Grecia se dobla y pide prórroga a la Unión Europea; Alemania la rechaza

La propuesta del gobierno del primer ministro griego, Alexis Tsipras, fue calificada como Caballo de Troya por el gobierno de Alemania, que es el mayor prestamista de la Unión Europea. Hoy seguirán las negociaciones para evitar que el país helénico se quede sin fondos
Economía -
La canciller alemana Angela Merkel conversó ayer vía telefónica durante 50 minutos con  el primer ministro griego Alexis Tsipras, confirmaron fuentes oficiales de ambos países. Foto:  AP
La canciller alemana Angela Merkel conversó ayer vía telefónica durante 50 minutos con el primer ministro griego Alexis Tsipras, confirmaron fuentes oficiales de ambos países. Foto: AP

ATENAS.- Alemania rechazó ayer la propuesta de Grecia para una extensión por seis meses de su acuerdo crediticio con la zona euro, diciendo que
“no es una solución sustancial” porque no compromete a Atenas a cumplir con las condiciones de su rescate.

La posición de Berlín, que describe la carta griega cuidadosamente redactada como un “Caballo de Troya” para eludir compromisos, establece un complicado escenario de cara a la reunión de hoy de los ministros de Finanzas de la zona euro.

Allí, el nuevo gobierno de Grecia será presionado para hacer más concesiones a medida que lucha para evitar quedarse sin dinero en las próximas semanas.

Como el mayor prestamista de la Unión Europea, Alemania tiene la influencia suficiente como para bloquear el acuerdo y dejar a Grecia sin un financiamiento vital, lo que podría llevar a que quede fuera de la zona euro.

Pero funcionarios en otros países europeos creen que la respuesta de Alemania fue táctica y prevén un acuerdo el fin de semana tras nuevas negociaciones.

Un funcionario griego dijo que el primer ministro, Alexis Tsipras, y la canciller alemana, Angela Merkel, hablaron por teléfono durante 50 minutos, en la que se cree es la primera comunicación sustancial desde que el gobierno de Atenas fue electo el 25 de enero.

Un portavoz alemán confirmó la conversación, pero no se refirió a su contenido.

Tsipras también conversó con el presidente francés, Francois Hollande, quien, según un funcionario griego, se comprometió a abordar el tema cuando Merkel lo visite en París el viernes.

Más temprano el jueves, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, pidió formalmente una extensión de seis meses de su acuerdo crediticio con la zona euro, ofreciendo grandes concesiones en plena carrera por evitar quedarse sin efectivo.

Mientras funcionarios en Bruselas, París y Roma celebraron el esfuerzo del gobierno griego por alcanzar una fórmula viable, Alemania dijo que la propuesta tiene muchos resquicios y no se compromete respecto a los términos del rescate.

El portavoz del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dijo que no cumple las condiciones establecidas por sus socios en la zona euro.

El ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, dijo que “la carta puede ser el inicio de las negociaciones”.

Las objeciones de Berlín generaron una dura respuesta de Atenas, que cuestionó si Alemania habla en nombre de los otros países de la zona euro.

Con el programa de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a punto de expirar en poco más de una semana, Tsipras necesita urgentemente asegurarse financiamiento para mantener a flote a su país más allá de finales de marzo.

EXTENSIÓN DEL ACUERDO

Atenas pidió una extensión a su Acuerdo Marco de Ayuda Financiera con la zona euro y no al programa de rescate completo, como pretenden los gobiernos de la zona euro liderados por Alemania.

Tsipras, elegido recientemente por su promesa de dejar de lado el rescate, trata de lograr financiamiento sin aceptar todas las demandas de austeridad y reformas económicas exigidas por la UE y el FMI.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew conversó ayer telefónicamente con sus pares griego, francés y holandés, instando a todas las partes a realizar concesiones.

Grecia se había comprometido a mantener el equilibrio fiscal en el periodo provisional, realizar reformas inmediatas contra la evasión fiscal y la corrupción, y tomar medidas para lidiar con lo que Atenas denomina su “crisis humanitaria” y regresar al crecimiento económico.

Un funcionario de la zona euro dijo que Alemania quiere asegurarse que no hay marcha atrás en las reformas griegas.

Berlín puede contar con el respaldo de algunos países nórdicos, como Holanda y Finlandia, y de otros como España yPortugal que impusieron medidas de austeridad a cambio de ayuda económica y no quieren que Atenas logre un acuerdo más beneficioso.

