José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

23 Feb, 2015

El futuro de Banamex

La renuncia de Manuel Medina Mora como copresidente de Citi en junio próximo significa la salida de buena parte de la administración mexicana, que tenía influencia dentro de Nueva York.

Si bien permanecerá Medina Mora como presidente del Consejo de Administración de Banamex, y Ernesto Torres Cantú como director del grupo financiero, lo cierto es que el futuro de Banamex se ve más en las manos neoyorquinas que mexicanas. Y la pregunta en el aire es: ¿la nueva gestión significará que Citi pueda llegar a vender Banamex?

El uso de Oceanografía

Seamos claros. Dentro de la Secretaría de Hacienda, a cargo de Luis Videgaray, no les gustó del todo la forma en que el corporativo de Citi en Nueva York manejó el tema de Oceanografía.

Los asuntos sobre México siempre salían desde allá, a veces sin consultar la parte mexicana ni a las autoridades nacionales. Y, para colmo, la situación fue peor cuando se dio a conocer la empresa filial de Banamex que se dedicaba a la seguridad personal de sus directivos y que era una fichita con el uso de espionaje.

El uso mediático de estos temas, desde Nueva York, funcionó para aminorar la gestión mexicana, que en México estaba afianzada con Javier Arrigunaga y en Nueva York con Medina Mora, a quien lo habían visto como un gestor de la banca comercial en todo el mundo.

El pecado de la gestión mexicana

El pecado de la gestión mexicana fue ganar terreno dentro de las decisiones de Citi en Nueva York.

Incluso cuando Roberto Hernández y Alfredo Harp, en 2001, deciden dejar el control y vender la mayoría de su participación de Banamex, lo hacen confiados en la gestión mexicana. Tan fue así que Medina Mora fue a Nueva York para competir por la presidencia mundial de Citi, mientras Arrigunaga lideraba el grupo financiero en México.

La situación cambió radicalmente. De aquí en adelante el problema será otro: cómo el corporativo neoyorquino va a tomar decisiones desde Nueva York sobre México, pues si bien Torres Cantú va a estar como director del grupo y Medina Mora seguirá como presidente, lo cierto es que la administración nacional perdió terreno con los movimientos.

Vender Banamex, una opción a mediano plazo

Claro que Banamex cometió errores, como el de Oceanografía o el de mantener su empresa de seguridad privada, pero el manejo mediático utilizado por Citi desde Nueva York fue agresivo, en contra de su gestión mexicana y en contra de las autoridades mexicanas.

La gestión mexicana terminó pagando todos los costos. Desde Javier Arrigunaga, quien salió de la dirección de Banamex dejando la presidencia de la Asociación de Bancos de México, hasta Manuel Medina Mora, quien por años se mantuvo en la competencia para ser el presidente mundial de Citi.

¿La salida de Arrigunaga y Medina Mora originará la venta de Banamex? Desde luego puede estar en el interés de Citi vender Banamex.

Citi es un banco estadunidense, grande, dedicado al mercado corporativo o de banca de inversión más que de banca al menudeo.

Se ha hablado de que algunos podrían estar interesados en Banamex, como es el banco brasileño Itaú, o algún consorcio de financieros mexicanos. El problema viene cuando vemos el precio que tendría Banamex: sería más de 30 mil millones de dólares. La oferta tendría que ser por encima de dicho valor y eso no se ve todos los días.

Así, Banamex vivirá una nueva etapa, con más injerencia de Nueva York, que, esperemos, no impacte para mal en su operación cotidiana en México.

Crecimiento, el reto

Si bien la economía mexicana va retomando un mejor crecimiento, según lo confirmó durante el último trimestre de 2014, cuando la expansión trimestral fue de 2.6% encabezada por los servicios, hoy en día estamos todavía lejos, muy lejos de cantar victoria en cuanto al crecimiento.

Durante todo 2014 crecimos modestamente, sólo 2.1%. Durante 2013 lo hicimos en apenas 1.1%. Sin duda hay tareas pendientes.

Una economía como la mexicana, con reformas ya hechas, con mejores expectativas, debe crecer mucho más.

Tenemos problemas por resolver que van desde un indispensable sistema nacional anticorrupción hasta una política que valore más el mercado interno: que no le tenga miedo a generar empleos y a debates de mejorar salarios con base en la productividad. Ahí también contarán los retos sectoriales.

El crecimiento en México sigue siendo demasiado pobre. Sin descuidar la estabilidad, sí tenemos que meternos a una agenda para crecer mucho más, y que pasa desde temas clave como combatir la corrupción, o las disputas laborales entre empresas y trabajadores, o temas de menor tramitología, hasta temas sectoriales de crear cadenas productivas y de emplear las reformas lo mejor posible.

Sólo así saldremos de un crecimiento muy bajo que la economía mexicana, con reformas, no se puede dar el lujo de tener.

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