Piden lo que ya tienen

La reunión entre los legisladores y los defraudados por Ficrea mostró, nuevamente, que hay dos grupos: Quienes están actuando de buena fe y aquellos quienes pretenden que los contribuyentes paguen por los errores que los llevaron a ser defraudados por Rafael Olvera y sus cómplices.

De lo hablado ayer vale la pena hacer algunas puntualizaciones.

Primero. Los senadores Gerardo Flores y Javier Lozano cerraron la puerta a la pretensión de algunos quienes quieren que con cargo a fondos públicos les sea reintegrado su dinero. Ambos legisladores les dejaron claro que no todos los ahorradores de Ficrea recuperarán todo lo que invirtieron, puesto que depende de la cobertura del depósito y de lo que se pueda recuperar de los activos que le incautó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores a Olvera y sus cómplices.

Segundo. Hay otro grupo de legisladores quienes están haciendo promesas que no se pueden cumplir como, por ejemplo, que se podrían utilizar fondos públicos para proteger a los defraudados. Eso sería lo mismo que usar dinero de los contribuyentes para pagar por el fraude que cometió un privado a otros quienes, en todos los casos, firmaron contratos en los cuales se especifica el grado de cobertura del seguro de depósito que es de 25,000 Udis.

Tampoco camina el que se modifique la ley para aumentar el seguro de depósito. Independientemente de que no se puede aplicar una ley de manera retroactiva, sería imposible que el resto de las sociedades financieras populares aportaran cantidades excesivas considerando sus balances para cubrir el fraude que cometió Olvera en contra de otro privado.

Se llevaría a la ruina a sofipos que están siendo bien administradas y cumpliendo con las normas establecidas en la ley y aplicadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Tercero. En el autonombrado Comité de Acreedores, que no representa a todos los ahorradores y según parece ni siquiera a la mayoría, ha llegado al punto de hacer ofrecimientos fuera de la ley a legisladores. Algo así como decir que, si llueve, todo el mundo se salpica. Pronto podrían conocerse grabaciones y pruebas documentales de este tipo de “ofrecimientos”.

No olvide que ellos son los que están junto con Fauzi Hamdan tratando de impulsar una acción colectiva en la que el exsenador ofrece, por una comisión de 5%, que recuperará la totalidad de lo depositado, más los intereses y un copete de 30% por daño moral. Todo esto, insisto, sería con cargo a los contribuyentes.

Esta demanda colectiva no está teniendo un gran impacto entre los ahorradores, puesto que, hasta el momento, se habrían subido poco menos de uno de cada cinco defraudados. Por montos la cantidad es menor, puesto que básicamente están los miembros del autonombrado Comité de Ahorradores y no hay indicio de personas morales que también tenían saldos muy importantes. Las personas morales tienen un saldo de poco más de 962 millones de pesos.

Es importante recordar que en este comité están 23 de los ahorradores más importantes de Ficrea, quienes tienen un saldo de 116 millones de pesos, que en promedio son cinco veces más que lo que tenía esta empresa y 670 veces más que el promedio de ahorro en las sociedades financieras populares.

De acuerdo con la versión de algún defraudado por Ficrea, los miembros de este comité tratan con profundo desprecio a quienes están cubiertos por el seguro de depósito o con facilidad estarán dentro de esta categoría. Alguno habría dicho: “Es el colmo que esos puedan recuperar todo con el aumento del valor de las UDIS y nosotros nos tengamos que joder”.

¿Victoria?

Lo que se planteó como el primer gran avance de la negociación con los legisladores es que fueron escuchados en pedir algo que ya fue comprometido por la Secretaría de Hacienda, la CNBV, la Condusef y la propia Nacional Financiera.

Dijeron que no quieren esperar a que sean vendidos los activos, se niegan a que sea por subasta, y que preferirían que fueran monetizados por parte de la autoridad.

Desde hace ya varias semanas Luis Videgaray y Jaime González Aguadé fueron particularmente enfáticos al asegurar que buscarían un mecanismo a través del cual se pudieran monetizar los activos que aún quedaban en Ficrea y que le fueron incautados a Olvera y sus cómplices.

Como le hemos venido informando oportunamente en esta columna, el banco encabezado por Jaques Rogosinsky ha trabajado en determinar que los activos existan físicamente y que tengan una situación jurídica en la cual se pueda disponer de ellos, puesto que no están dispuestos a poner en riesgo el patrimonio del banco de desarrollo.

En aproximadamente un mes se tendrá lista esta compulsa y a partir de ahí Nacional Financiera podrá dar un crédito a la intervención de Ficrea, que se pagará con la recuperación de activos, lo que permitirá a más de la mitad de los ahorradores recuperar toda su inversión. Unos 5,600 están cubiertos por lo menos en 80% por el seguro de depósito o la recuperación de los activos.

Nadie duda de que la posición de los legisladores sea de buena fe; sin embargo, no se vale que tratan de vender como un éxito algo que públicamente fue ofrecido y que está en camino de convertirse en una realidad.

Legislación

Donde el trabajo de los legisladores es mucho más importante es en establecer un mejor marco jurídico para las sociedades financieras populares y otras formas de ahorro popular.

Entre legisladores del PVEM, del PAN y del PRI existe una clara conciencia de que se deben conciliar dos puntos: Por un lado, un esquema regulatorio suficientemente bueno para proteger a los ahorradores, pero suficientemente laxo para mantener vivos a estos intermediarios. No pueden tener una regulación similar a la de los bancos. Una manera de marcar la diferencia es la cobertura del seguro de depósito: en una sofipo con 25,000 y en un banco 400,000 Udis, una diferencia que no se puede cerrar sin desaparecer a las sofipos.

Con niveles de seguro de depósito como los que se han propuesto de 200,000 Udis les quedaría el camino de cerrar o convertirse en instituciones de crédito para participar en un sector excesivamente demandante en capital y que tiene signos de saturación.