La Casa Morton-Universidad de Berkeley; House of Cards y la “caída” de un parlanchín; lista negra de móviles robados...

Con un precio de salida de 30 mil pesos (considero que la puja levantará mucho más), ofrecen documentos constitucionales como la Promulgación del Segundo Imperio en México, o Elección de Antonio López de Santa Anna como Presidente, entre otras, que se subastarán el 24 de febrero próximo, en la sala principal de Casa de Louis C. Morton. El primero es un pliego relevante y “muy raro” del que sólo se conserva —como es casi una costumbre— una copia en la Universidad de Berkeley y que nunca antes había sido presentado ni subastado en ningún espacio importante.

En mayor o menor medida, investigadores como mi vecina la artista plástica Sandra Pani (pareja del músico Lavista), Patricia Galeana y Vicente Quirarte señalan que se trata de documentos valiosísimos para la historia del país y deben permanecer aquí y en el Archivo General de la Nación (AGN). Por ende, aconsejan poner los ojos para su correcto resguardo y evitar su salida de nuestro territorio.

Sabemos que con este tipo de subastas, en las que pujan por documentos históricos, cuadros, esculturas, etcétera, y los “venden” a extranjeros, muchos se las ingenian para sacarlos del país, y leemos después de que en Christie’s o Sotheby’s se venden en cientos de miles o millones de dólares.

49 tarjetas de visita con retratos de Maximiliano/Carlota

La almoneda incluye legajos de diversas etapas históricas de México como el Sermón de Gracias, que se leyó durante la colocación de la escultura ecuestre de Carlos IV, de la que se hicieron cuatro copias que no se conservan en bibliotecas de México; cartas/telegramas de Emiliano Zapata e Ignacio Zaragoza, así como un álbum con 49 tarjetas de visita con retratos de Maximiliano/Carlota individuales, en pareja y en distintos momentos. Sandra Pani, que ha dedicado una extensa tarea académica al Imperio de Maximiliano, dice que “estoy segura de que sería excelente que las instituciones tuvieran la posibilidad, sobre todo si son documentos muy raros, de adquirirlos, aunque el problema siempre es el presupuesto”. Háblenle a Carlos Slim, Rodrigo Rivero-Lake, Miguel Ortiz Monasterio, entre otros. El AGN tiene la obligación de estar, con ojo avizor, de que si son cosas esenciales o que se sustrajeron de manera ilegal, debe existir una forma —o varias— de recuperarlas.

House of Cards, ¡en las nubes!

Hace cinco años, Jeffrey Bewkes, director de Time Warner declaró a The New York Times que no le preocupaba el crecimiento de Netflix (la cadena televisiva preferida de los que sí saben aquilatar excelentes series, cintas, etcétera). Bewkes gritaba a los cuatro vientos que “era como si las fuerzas armadas de Albania conquistaran al mundo (¿?)”. Como respuesta vertical y rápida, para levantar el ánimo de la plantilla laboral, Reed Hastings, CEO de Netflix, regaló a empleados/colaboradores una gorra roja con el logo del ejército albanés.

En 2014, “la pequeña o disminuida Albania”, con sede en California, desbancó a HBO (propietaria de Time Warner) como el servicio de suscripción de video más grande de Estados Unidos. Un conocido, Carlos Gómez, confiesa que la anécdota es simpática y usa el regalo desde entonces, pues le fascina. Netflix tiene más de dos mil 310 empleados, el servicio está disponible en 50 naciones y cuenta con 57 millones de usuarios. “México no va a la zaga”, opina Gómez.

Toda la propuesta de Netflix hace la diferencia

Carlos Gómez, mexicano emprendedor, trabaja con un equipo grande. Y le diré, querido lector, que este joven es el creador de fórmulas y algoritmos que nos sacan de duda cuando no sabemos qué ver en Netflix. Gómez acepta que cuando llegó, su trayectoria fue poco aleatoria, pero le fascinan las probabilidades. Siempre pensó que sería académico y, al final de su doctorado se dio cuenta que no.

