso), las sucursales son su propia tienda. Esa integración del negocio comercial y financiero con el foco de la población de rentas más bajas, es el eureka que ha propiciado la metamorfosis de una empresa familiar de Monterrey a una multinacional cotizada con fuerte presencia en seis países latinoamericanos y Estados Unidos.

Por supuesto, que Elektra no encabeza las listas de las grandes cadenas de venta minorista en nuestro país, dominadas por gigantes estadunidenses como Wallmart y Costco, pero Elektra sí es líder y pionera en concentrarse en un segmento específico del mercado: los consumidores más bajos. El salario mínimo en nuestro México es de apenas de cinco dólares al día, y el país tiene una de las economías sumergidas más altas de Latinoamérica. Más de 29 millones de trabajadores y pequeños empresarios están en la sombra. Ese es el vasto nicho al que lleva dirigiéndose Elektra desde finales de los años cincuenta.

La capitalización rondaba en enero en 8,500 millones de dólares

Elektra cuenta con casi cuatro mil puntos de venta en México, y en los últimos cinco años duplicaron sus beneficios brutos de explotación (EBITDA), hasta alcanzar en 2013 los 666 millones de dólares. La capitalización bursátil en enero rondaba los 8 mil 500 millones de dólares, ocupando el rango medio tanto en la Bolsa de Valores como en Labitex. La pata financiera cuenta también con servicios de seguros, planes de pensiones y Casa de Bolsa. Sólo el banco, con 20 millones de cuentas de crédito y 16 millones de depósitos, aporta 70% de los ingresos y beneficios del grupo. Sé que desde hace tiempo, los vendedores tienen que respetar la política de vender a crédito. Of course, esa tendencia ha terminado convirtiendo un negocio retail en uno financiero. Y así piensa Carlos Ugalde, subdirector de la casa de análisis mexicana Signum Research.

Volvamos a los contornos de Grupo Salinas

Como señalé al principio, Salinas Pliego pilota (o pilotea) al grupo con una presencia, además de en banca y minorista, en telecomunicaciones, televisión y energía renovable. Los orígenes de la poderosa saga familiar se remontan a principios de siglo pasado cuando el bisabuelo de Ricardo Salinas Pliego abrió en el Norte de México una fábrica de camas de latón.

Uno de los directivos del Banco Azteca, Luis Niño de Rivera (también consagrado deportista en el mundo de los clavados, me refiero a la natación), me dijo —un buen día— que ya desde entonces se dieron cuenta de que las tiendas tenían que estar abiertas todo el día, y que para venderle a gente de bajos recursos había que hacerlo a plazos y con pagos semanales, porque su reloj económico da vueltas cada semana.

Por último, en este tema, entre sus próximos proyectos destaca la mejora de los servicios de su banca digital y lanzarse por el siguiente escalafón de rentas en México, aprovechando la reciente compra de las 300 sucursales de la cadena Blockbuster en la República Mexicana.

Luis Niño de Rivera apuntó que en el primer trimestre de 2015: “presentaremos una nueva marca financiera destinada al segmento de rentas medias, un servicio muy centrado en la banca electrónica y las nuevas tecnologías que son ya el presente del sector financiero”. ¡Felicidades!

Twitter, terrorismo y musulmanes

La exitosa escritora británica J. K. Rowling, conocida a nivel mundial por la saga del mago Harry Potter, entró en una disputa en la red social Twitter con el empresario de medios electrónicos, Rupert Murdoch, luego de que éste acusara, de manera general, a los musulmanes de ser los responsables por el ataque al medio francés Charlie Hebdo, hecho que dejó 12 muertos y provocó el repudió de las autoridades francesas (no como aquí que ven que queman policías y los delincuentes salen libres a las pocas horas con una fianza).

Todo sucedió cuando el director ejecutivo del grupo de medios News Corporation publicó en su cuenta @rupertmurdoch: “Probablemente la mayoría de los musulmanes son pacíficos, pero mientras no reconozcan y destruyan el creciente cáncer yihadista son también responsables”. No se midió Murdoch.

Es como el asunto de los profesores de Iguala, que ahora resulta que los padres de los maestros están representados por un delincuente. ¿Dónde vamos a parar? Pero ante este tuit del magnate de la comunicación, que fue retuiteado más de cuatro mil veces en pocos minutos, la autora de la saga de libros de Harry Potter respondió a través de su cuenta @jk_rowling: “Nací cristiana. Si eso hace que Rupert Murdoch sea mi responsabilidad, me autoexcomulgo”.

Minutos después, Rowling, de 49 años, la escritora más rica del planeta, describió en tono sarcástico: “La inquisición española fue mi culpa, así como todo el fundamentalismo cristiano”. Cabe destacar que Murdoch se ha visto envuelto en infinidad de escándalos. Uno de los más sonados se dio hace tres años cuando se evidenció que algunos de los medios que posee realizaron espionaje telefónico a distintos personajes de la cultura, la política y el entretenimiento británico, ¿o no?

El fichaje de Woody Allen

Querido lector (a): el fichaje de Woody Allen es sólo el último movimiento de una ofensiva encaminada a inventar una nueva manera de atraer generaciones (no necesariamente nuevas) al universo televisivo, que genera billones de dólares (¡hasta el de la TV basura, como vemos en varios países latinoamericanos!).

Allen no es el primero en pasarse al hermano pequeño del cine (y que opinan del fenómeno Netflix), pero es curioso que mientras Martin Scorsese y David Fincher siempre expresaron su deseo de trabajar para la caja tonta, Allen nunca se pronunció al respecto, limitándose a cumplir su cupo anual de filmes, dejando al mismo tiempo una sensación de que aquello ya le traía sin cuidado. “No sé cómo me he metido aquí, no tengo ideas (ya aparecerán) y no sé por dónde empezar. Debería empezar una serie que hablara de cómo me volví músico y porque sólo tocó los lunes en uno de los mejores hoteles de Madison Avenue (Nueva York). Creo que Roy Price (vicepresidente de Amazon Studios), ¡se arrepentirá de esto!”, comentó el propio Woody Allen en una brevísima nota de prensa que leí.

Y para finalizar, diré que en la ceremonia de los Globo de Oro hubo dos claros ganadores. Uno de ellos fue Transparent, en la que Jeffrey Tambor interpreta a un padre de familia transexual. La serie, una de las mujeres de 2014 (creo que House of Cards se la lleva de ¡calle!), sólo puede verse en Estados Unidos a través del servicio de streaming de Amazon, que produjo el show.

En otras palabras, Amazon se llevó a casa sus primeros Globos de Oro, venciendo por el camino a todas esas cadenas que se han convertido en un símbolo de calidad y de prestigio. ¡Eureka! La contratación de Woody Allen revoluciona el mundo de las series.  Hasta la próxima, ¡abur!