Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

16 Mar, 2015

El susto por el peso

Los mexicanos tenemos una especie de gen cambiario que provoca angustia y preocupación cuando el peso se deprecia frente al dólar.

Y en estos momentos ese gen cambiario mexicano está actuando en una sociedad ya preocupada por la lenta marcha de la economía y que hoy piensa que la depreciación del peso no es sino el ahondamiento de la crisis económica.

Suena lógica esta línea de pensamiento: se cae el precio del petróleo, se recorta el gasto, se deprecia el peso.

Malas noticias es la conclusión.

Pero junto con eso hay una pregunta, ¿qué está haciendo mal el gobierno para que el peso se deprecie?

La verdad es que las razones de ese encarecimiento del dólar son otras, ajenas a la actuación gubernamental. Se pueden identificar bien tres razones para la depreciación del peso:

1. La caída en los precios del petróleo y la disminución de la producción de petróleo ocasiona que estén entrando menos dólares a la economía mexicana.

La balanza de divisas petroleras ahora es desfavorable. Por ejemplo, en el último trimestre de 2013 dicha balanza fue superavitaria en casi tres mil 500 millones de dólares, mientras que en los últimos tres meses del año pasado, fue deficitaria en casi  dos mil 500 millones de dólares.

Y aunque Petróleos Mexicanos (Pemex) no mete los dólares que recibe al mercado sino que se los entrega al Banco de México, lo cierto es que México está comprado más productos petroleros que los que exporta y eso significa salida de divisas.

2. Los inversionistas que llegaron a los mercados emergentes en busca de mejores tasas de interés que las que recibían en los mercados desarrollados se están yendo.

Y se van, atraídos por el cambio en la política monetaria de Estados Unidos que supondrá un aumento en las tasas de interés y que se especula sucederá en esta primavera.

3. Muchas de las grandes empresas mexicanas salieron a los mercados internacionales en busca de financiamiento aprovechando la liquidez que tenían y las bajas tasas de interés, y cuando se pagan intereses o capital de dicha deuda significa que salen divisas.

Es decir, hay menos divisas en la economía mexicana y por eso el peso se deprecia.

El Banco de México trata de que la depreciación no se exagere y por eso inyecta dólares al mercado local de divisas para fortalecer al peso.

El otro temor por la caída del peso son los efectos que tendrá y que el imaginario colectivo supone que serán terribles.

La verdad es que son más los beneficios que los perjuicios que recibirá el país con la depreciación del peso, en especial, porque un peso más débil significa un estímulo a las exportaciones.

Y aunque también se encarecen las importaciones, la realidad es que es mucho mejor tener exportaciones más dinámicas.

Fuera de eso, la depreciación del peso podría impactar la inflación, aunque la verdad es que hasta la fecha dicho efecto no se ha sentido. Más aún, se calcula que aun con un peso depreciándose, la inflación de este año será menor a la del año pasado.

El que el peso se deprecie no significa una crisis en la economía mexicana. Desde que en 1995 se decidió adoptar un esquema de flotación y hacer del peso mexicano el factor de ajuste de la economía, los resultados han sido mucho más favorables que desfavorables.

El peso se deprecia hoy porque hay menos divisas en la economía y podría apreciarse en el futuro si aumenta el flujo de divisas, sea porque el precio y la producción de crudo se recuperen o porque haya mayor flujo de inversiones extranjeras atraídas por las reformas estructurales que se han hecho en México.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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