Hizo internships en McKinsey & Company y Merrill Lynch, pero ninguna cambió las expectativas del genio mexicano. Después entró a Google y lo ubicaron en el team de búsqueda. “Me gustó mucho porque pude contribuir en el conocimiento matemático que tiene”, aunque después se aburrió (¿cómo Stephen Hawking?). Quiso regresar a la academia en UCLA y le hicieron una buena oferta, pero después se retractaron. Justo en esa época lo contactaron de Netflix por LinkedIn. Estaban buscando una estadística para el equipo de Data Science, que apenas comenzaba. Netflix le pareció divertido, así que aceptó. No tenía nada que perder.

Gómez elabora fórmulas matemáticas

Actualmente, es vicepresidente de Innovación de Producto y se encarga de realizar matches entre el usuario y el producto (así los llama Carla Ortiz, una de las cartas fuertes de la Gaceta de El Palacio de Hierro, donde mi amiga Françoise Lavertu se desempeña en el área de Comunicación y aparece también Carlos Salcido como director de Mercadotecnia). Gómez elabora fórmulas matemáticas para que los usuarios reciban las mejores recomendaciones según sus hábitos y gustos.

El trabajo de Gómez es clave para retener a cientos de miles de suscriptores (a mí me fascina Netflix, porque dejé de ver TV basura), ya que una de las métricas más importantes con las que Wall Street juzga a la institución, es cuántos observadores se dan baja del servicio. Al contrario, aumenta brutalmente sus suscriptores. He visto House of Cards (mi favorita después de 24), Downtown Abbey, Scandal, Breaking Bad, Prision Break, Spartacus, El Señor de los Cielos, Pablo Escobar, Arrow y podría seguir mencionando infinidad de series/filmes.

Todo lo que se roban

En dos años se reportaron más de tres millones de celulares robados en territorio mexicano. De ellos, sólo se denunció 6%. Para hacer frente a este delito, las cuatro firmas de teléfonos móviles, el gobierno y la asociación internacional GSMA lanzaron el sistema de verificación de dispositivos, una lista negra en la que se ubica el número IMEI del teléfono robado.

El sistema permite a los usuarios revisar en tiempo real en el portal del Instituto Federal de Telecomunicaciones, del GSMA y de Telcel, Movistar, Iusacell y Nextel, si el equipo que adquirirá fue incluido en la lista global de dispositivos de celulares robados. De ser así, el móvil no podrá ser habilitado por ninguna empresa telefónica en México ni del extranjero. La herramienta se implementó con el lema “Nos importa”, que también vigila la protección infantil en internet. Según el GSMA, el año pasado se detectaron más de 12 mil 300 cuentas de internet en México que distribuían imágenes/videos con contenido de abuso infantil.

Contreras-Cabello

Gabriel Contreras, presidente de IFT, indicó que “éste es un mecanismo sencillo para que los usuarios puedan verificar de manera gratuita la venta de equipos robados o clonados, lo que no sólo desincentiva el robo de móviles, también evita la comisión de otros delitos con estos equipos, como la ¡extorsión telefónica!”. Sebastián Cabello, director general de GSMA Latinoamérica, reconoce que “la sustracción de celulares es un flagelo en la región, para ello se necesita que los usuarios denuncien estos delitos”. Según Cabello, el programa se lanzó el año pasado en Brasil y ya se han sumado Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y, pronto, Colombia.

Clientes británicos, suizos y ¡venezolanos! encabezan la “lista Falciani”

En el periodo en que un reelecto presidente Hugo Chávez se declaraba socialista (no como el entonces presidente Felipe González) y arreciaba con su ola de expropiaciones, entre 2005 y 2007, el gobierno venezolano mantenía depósitos por 12 mil millones de dólares en cuatro cuentas del HSBC Private Banking en Suiza, cuestionado entonces por su opacidad y por brindar cobertura a evasores de impuestos.

Así consta en la llamada lista Falciani, la relación de clientes de la filial suiza del HSBC, que el informático Hervé Falciani extrajo en 2010 de la entidad y ahora ha visto la luz a través de una investigación periodística, liderada por los periódicos The Guardian y Le Monde junto al consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (deberían de llamar a Paco Ignacio Taibo II), en el que participan más de 140 colegas de 45 países. Mondieu!.. Y hasta la próxima, ¡abur!