Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

20 Mar, 2015

Una oportunidad que Acapulco no puede darse el lujo de perder

Guerrero tiene una oportunidad importante para conservar la sede del Tianguis Turístico una vez cada dos años, pero desgraciadamente muchos guerrerenses no lo entienden así.

Con un encuentro de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), las actividades del Tianguis comenzarán propiamente este domingo; previo a que el presidente Enrique Peña haga la inauguración formal el lunes por la mañana.

Mundo Imperial, sede del evento, estará fuertemente resguardado y, como sucedió con el Abierto de Tenis, es previsible que el evento turístico transcurra dentro de lo previsto.

Si el magisterio disidente, los deudos de Ayotzinapa y toda la gente que hoy está justa o injustamente indignada por la situación en Guerrero quieren utilizar al Tianguis como caja de resonancia de su malestar; entonces Acapulco volverá a ser señalado como un sitio inadecuado para hacer un evento de esta naturaleza.

Hay que recordar que hace cuatro años fue la mezcla de un centro de convenciones obsoleto, un país que enfrentaba el panorama de una epidemia, un temblor mal manejado dentro de las instalaciones del Tianguis y unos compradores enojados con Acapulco, lo que propició que se abriera la itinerancia.

Ahora las instalaciones de Mundo Imperial son adecuadas y este desarrollo será el principal ganador con el Tianguis, pero también es la oportunidad de que se hable bien del servicio, de que los empresarios y trabajadores no quieran abusar del visitante y de que los responsables de la seguridad protejan y no extorsionen a los asistentes.

Hace unos días, se publicó en este espacio que Juan Antonio Hernández, propietario de Mundo Imperial, había comprado los hoteles Princess y Fairmont en un proceso en el que se quedó en el camino Alejandro Burillo.

Aunque este último tenía un buen proyecto deportivo, Hernández ganó por el monto ofrecido y ahora es el principal hotelero en el destino.

Pero también con esta operación se salió de Acapulco la última marca internacional de hoteles de cadena que quedaba; para no meter en esa bolsa a Banyan Tree que es un proyecto muy peculiar.

Algo que resulta indeseable para cualquier destino turístico que pretende estar en el mapa global de los viajes.

Allá en Acapulco otras empresas como Real Turismo, propietaria de Camino Real y de Quinta Real; Grupo Posadas y unas cuantas más, han seguido dando una lucha relevante para mantenerse a pesar de los retos económicos.

Otros empresarios de menor tamaño han hecho también grandes esfuerzos y hoy el Tianguis puede ser esa carta de presentación para decirle a los turistas del mundo que el lugar es muy bello, que el clima es extraordinario y que el servicio es muy bueno.

Pero si los guerrerenses no lo asumen así, Acapulco seguirá alejándose de esos turistas que le ayudaron a escribir sus grandes historias.

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