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CIUDAD DE MÉXICO, 10 de marzo.- En los dos últimos años el número de tarjetas de crédito en circulación en el mercado mexicano se ha reducido en más de 1.2 millones de plásticos como consecuencia de una mayor cautela por parte de los usuarios ante un menor dinamismo de la economía y la entrada en vigor de nuevas medidas fiscales en el 2014.
Según cifras de la Asociación de Bancos de México (ABM), el número de éstos instrumentos financieros se ha reducido en los últimos años al pasar de 24 millones de plásticos en 2012, a 23.4 millones en 2013 y 22.8 millones en diciembre del 2014.
“El número de plásticos se ha venido reduciendo, a una velocidad promedio de 3 por ciento. Es decir, anualmente la reducción en el número total de plásticos es menor a 3 por ciento”, reconoció Heleodoro Ruiz, presidente de la Comisión de Crédito de la ABM.
Una de las modificaciones importantes que entraron en vigor en 2014 con motivo de la Reforma Hacendaria fue el perfeccionamiento de la figura conocida como “discrepancia fiscal” en la parte de tarjetas de crédito, con lo que la autoridad fiscal puede acudir a los datos que arroje esta herramienta financiera con el fin de verificar que exista simetría entre lo gastado y lo declarado.
Al respecto, el integrante de la Asociación dijo que tras darse a conocer esta medida “hubo un efecto de disminución en el uso del plástico, pero se ha venido recuperando”.
Reacciones
Edson Uribe Guerrero, subprocurador general de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) comentó que a más de un año del anuncio de estas medidas, éste ha sido uno de los temas que mayores cuestionamientos ha provocado sobre la discrepancia fiscal y pudo haber generado que los tarjetahabientes tuvieran miedo de gastar utilizando su tarjeta.
Sin embargo, aclaró que el que un contribuyente gaste con tarjeta de crédito no es un elemento que juegue para la discrepancia fiscal, sino lo que pague a su plástico.
Mencionó que con poco más de 23 millones de esos instrumentos financieros en circulación, es evidente que es el producto más utilizado por los mexicanos y no tiene porque ser un “pecado” utilizarla.
Ejemplificó que si una persona gana 10 mil pesos al mes y destina al pago de su tarjeta 3 mil pesos, no hay ningún tipo de discrepancia fiscal que tenga que considerar la autoridad; sin embargo, si realiza un pago superior a su ingreso, entonces recibirá una notificación por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y tendrá 20 días para aclarar su situación.
El subprocurador general de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente reiteró que los movimientos que son susceptibles de considerarse para efectos de discrepancia son los pagos que realicen las personas a sus tarjetas de crédito y no los consumos que se hagan.
Cabe mencionar que la Prodecon es un organismo público descentralizado, no sectorizado, con autonomía técnica funcional y de gestión, especializado en materia tributaria, que proporciona de forma gratuita, asesoría y consulta, defensoría así como da seguimiento a los procedimientos de queja contra actos de las autoridades fiscales federales que vulneren los derechos de los contribuyentes.
Usuarios más informados
El presidente de la Comisión de Crédito de la Asociación de Bancos de México (ABM), Heleodoro Ruiz, comentó que la reducción en el número de tarjetas en circulación se atribuye a que se tienen usuarios más informados que están siendo cada vez más selectivos, de tal modo que en lugar de tener varios de estos productos en su cartera, utilizan menos para administrarse mejor, lo que incluso es un signo de maduración de este mercado.
Asimismo, explicó que esto se da también en tarjetas de menor monto, es decir, cuya línea de crédito es menor, lo que implica que puede ser que las personas dentro de su proceso de consolidación se están quedando con los plásticos que tienen líneas mayores.
Contrastes
Heleodoro Ruiz explicó que aún cuando se haya reducido el número de plásticos, la facturación se ha venido incrementando en alrededor de cinco por ciento anual en los últimos dos años.
Agregó que gran parte del consumo ya no sólo es financiado por los bancos, sino por tiendas departamentales o cadenas comerciales, por lo que si bien el consumo se redujo durante el año pasado por un menor dinamismo económico, es difícil determinar qué tanto impactó en el uso de los plásticos.
-Claudia Castro
