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CIUDAD DE MÉXICO.- El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) espera que entre 2015 y 2017 la región de América Latina y el Caribe crezca a un ritmo moderado, dado el crecimiento relativamente lento en todo el mundo; sin embargo, para el caso de México prevé un avance de 3.4 por ciento, en un escenario base.
No obstante, advierte que persiste el riesgo de que la recuperación europea y la japonesa sigan retrasándose, y bajo este “escenario de recuperación retrasada, México sólo crecería 2.7 por ciento”.
Pero en otro escenario de recuperación retrasada, combinado con una aceleración de Estados Unidos y caída del precio del petróleo, el Producto Interno Bruto (PIB) del país crecería tres por ciento en términos anuales, auguró.
“Aunque Estados Unidos actualmente crece con más fuerza, lo que implica una probable alza de las tasas de interés en ese país, persisten los riesgos para el crecimiento en Europa y Japón, y puede que el crecimiento también disminuya más de lo previsto en China”, subraya.
En el informe El Laberinto, Cómo Puede América Latina y el Caribe Navegar la Economía Global, difundido en el marco de su reunión anual de Busan, Corea del Sur, añade que México, junto con Brasil y Uruguay, está dentro del grupo de países que sufrirían efectos negativos leves, en su balanza comercial por la caída de los precios de las materias primas, con un impacto que iría de 0 a 1.5 por ciento del PIB.
En tanto que Bolivia, Trinidad y Tobago, Colombia, Venezuela y Ecuador se verán más afectados.
En otro tema, el BID reconoce que un porcentaje considerable de la fuerza laboral asalariada gana sueldos por debajo del salario mínimo en la región, que oscilan entre 15 y 17 por ciento en México y Uruguay, respectivamente, y entre 61 y 74 por ciento, en Guatemala y Honduras.
Estas cifras aumentan a medida que el nivel del salario mínimo sube en relación con el salario medio.
“Es importante mostrarse cautos antes de subir el nivel del salario mínimo con el fin de evitar que el desempleo aumente y el empleo formal disminuya, perjudicando el crecimiento y la productividad a largo plazo, en detrimento de los propios trabajadores”, advierte.
Resalta que desde 2011, a la fecha, los precios de los metales han caído 44 por ciento, los de los alimentos 20 por ciento, y los del petróleo 59 por ciento.
“Si bien los precios de los commodities están sujetos a la volatilidad, el informe no anticipa un rebote de precios en el futuro cercano”, destaca el BID.
En nueve países dependientes de las materias primas, la caída anual promedio de ingreso fiscal es de nueve por ciento en el escenario base.
Esto incluye desde dos por ciento para Perú hasta más de diez por ciento para Trinidad y Tobago, Ecuador y Venezuela.
Las proyecciones suponen que los precios del petróleo aumentarán progresivamente (de 74 dólares por barril en 2018 para el precio del tipo Brent) como lo señala la actual curva de futuros.
Sin embargo, también hay un riesgo al alza para la economía de Estados Unidos.
Los recientes datos económicos han sido relativamente volátiles, y el crecimiento durante el tercer trimestre de 2014 superó cinco por ciento, pero disminuyó a menos de tres por ciento en el último trimestre.
Las proyecciones de referencia suponen que el crecimiento anual de Estados Unidos llegará a aproximadamente a 3.3 por ciento y luego empezará a disminuir hasta 2.7 por ciento en 2019, aunque hay una clara posibilidad de que se superen esas cifras.
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