Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

7 Feb, 2015

Reflexiones sobre el impacto del recorte

El viernes de la semana pasada se anunció un recorte al gasto público de 124 mil 300 millones de pesos equivalentes a 0.7% del gasto público. Para entender el impacto de esta acción del gobierno federal se debe evaluar de manera integral el contexto mas allá del número. Voy a tratar de dar algunos elementos para hacer una mejor valoración.

El tema ha sido relevante porque nos parece algo fuera de lo normal. Hay que reconocer que en los últimos años no se habían visto en México recortes al gasto importantes. Estamos hablando de más de una década y estuvieron ligados a un ciclo negativo en los precios del petróleo.

De hecho el proceso que se había venido dando en el gasto los últimos años es uno de crecimiento sostenido. Si medimos el gasto público como porcentaje del PIB, lo que ha aumentado del año 2000 a la fecha es entre 5 y 6 puntos.

Este aumento en el gasto está vinculado con el comportamiento positivo que tuvieron los ingresos públicos en un buen ciclo en el precio del petróleo. En este caso la decisión que se tomó como país fue de gastarnos el ingreso excedente, pareciéndonos más a Venezuela y a Brasil que a los países como Noruega y Qatar, que separaron en Fondos Soberanos parte de ese ingreso para los tiempos malos.

Aunque relativamente se mantuvo la disciplina fiscal, no fuimos muy previsores y quedamos expuestos a los ciclos malos. La consecuencia en el ciclo malo es que no tuvimos una reserva y quedamos con dos opciones: aumento en déficit o recorte en el gasto.

Detrás de la decisión de aumento en el gasto había diferentes creencias de la clase política. Las dos principales son el hecho de que se necesitaba más gasto redistributivo y que un mayor gasto de gobierno detonaría un mayor  crecimiento económico.

Los datos de aumento en el gasto no muestran cómo se tradujo éste en un aumento en la tasa de crecimiento de la economía. De hecho cuando uno analiza los crecimientos promedio de las últimas tres administraciones, los datos no muestran que la que tuvo más gasto fue la que creció más.

Empezando esta Administración se incrementó aún más el gasto de Gobierno y el déficit. El argumento era el papel del Gobierno cómo motor de la economía. Los datos no muestran como el mayor déficit ha llevado a mayor crecimiento en 2013 y 2014.

Pasando a analizar el monto de recorte de 0.7% del PIB, lo que tenemos es que se está quitando del gasto parte del aumento que impulsó este gobierno. No estamos revirtiendo el proceso de aumento estructural en el gasto del país.

Retomando el tema del poco impacto del gasto en el crecimiento, puedo mencionar tres factores importantes: que buena parte ha sido en gasto corriente, que se ha aumentado el gasto redistributivo y que el gasto no se ha invertido en proyectos de alto impacto en el crecimiento.

Para claridad, comento un ejemplo de cada categoría. El aumento en la nómina de Gobierno no genera crecimiento. El aumento en los programas sociales, que son benéficos desde el punto de vista de justicia social, no generan un impacto en el crecimiento. El gasto de inversión de Pemex, que ha crecido y que no ha sido efectivo, creciendo en monto los últimos diez años y no revirtiendo la caída en la producción.

En cuanto a lo que están recortando no parece que vaya a ser de mucho impacto. Van incluidos dos proyectos que eran insignia para el Presidente. Su impacto era más un tema de una señal de que estábamos en la modernidad que un tema económico. La rentabilidad social y económica de los proyectos ferroviarios no es tan clara.

Hay un intangible sobre el proceso que merece reflexión. En diciembre y enero el discurso era que no teníamos problema fiscal para este año. A finales de enero empezó a cambiar el discurso. La pregunta es: ¿qué les habrán dicho para cambiar su postura? Quizá es que ya no nos veían tan bien desde fuera en nuestro manejo macro.

Haciendo un balance, lo que se ve del recorte es que no es grave en términos de monto y no revierte el proceso de mayor participación del Gobierno en la economía. Lo muy bueno que dejaron ver es que ante la disyuntiva sí hay conciencia de mantener cierta responsabilidad fiscal. El tema a evaluar en el futuro es si va a ser una actitud permanente.

*Director General del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

 

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