David Páramo

Análisis superior

David Páramo

30 Mar, 2015

El costo de la democracia

El Instituto Nacional Electoral (INE) se equivoca si permite que una empresa de televisión de paga no se apegue a la ley electoral y no aplique las herramientas para cumplir con los lineamientos vigentes, como lo hacen las demás compañías de comunicación.

Parecería que la mayoría de los consejeros de este instituto está más ocupada en hacer caso a los caprichos de los radicales que incluso, a los problemas laborales que pretenden dañar a la democracia y a las instituciones por lo que temen usar las herramientas que la ley les provee.

La ley electoral no deja dudas de que los sistemas de televisión de paga y los canales de televisión abierta deben transmitir señales diferentes dependiendo de los procesos electorales que se tengan en las comunidades donde transmiten. Pero Dish ha dicho que el precio le parece elevado.

Televisa, Televisión Azteca y todos los que operan señales de televisión se apegan a la disposición sin regatear a la autoridad su cumplimiento. Esto les ha implicado importantes costos e inversiones que en ningún momento han sido regateados, porque se trata del precio de la democracia.

El INE comparó, en términos llanos, peras con manzanas. No es lo mismo el costo de la señales federales de los canales 11 y 22, con los cuales determinó que el costo para Dish era de 1.67 millones de pesos por canal retransmitido en más de dos meses. Y surgen preguntas de por qué no preguntó a la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión que, por ley, es un organismo de consulta del Estado, el cual está integrado por expertos en la materia.

Así queda una paradoja. Para los competidores la cantidad resulta muy baja; sin embargo, a esa empresa le parece elevado pagar 27 mil pesos diarios por señal retransmitida.

Podría resultar que Dish no está acatando la ley, pues transmite una señal desde Coahuila para el resto del país.

Si la autoridad electoral permite este incumplimiento, marca un mal antecedente, puesto que demostraría debilidad en algo que funciona muy bien con las demás empresas de radiodifusión.

Abismo

El tiempo avanza en contra de la posibilidad de que Grupo Radio Centro cumpla con el compromiso de pagar poco más de tres mil millones de pesos por una de las dos concesiones para operar una cadena de televisión digital abierta, que licitó el Instituto Federal de Telecomunicaciones, antes del 10 de abril.

En esta columna hemos detallado, durante las últimas dos entregas, los problemas que implica una cantidad que es superior al valor de capitalización de este grupo radiofónico, ya sea en forma de inversionistas nuevos, que deben ser aprobados por la autoridad sin ninguna prórroga, o de un crédito; sin embargo, hay un tercer factor: el tiempo.

Con el inicio de la Semana Santa disminuye de una manera muy importante la actividad empresarial en el país y, por lo tanto, la posibilidad de analizar y cuadrar algún esquema para pagar.

Mucho más allá, los procesos de autorizaciones que pudieran tener los inversionistas se ven complicados, puesto que los diversos niveles de autoridad suspenden operaciones y Grupo Radio Centro no podría solicitar una prórroga para pagar.

Aun cuando no se han cumplido los plazos y por lo tanto existe la posibilidad de que ya tengan un esquema financiero adecuado, lo cierto es que todos los indicios apuntan a que no podrán pagar y tendrán que perder el depósito de garantía de 415 millones de pesos.

Si realmente tuvieran el esquema financiero completo, habría que esperar que hubieran pagado o que dieran alguna señal. El tiempo y el silencio generan un clima verdaderamente adverso.

Ya en estos momentos, el IFT y la Secretaría de Hacienda analizan alternativas sobre una nueva licitación de la cuarta cadena de televisión abierta. No debe olvidarse que el mandato del instituto encabezado por Gabriel Contreras es asignar las dos cadenas, por lo cual no pueden confiarse hasta el cumplimiento del plazo establecido en las bases de licitación.

Dentro de las posibilidades se analiza por un lado hacer una nueva licitación, donde el tema a discutir sería el precio de referencia y la influencia que tiene el pago hecho por Grupo Imagen Multimedia en la formación de un nuevo nivel. En el otro lado sigue estando el criterio de que el dinero no lo es todo, como sucedió en la licitación de la tercera y cuarta cadena de televisión, pero también se tiene que considerar que se trata de un bien escaso del Estado que no se puede regalar.

Antípodas

El vienes el Instituto Federal de las Telecomunicaciones anunció que, en su pleno extraordinario del jueves, habían determinado entregar el título de concesión a Grupo Imagen Multimedia para operar las 123 concesiones de televisión digital abierta que ganaron en la licitación del 11 de marzo con un pago, ya realizado, de mil 808 millones de pesos.

Con esto queda totalmente concluido el proceso de licitación en lo que corresponde al IFT y Cadenatres I, la subsidiaria que se presentó a la licitación.

Como ha señalado, Olegario Vázquez Aldir, director general de Grupo Empresarial Ángeles, la intención es arrancar operaciones a partir del primero de enero del año próximo, toda vez que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, encabezada por Gerardo Ruiz Esparza, cumpla con el compromiso constitucional de tener lista la transición a la Televisión Digital Terrestre, también conocido como apagón analógico.

De acuerdo con la SCT ya podrían comenzar a realizarse pruebas en el norte del país, toda vez que hay un muy aceptable grado de avance de la liberación de la banda.

De hecho, la única interrogante que hay por el momento sobre el inicio de operaciones tiene que ver con este trabajo de la autoridad. Ya se trabaja en la creación de contenidos y oferta programática para iniciar las transmisiones con una oferta diferente, vanguardista que ofrezca una forma distinta de hacer televisión abierta para poder impactar a las audiencias y los anunciantes.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube