David Páramo

Análisis superior

David Páramo

19 Mar, 2015

Cascada de desmentidos

Desde que fue creado el Instituto Federal de las Telecomunicaciones un grupo que bien podría denominarse de súper chairos de las telecom ha inventado cualquier cantidad de mentiras sobre las actuaciones del pleno y sus motivaciones. Algunos, es claro, lo hacen porque como viven, juzgan.

Hay una gran cantidad de refranes populares que podrían describir la situación: “más pronto cae un hablador que un cojo”, “las mentiras tienen patas cortas”, entre otros.

Cuando se creó el IFT se inventó que el pleno no trabajaba de común acuerdo y usaron como supuesto argumento opiniones que hicieron algunos de sus comisionados que, con la misma rapidez, determinaron que había sido un error y no volvió a suceder. Comprendieron que la unión de grupo era superior a las posiciones particulares. Que la fuerza del IFT es el pleno, no el protagonismo personal.

Inventaron, también, que la decisión de permitir a los concesionarios de radiodifusión la multiprogramación había sido un “regalazo” a Televisa y Televisión Azteca. Quienes ejercen ese periodismo infame no se detuvieron a analizar que esta medida beneficia a todos los concesionarios y para los de radio es fundamental.

De hecho, es muy posible que el plan de negocios de Grupo Radio Centro esté basado en la posibilidad de rentar espacios para buscar el punto de equilibrio. Reiteramos, es poco probable que esta empresa incumpla con pagar lo comprometido en la licitación. Si lo hace no se afecta el proceso en su conjunto puesto que está establecido en la norma que se asignarían las concesiones de carácter regional.

Una de las más grandes mentiras, que desde tarde en la noche del martes comenzó a ser desmentida, fue que la determinación de preponderancia sobre el grupo económico en torno a Televisa había sido parcial para no afectar los intereses de esta empresa puesto que se omitió hacer cualquier consideración sobre su negocio de TV de paga.

Como explicó la autoridad y lo detallamos en esta columna, la reforma constitucional a las telecomunicaciones establecía las reglas para determinar la preponderancia como tener la mitad más uno de un mercado relevante.

Preponderancia

El IFT determinó que había dos grupos que cumplían estas características: uno en telecomunicaciones, América Móvil, y otro en radiodifusión, el grupo en torno a Televisa.

Los súper chairos de las telecom no saben o quizá con mala intención olvidaron que la TV de paga no es un servicio de radiodifusión sino de telecomunicaciones, así que no entraba en la determinación de preponderancia en radiodifusión.

No faltaron quienes llegaron a publicar y decir casi a gritos que la posición del IFT había sido parcial, que habían sido muy duros con América Móvil y demasiado “generosos” con Televisa.

No faltaron dizque análisis según los cuales la que califican falsamente como la empresa favorita de este gobierno habría negociado entregar una parte del negocio de la TV abierta a cambio de que no le castigaran en su mercado de mayor crecimiento, el de la TV de paga.

Para tratar de documentar su patraña extrapolaron datos de manera absurda sobre la penetración de la TV de paga en otros países y el potencial crecimiento en México.

Inventaron un complot a pesar de las explicaciones que dieron diferentes comisionados del IFT respecto a que la determinación de preponderancia no implicaba, necesariamente, que no se aplicaran otras medidas en torno al poder dominante que tiene la TV de paga.

El martes por la noche el IFT, de Gabriel Contreras, emitió y subió a su página de internet un comunicado de prensa en el que detalla el dictamen preliminar de la autoridad investigadora del IFT, en el cual concluye que el grupo económico en Televisa tiene poder sustancial en el mercado de TV de paga.

Aquí es importante, otra vez, hacer una precisión. No puede ser declarado preponderante porque no tiene la mitad más uno del sector de las telecomunicaciones, pero sí de uno de sus componentes como es la televisión de paga.

En el comunicado de prensa se establece que la unidad de competencia iniciará un proceso en forma de juicio en el que podrán participar terceros involucrados y, además, la empresa tendrá la posibilidad de establecer lo que a su interés convenga.

¿Deben disculparse?

Existe una corriente dentro del sector de las telecomunicaciones que inventó un monstruo de dos cabezas que, supuestamente, usaba a los diferentes gobiernos como sus títeres como parte de la conspiración de los de arriba como diría el irresponsable Andrés Manuel López Obrador.

Le inventaron poderes sobrenaturales y con eso han vivido y hasta han obtenido lucro.

En su cabeza estos grupos se han opuesto al apagón analógico, la mayor competencia en el sector de las telecomunicaciones y la radiodifusión, así como hasta pactos inconfesables con el gobierno de los que jamás han podido ofrecer algo parecido a una prueba.

Desde su creación, las acciones del IFT han demostrado no sólo la mentira del monstruo de dos cabezas sino la determinación de este gobierno de generar una mayor y mejor competencia en el sector de las telecomunicaciones y la radiodifusión.

Las críticas —como que se había perdido el interés en las cadenas de televisión abierta— han sido acalladas una y otra vez por hechos concretos. Quizá es el momento de que se disculpen por las mentiras que han propalado durante años o que los consumidores se dieran cuenta de qué lado está la verdad.

Conocimiento

Ya se sabía que David Peñaloza y su empresa PINFRA habían apoyado a Grupo Radio Centro para poder cumplir con la garantía de seriedad de cara a la licitación de una de las cadenas de televisión abierta.

Sin embargo, lo que sorprendió hoy en los mercados fue que las acciones de Grupo Radio Centro subieron un 41%, impulsadas por la versión de que al final del día PINFRA apoyaría la concesión recién ganada.

Se comenta si existió información privilegiada a inversionistas minotritarios para verse beneficiados de esta operación.

Hay también quienes se preguntan si el mercado tiene toda la información sobre este vínculo.

Preocupación

Existe preocupación en el sector empresarial ante el reinicio de la discusión sobre la reforma al Código Nacional de Procesos Penales que se está revisando en la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados.

En el apartado de responsabilidad penal a las empresas se establece que éstas podrían ser imputadas por delitos cometidos por administradores o trabajadores cuando se demuestre que existió “inobservancia del debido control”.

Sin embargo, no se precisa a qué se refiere este punto puesto que se trata de un principio que no está tipificado en la ley, es decir, sería total y absolutamente discrecional que alguna autoridad aplicara sanciones que van desde multas, decomisos, disolución, prohibición de realizar negocios, suspensión de actividades o clausura.

Sería el juzgador el que determinara, sin tener un marco jurídico de referencia, si la empresa aplicó o no el debido control (cualquier cosa que eso sea). La intención es luchar en contra de la delincuencia organizada, pero se plantea un riesgo jurídico muy elevado para las empresas, lo que sin duda desmotiva la inversión.

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