Enrique Castillo-Pesado

Ficción financiera

Enrique Castillo-Pesado

21 Mar, 2015

¿Mextrópoli tendrá soluciones? (Vázquez, González de León, Juan Sordo Madaleno); Apple y su reloj, y Picasso vive en El Prado

Mucha gente en el mundo tuvo que abandonar su casa, piso, departamento u otro espacio, durante la crisis económica mundial. Por ende, desde tiempos remotos, cuando escribía esta columna intitulada Ficción Financiera, subrayaba lo que decía la palabra bíblica: ¡Raíz de todos los males: el amor al dinero! Por supuesto, asistí a las conferencias que dictaron en México los sociólogos Richard Sennett (La corrosión del carácter) y Saskia Sassen (profesora en Columbia University y premio Príncipe de Asturias), quienes abrieron la serie de charlas con el título de Mextrópoli, el mayor festival de urbanismo en América Latina, que reivindica y trata la inclusión social y la diferencia como fundamentos de ciudad viva. Y cómo México no va a ser ciudad viva si la población rebasa los 20 millones de seres humanos, contando con los que viven en el área conurbada a la Ciudad de México.

Realidades brutales o ¿invisibles?

Por ejemplo, además de los que ya no pueden vivir ni siquiera en su barrio donde nacieron (ejemplos: Buenos Aires, Madrid, México, Nueva York, etcétera), se asemejan a aquellas personas que entendieron que los grandes espacios en Estados Unidos son extensiones de casas vacías. Dicen que no lo percibimos, pero —en verdad— no lo vemos o nos hacemos de la vista gorda. Mario Moya Palencia decía: “Son realidades materiales brutales, pero ¿invisibles?”. Los arquitectos mexicanos (unos sí; otro, no) Teodoro González de León, Juan Sordo Madaleno, Bernardo Gómez Pimienta, Diego Villaseñor, Diego Matthai y Alejandro Astudillo, entre otros, han estado de acuerdo que desde la crisis económica global, hubo un aumento acelerado de compra de tierra urbana (miles de millones de dólares) por parte de los grandes capitales.

 Desde mi particular punto de vista, hablando de la capital mexicana, donde esta yuxtaposición —echar fuera a millones de personas y que las corporaciones entren más en la ciudad; ejemplo: México, Madrid, Buenos Aires—tienen una conexión sistémica. Sennette considera que las grandes capitales deben ser circuitos integrales que fomenten el cruce entre diferentes gentes y actividades, desde el negocio al entretenimiento/ocio.

Aquí en México, equivocó el gobierno de la capital varios aspectos: en Insurgentes no hubieran implantado el Metrobús, sino un tren ligero que fuera por arriba intercambiando los horarios. A partir de la implantación del Metrobús, el tránsito creció un 30% más en las colonias aledañas.

¿Los automóviles tienen la culpa?

Está bien la idea/implantación de circular en bicicletas/motocicletas, pero deberían contar con un rígido reglamento, porque se sienten dueños de las calles, andan en sentido contrario, se suben a las banquetas y una serie de reglas que sólo existen en países del Tercer Mundo. Ahora resulta que los automóviles tienen la culpa. Carlos Hank González hizo bien al ordenar el diseño de los ejes viales, pero el gobierno del PRD (francamente, no sé dónde estudiaron o que ciudades progresistas visitaron —Tip: Boston, Berlín, Santiago de Chile, etcétera—, pero vamos para atrás, porque no contamos con un excelente servicio de autobuses —no Metrobuses—, además de que existe inseguridad, violencia y otras cuestiones. Paseo de la Reforma va a ser la hecatombe cuando circule el Metrobús, porque su lateral está mal diseñada y los carriles de bicicletas son del tamaño de un camión.

