Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

14 Feb, 2015

Hermanos en pugna

En épocas difíciles, mantener la paz y armonía entre miembros de familias, que además manejan empresas, se vuelve un trabajo complicado. Cada familia nuclear experimenta tensiones internas, dificultades para mantener un nivel de vida adecuado, falta de ahorros que, en caso de algún problema financiero, exacerba las peleas y éstas se transfieren al ámbito del negocio causando estragos.

Si a eso le aunamos la parte emocional y la dinámica familiar que vienen de la infancia, estas actitudes pueden encender la mecha de un conflicto que no augura nada bueno.

En mi labor de asesoría a negocios familiares, me he enfrentado a múltiples casos de controversias entre familiares y, aunque creo haber ayudado, en muchos casos, a crear reglas claras que previenen problemas y mediado entre parientes, es obvio que ciertos asuntos nos rebasan a todos los profesionales y acaban en manos de abogados litigantes o en el cierre de la empresa y la división de las familias. Es muy triste y doloroso para todos. También es importante entender que la familia patriarcal de un sólo dueño va transformándose inexorablemente en negocios entre hermanos y primos, con un aumento sustancial de la complejidad. La mayoría de los negocios que asesoramos son ya de hermanos y sus familiares.

Es lógico que cada hermano-socio o que trabaja en negocios con sus parientes está sujeto a presiones y los deseos o necesidades de sus familias nucleares (esposas, hijos y otros parientes políticos para empezar) además de sus padres y otros factores que ejercen su influencia en él (ella). Es normal que cada quien quiera sacar ventaja para su familia y se olvidan o no quieren ver que hay otros elementos que coexisten y a los que puede lastimar. Así empiezan las pugnas entre hermanos y, si no se toman medidas lógicas y puntuales, el pleito puede hacerse mayúsculo.

Muchos hermanos no estaban preparados para trabajar o ser accionistas en el negocio de sus padres y, de repente, ven que su patrimonio, su trabajo y el futuro de sus hijos está ligado a una empresa por ser herederos o tener que ayudar a que el negocio sobreviva. Millones de familias lo experimentan actualmente y hay graves peligros si no se toman medidas.

Hay que distinguir entre divergencias normales en los objetivos y deseos de cada hermano-socio con respecto a los objetivos del negocio y su operación contra otros asuntos más delicados, sobre todo de poder, control y dinero que emanan de este. Si cada quien tiene su propia visión y está no compagina con la de los demás socios va a haber pugnas y tensiones que van a ser difíciles de parar si no hay reglas y políticas claras, además de un órgano de control y dirección que evalúe y fomente la comunicación entre los miembros.

Hay casos en donde el patriarca quiso ser igualitario y ordenó, en vida o mediante un testamento, que todos los hijos (as) tuvieran acciones o trabajaran en la empresa en condiciones similares. Mezclar herencias, deseos e intereses de cada miembro sin pensar en las repercusiones es una decisión muy grave que acaba en problemas, pugnas y pleitos legales que duran años.

Una recomendación: El 20 de febrero estaré impartiendo el Seminario de Empresas entre Hermanos en el D.F. ¡No se lo pierdan, ya que se abordan muchos factores que afectan a los negocios y hay sugerencias valiosas! Informes al 55 52904 8407, o al correo: irma.direccion@hotmail.com.

Las pugnas entre hermanos en las empresas son dolorosas y dejan profundas huellas. Hay que prevenirlas y resolverlas a tiempo.

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