Divididos

Pero Grecia también tiene respaldo. El ministro de Economía de Italia, Pier Carlo Padoan, advirtió sobre los riesgos de una salida de Grecia del euro.

En el documento visto por Reuters, Grecia prometió cumplir con sus obligaciones financieras con todos los acreedores, reconocer la existencia del programa de la UE y el FMI, así como el marco legal vinculante y abstenerse de tomar acciones unilaterales que minarían los objetivos fiscales.

nuevo Presidente

En tanto, Grecia recibía con sorpresa el nombramiento de Prokopis Pavlopoulos como nuevo presidente del país, un cargo más bien honorario.

Personaje vinculado a la derecha, ha sido acusado de colocar en puestos clave a familiares y amigos cuando fue ministro del Interior y Administración Pública entre 2004 y 2009. Fue viceministro de la Presidencia en 1989, ha sido asesor legal de varios presidentes, entre ellos el conservador Konstantinos Karamanlis. Se desempeñó como diputado de 1996 a 2012.

 

¿Y si Grecia sale de la zona euro?

Las difíciles negociaciones entre Atenas y sus socios europeos hacen resurgir el espectro de la salida del país de la zona euro, escenario inédito con múltiples implicaciones para Grecia, Europa y el sistema financiero.

¿Es posible que Grecia deje la zona euro?

La Comisión Europea insiste en que la pertenencia de un país a la unión monetaria es irrevocable, basándose en los tratados europeos.

Pero, aunque no hay cláusula que prevea que un país deje la zona euro, “es posible hallar una construcción jurídica” que lo permita, opina Janis Emmanouilidis, del centro de reflexión European Policy Center.

Una salida de la zona euro podría pasar por una salida de la Unión Europea, posibilidad que sí es contemplada por los tratados.

Según un escenario citado por el Instituto Jacques Delors, y abiertamente debatido en Alemania, si Atenas no cumple con sus compromisos, la zona euro y el Banco Central Europeo (BCE) podrían forzar su salida al restringir las posibilidades de financiamiento de los bancos griegos, obligando a Atenas a introducir una moneda paralela.

De momento, este escenario no parece posible. El BCE prorrogó el miércoles, y por dos semanas, el mecanismo de préstamos de urgencia que los mantiene con vida.

Los escenarios

Para el Instituto Jacques Delors son:
Una decisión voluntaria de Grecia de emitir su propia moneda, devaluada respecto al euro, para poder financiar la política social y antiausteridad prometida por el nuevo primer ministro de izquierda radical Alexis Tsipras, elegido a fines de enero. Pero los griegos apoyan mayoritariamente su pertenencia al euro y semejante escenario, además, no figura en el programa de Syriza.

Una salida del euro por accidente, tras un episodio de pánico bancario, que conduciría a retiradas masivas de fondos y a la imposición de un control de capitales para prevenir una hemorragia, y, por último, a la emisión de una divisa paralela.

Ello llevaría al país a un cese de pagos sobre su deuda y no tendría más acceso a los mercados financieros. Se vería a merced de los fondos especulativos u obligado a acudir a la ayuda financiera de China o Rusia, lo que cambiaría la situación geopolítica en Europa.

Pero también tendría la libertad de devaluar su moneda. El expresidente francés Valery Giscard d'Estaing considera que la economía griega sólo puede recuperarse con una moneda devaluada, por tanto fuera del euro.

Para la zona euro, varios analistas creen que las consecuencias serían ahora menos nefastas que si Grecia hubiera abandonado la unión monetaria en lo peor de la crisis de 2012, ya que desde entonces ha implementado un fondo de rescate, el Mecanismo europeo de Estabilidad, y que el BCE es más vigilante en la protección de la moneda única.

Pero una salida de Grecia sería costosa para los Estados que poseen deuda griega, a cuya devolución tendrían que renunciar total o parcialmente. Y tampoco se puede excluir un efecto dominó. “Cuando familias portuguesas o empresas españolas vean cómo los euros se transformaron en dracmas, retirarán dinero de sus cuentas y ello puede provocar” una retirada masiva de depósitos, escribió el economista norteamericano Barry Eichengreen, el pasado fin de semana en el diario alemán Die Welt.

Matthieu Pigasse del banco Lazard, que aconsejó al gobierno griego, estima por su parte que si “un país, incluso pequeño, sale de la zona euro (...), sería el fin de la moneda única”.

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