Los tianguis abundan en México; malo para el transporte

El poeta Eduardo Vázquez, secretario de Cultura de la Ciudad de México, llama la atención sobre entrelazar flujos sociales y urbanos. Y claro, se refirió —como yo— a la avenida Insurgentes, que dejó carentes a enormes áreas populares. O bien, imponer carriles amplios de bicicletas por donde casi no pasan como en la colonia Del Valle, Avenida Sonora y lo que usted piense. El día que decidan —ojalá no— que en Patriotismo o Revolución circule el Metrobús, ¡pararán la Ciudad de México! Escúchenlo bien. El urbanista Richard Burdett, investigador de la London School of Economics, dio a conocer que la mejor estrategia es la de dar más densidad a las ciudades y esto debe concentrarse en las partes con mejor servicio público de transporte y apostar por la flexibilidad de usos. Un buen ejemplo: Berlín. Pero resulta que aquí es México. Eso sí: Burdett puso como ejemplo la renovada estación de King’s Cross, que sirve tanto de lanzadera de viajes como edificio habitable. Aquí, en casi todas las estaciones del Metro, crecen tianguis más grandes que los de China.

No existe un ataque frontal al transporte

Pero yo felicito a Teodoro González de León, 88 años, que es honesto y confiesa que “en México estamos en manos de ingenieros viales, que cometen crímenes urbanos como dejar banquetas/aceras”; lo estamos viendo ahora en Masaryk, con este proyecto —fallido o no—  de Bernardo Gómez Pimienta, al dejar las aceras de un metro veinte de ancho, por donde sólo cabe un auto mediano. Por su parte, otro brillante arquitecto, Juan Sordo Madaleno ratificó el problema: “No existe un ataque frontal al transporte. Tenemos que tener muchos tipos de transportes y no movernos en nuestros autos”. Esto es fácil de decir, pero existen millones de mexicanos que tienen que andar en auto por razones de trabajo/salud. Lo que deberían realizar es lo que se hizo en Londres. Aunque usted tenga 2, 3 o 4 autos, todos deberán tener el mismo número en sus placas, y autorizar que sólo usted puede manejar su automóvil tres/cuatro días a la semana. Abel Quezada lo vaticinó —hace 40 años— cuando publicaba sus caricaturas en Excélsior, imitando a la historieta de la familia Burrón, y usted veía que no circularíamos y que los taxis y camiones serían multicolores. Y para qué sigo. El gobierno capitalino no cuenta con un excelente comité de urbanistas que le diga que se debe hacer en Mextrópoli.

La gama más cara, de 10,000 dólares

Apple busca un papel preponderante en el mercado de lujo. El precio siempre ha sido una barrera de entrada para entrar en el universo Apple. Pero con su reloj da un paso más para adentrarse en el mundo de los productos de lujo. El modelo caro, con el acabado propio de una joya de Berger/Peyrelongue (México), supera los 920 euros (1,000 dólares). Incluso habrá una versión de gama muy alta, la llamada Edition, que costará 10,000 dólares, y que sólo estará disponible en tiendas como galerías Lafayette (París), Isetan (Tokio) y Selfridges (Londres), establecimientos identificados con el mundo del lujo, según me explicó el director de una compañía en el evento de presentación que tuvo lugar en San Francisco (EU), para presentar el nuevo producto.

El lienzo Los dos hermanos cuelga de las paredes de la pinacoteca madrileña

Los dos hermanos (1906), el maravilloso y espectacular lienzo de Pablo Ruiz Picasso de su etapa rosa pintado en Gósol (Lleida, España), ya se encuentra ubicado en la galería central del Museo del Prado de Madrid, mi favorito en el orbe. Otros preferirán el Louvre parisino o el Guggenheim de Bilbao. Es el primero de los 10 que integran la pequeña antológica que Picasso protagonizará en la pinacoteca de la capital española a partir del 18 de marzo pasado. Entre obras maestras de gran formato de Goya, Tiziano, Rubens o Carraci, las dos figuras de la obra de Picasso dialogan con toda naturalidad con los grandes maestros antiguos. No es la primera vez que un trabajo de Picasso (director del museo desde París durante la guerra civil y visitante habitual en sus años de juventud) cuelga en el museo, pero sí es la primera en la que se han podido reunir cuadros esenciales de sus diversas etapas. Y existen algunos cuadros de Picasso (como éste de Los dos hermanos) que no han salido de Suiza “casi nunca”. Y estoy refiriéndome a obras del pintor de Málaga, cuyo valor va más allá de los cientos de millones de dólares. Y hasta la próxima, ¡abur!

 

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