Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

30 Mar, 2015

Dos cambios deseables en momentos de bonanza

Si para respaldar a Guerrero, y particularmente a Acapulco, en el pasado Tianguis Turístico el Consejo de Promoción Turística, que dirige Rodolfo López Negrete, actuó con eficacia, el próximo año se abren oportunidades para implementar cambios en su organización.

El viernes pasado se hacía referencia en este espacio sobre las oportunidades que existen para reemplazar paradigmas en el Tianguis Turístico de 2015, en Guadalajara.

Vale la pena aclarar que el planteamiento propuesto no es restarle presupuesto o trascendencia al Tianguis, sino aprovechar los recursos de otra forma.

Guadalajara, en resumen, puede ganar más generando un evento de clase mundial, sumando a los patrocinadores de la iniciativa privada y generando eventos interesantes, que pagándole el boleto de avión a invitados de diversas partes del mundo.

También en este momento de bonanza para el turismo está llegando el momento de reflexionar sobre la manera óptima de utilizar el impuesto al hospedaje en los destinos, debido al potencial que tiene ese dinero para catapultar al turismo.

La Asociación Nacional de Cadenas de Hoteles (ANCH), que preside Luis Barrios, pagó por un estudio en ese sentido para dimensionar el monto de los recursos existentes.

Hay que recordar que dicho impuesto va del 2 al 3% sobre la tarifa de hospedaje y que, a través de ese mecanismo, un destino como Los Cabos que tenía en enero ocupadas unas diez mil habitaciones logró captar más de 15 millones de pesos.

Si extrapolamos esta cifra a Quintana Roo, incluso considerando sólo 60 mil habitaciones y una tarifa promedio 15% menor, la recaudación superaría los 70 millones de pesos; pero mientras en Baja California Sur se utilizan íntegramente para la promoción turística, en Quintana Roo no hay transparencia sobre el paradero de dichos fondos.

En el contexto de la severa deuda externa que enfrenta esa entidad, Roberto Borge,  gobernador de Quintana Roo, ha echado mano del impuesto al hospedaje a través de un fideicomiso, cuyo destino lo decide discrecionalmente.

El jueves pasado, en la fiesta que ofreció Jalisco para el cierre del Tianguis, Darío Flota, responsable de la promoción turística en Riviera Maya, presumía que una agencia de viajes por internet le había dado siete premios a destinos de la Riviera Maya, aunque gasta muy poco en promoción.

Los estados son libres y soberanos y la Federación no puede decidir sobre la forma en que utiliza sus fondos, pero si los recursos provenientes del impuesto al hospedaje de todo el país se usaran a favor del turismo, seguramente México tendría una mayor participación de mercado.

Actuar con visión de Estado a favor del turismo resulta mucho más lógico que seguir quemando los fondos del hospedaje en función de necesidades políticas o de corto plazo, como sucede en Quintana Roo.

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