Chatarrización, programa en ciernes

Le comenté que el avance en el Senado de la Minuta que aprobó la Cámara de Diputados para refomar la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, pende de la decisión que tome la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que lleva Luis Videgaray, para lanzar el programa de chatarrización que no tiene un año sino varios años de moratoria.

Fíjese que la reforma, que supone cambios a la norma de condiciones físico–mecánicas de los vehículos que transitan para carga y pasaje en carreteras federales, la implementación de la NOM 012 de pesos y dimensiones y, la norma ambiental de emisiones, debieron estar listas en noviembre del año pasado, teniendo en mente el gran objetivo de modernización del parque vehicular de carga de nuestro país.

Bueno, pues tanto han querido “robustecer” el programa, que los equipos de Hacienda, Economía, de Ildefonso Guajardo; SCT, que lleva Gerardo Ruiz, y la Semarnat, de Juan José Guerra, no acaban de “afinarlo”, y les valió que Videgaray se comprometiera públicamente en la Reunión Anual de Industriales (RAI) de noviembre, con todo el sector automotor presente, que se daría a conocer en enero. Estamos casi a fines de febrero y, como dice la abuela… ¡ni sus luces!

Recordemos que en México se estima que más de 50 por ciento del parque vehicular está integrado por hombres-camión, que en su mayoría se encuentran sirviendo a un mercado no regulado e ilegal de autotransporte, con más de 20 años de antigüedad y de pilón, que usa en su gran mayoría la chatarra introducida mediante los incidentes de suspensión que un grupo de jueces y magistrados federales han rentado a las mafias de la introducción ilegal de camiones.

Ahora, hay temas que ocupan a las cámaras, como el monto del subsidio, las condiciones de reemplazo, las normas ambientales que se impondrán y que están porque el mayor de los problemas hoy es Pemex y finalmente, a qué tasas tomará el hombre-camión el crédito con garantía de Nafin.

De entrada, le puedo comentar que el subsidio podría rondar los 250 mil pesos por vehículo, pero aún discuten el número de unidades objetivo de reemplazo y cómo serían las reglas para asegurar que los hombres-camión tengan mayor estímulo que las empresas que dan el servicio regular. Dicen que anda entre cinco mil (lo más bajo) y diez mil (lo más alto), y con el tema presupuestal, pues póngalo por seis o siete mil y a lo mejor le atina.

La otra, son las garantías de Nafin, que dirige Jacques Rogozinski, pues si bien una parte del sector es informal y es al que se le quiere estimular hasta para que se inscriba en el Programa de “Crezcamos Juntos”, en lugar de emular las tasas de la Financiera Rural, que dirige Juan Carlos Cortés, para agroproductores pequeños y sociales (de 10%), seguro están pensando en algo como 15%, casi tasa comercial.

Yo esperaría que el programa se dé a conocer en cosa de días, pero en mi opinión, este es un programa que articula otras medidas que están desconectadas: norma físico–mecánica con norma ambiental, pues si a Semarnat le da por establecer la transición forzosa a EPA10 o EURO6, quiero ver quién podrá certificar la baja emisión de las unidades que no podrán recibir diesel de ultrabajo contenido de azufre y, si le echan de las gasolinas que hoy consumimos, ¡cubanizaríamos los motores nuevecitos..! ¿Así o más claro?

De Fondos a Fondo

Para Banca Mifel, que encabeza Daniel Becker, la posibilidad de asociarse con otras instituciones para potenciar su modelo de negocio y alcance regional no es algo que esté sobre la mesa. La capitalización por parte de Advent, de Luis Solórzano, le llevará al fondo a tener 13% del capital de Mifel con la inyección de 800 millones de pesos de capital, y todos los accionistas han aceptado diluirse en esa proporción. IFC tiene 12%; los Torrado, l 7%, y Werner, 13.5%, en tanto que el grupo que encabeza Danny, 43% y el resto, en manos de otros accionistas individuales-
familia.

Con esa inyección la institución tendrá un ICAP de 15% y, de 13.60% en capital básico o core capital, esto es, sin contar las obligaciones subordinadas no convertibles, lo que le coloca en una posición cómoda para seguir expandiendo el crédito. Por otra parte, la cartera de crédito registrada por la CNBV indica que tiene 24 mil 600 millones de pesos  y, en materia de captación tradicional, la total registrada asciende a seis 476 millones de pesos, de los cuales la mitad son depósitos de exigibilidad inmediata. El resto se registra como captación profesional (mesa de dinero e interbancario).

*Mi abuela solía decir que no hay mal que por bien no venga. Le comento que en cosa de días la industria del Gas LP en el Distrito Federal, agrupada en la Asociación de Distribuidores de Gas (ADG), presidida por Luis Landeros, y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas), que encabeza Octavio Pérez Salazar, anunciarán un programa de autorregulación bastante robusto.

La ADG y la Amexgas está realizando un proceso de revisión de sus procedimientos para  reforzar sus protocolos de seguridad, realizar revisiones de manera periódica en el lugar donde surten y no esperar a que el cliente llame para reportar una fuga.

También, antes de entregar el servicio, se asegurarán que sus clientes tengan plan de protección civil, ahí en donde demanda la ley que deben tener.

Además revisarán el marco normativo existente, si no el fondo de renovación del parque vehicular. En el Distrito Federal existen tres mil pipas distribuidoras de Gas LP, ocho plantas de distribución y más de seis mil vehículos que reparten casa por casas cilindros con este combustible y, poco fluyen los recursos del Fideicomiso para Reposición de Activos de la Industria del Gas LP  (Firagas), que preside Enrique Cházaro Mabarak, propietario de la firma Gas Mabarak, que de pilón, Pemex tiene la obligación de administrar. Ahora dicen que el fideicomiso lo administrará la Secretaría de Energía (Sener), que lleva Pedro Joaquín Coldwell.

El Firagas se integra con la aportaciones de 41 centavos por cada kilo de Gas LP que venden las empresas y, no hay dinero mal gastado que el que no se usa y más cuando ese recurso puede salvar vidas, ¿no le parece? A mí sí.