Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

23 Mar, 2015

Sin ingresos petroleros, impuesto al consumo

Cuando menos en la próxima década, México no volverá a tener los ingresos petroleros del pasado y eso significa que todos los partidos políticos deben estar dispuestos a tomar decisiones que hoy rechazan. Por ejemplo, realizar una Reforma Fiscal con un impuesto generalizado al consumo.

Y no hay otra alternativa. A menos que quieran dejar que el gobierno y el país se hundan en recortes monstruosos al presupuesto, que afecten incluso la educación y salud.

El problema es de aritmética simple: México tiene ingresos tributarios equivalentes al 10.5% del PIB; tiene 8% del PIB por ingresos petroleros;  gasta el equivalente al 20% del PIB y tiene un déficit de 1.5% del PIB. Si los ingresos petroleros se caen a la mitad, los ingresos con todo y petróleo llegarían a algo así como al 15%, lo cual significaría incurrir en un insostenible déficit de cinco puntos del PIB.

Este camino es imposible de transitar porque significa crecimientos de la deuda por encima de la capacidad de pago.

La única alternativa es que los políticos se pongan de acuerdo, paguen el costo o convenzan a la opinión pública de que la única alternativa es una Reforma Fiscal con un impuesto al consumo, para elevar paulatinamente los ingresos tributarios hasta 18 o 20% del PIB y dejar los ingresos petroleros como un extra.

Porque lo más probable es que haya petróleo barato en toda la próxima década.

En los mercados petroleros, como en el de otras materias primas, existen compras y ventas a futuro, con las cuales, consumidores y productores buscan obtener los mejores precios y los especuladores, obtener ganancias financieras.

Pues en esos mercados, los contratos petroleros nunca llegan a los 70 dólares y no es sino hasta diciembre del 2023 cuanto alcanzan los 68.88 dólares.

En este momento, en las operaciones al contado, el precio del petróleo está al 40% de lo que estaba a principios del 2009 cuando la gran crisis financiera mundial.

Los precios del crudo andan entre 40 y 45 dólares y se mantendrán así en tanto los países productores sigan bombeando petróleo sin importar los precios bajos, sino sólo mantener su mercado.

La irrupción de Estados Unidos como gran productor de crudo ha colapsado los mercados. La semana anterior produjo más de 9 millones de barriles por día y, al mismo tiempo, anunció que sus reservas petroleras superan los 500 millones de barriles  y la capacidad de almacenamiento está a punto de llegar al tope, lo cual indica que habrá más oferta en el mercado.

En este panorama de sobreproducción petrolera, México no puede quedarse parado debido a que tiene más de 30 años financiando su gasto público gracias a los ingresos petroleros. En buena parte debido a ello no ha existido la urgencia de buscar otras fuentes de recursos.

Esto ha permitido a los partidos políticos, a todos, jugar con el tema tributario y usarlo como palanca para obtener votos:

El PRI bajó las tasas impositivas en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari como una estrategia de popularidad y de ganar elecciones, dado que el país tenía un enorme colchón de ingresos petroleros.

En 1998 el PAN rechazó la propuesta de Ernesto Zedillo de aumentar el IVA al 18 por ciento.

En el 2001 y en el 2011 el PRI rechazó la reforma tributaria de Fox y el impuesto a la pobreza, que era un IVA disfrazado, propuesto por Felipe Calderón.

Y hoy, todos los partidos rechazan un impuesto al consumo porque saben que no hay propuesta más impopular que ésa y más cuando se dan cuenta que los votantes reaccionan favorablemente a la demagogia del Partido Verde.

Pero no hay más remedio, o tenemos impuesto al consumo o las finanzas mexicanas quebrarán.

Hasta el próximo lunes, con nuevas… Perspectivas.

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