Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

11 Abr, 2015

La ilusión no alcanzó en TV

Confundir ilusión con visión puede resultar muy costoso en el ámbito de los negocios. La definición de la palabra de acuerdo con la Real Academia Española lo explica por sí misma: “ilusión 1.f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”. Por ejemplo, de nada le hubiera servido a Steve Jobs tener la ilusión de revivir la era dorada de Apple cuando volvió a tomar el control de la compañía en 1997, de no haber mantenido la visión de generar una intersección entre la tecnología y las humanidades, lo que se manifestó en estrategias que le permitió llegar a productos como iPod, iPhone o iPad. Por ello es que me llamó la atención la respuesta de Francisco Aguirre de Grupo Radio Centro, cuando Jacobo Zabludovsky le preguntó: ¿Por qué ofreciste una cantidad aparentemente tan alta, en comparación con la otra?, en referencia a la oferta de tres mil 58 millones de pesos por la cadena de televisión abierta, a lo que el empresario respondió: “...Pensábamos que iban a andar sobre los dos mil, algunos jugadores, y que otros sí se podían ir a más de tres mil. Los que pensábamos que iban a ir a más de tres mil ya no fueron... nosotros estiramos la liga por esa razón, ya llevábamos muchos años con esta ilusión de volver a la televisión”.

La ilusión pudo ser la inspiración, pero no podía sustituir la visión en la que Grupo Radio Centro descansara la estrategia para lanzar una plataforma nacional de televisión con la complejidad que ello implica. Ahora la compañía radiofónica enfrenta un escenario ominoso con la pérdida de su garantía de seriedad por 415 millones de pesos que equivalen a poco más de 40 por ciento de sus ingresos anuales.

IFT muy bien

Muchos han querido ver en el error de Grupo Radio Centro una falla en el proceso de licitación que llevó a cabo el Instituto Federal de Telecomunicaciones, pero dicha apreciación pasa por alto que las reglas establecidas en las bases de licitación fueron claras y contemplaron la posibilidad de que el ganador no cumpliera con el pago, por ello se solicitó la garantía de seriedad por 415 millones de pesos. No veo dónde está el yerro del organismo regulador, basta revisar las bases de licitación para darse cuenta que estaban contemplados múltiples escenarios.

El fallo del grupo radiofónico no implica que se pierden las frecuencias contempladas, por lo que el órgano regulador puede volver a licitarlas con un formato diferente contemplando cadenas regionales o repitiendo el proceso en las mismas condiciones, lo cual puede resultar más complejo, pero no remoto.

Otra de las críticas se centra en que el IFT no habría investigado suficientemente la solvencia de Grupo Radio Centro, lo cual parece exagerado dado que se hizo una evaluación considerando que se trata de un proceso en donde se asume que los participantes son actores racionales en su proyecciones y ofertas con un incentivo adicional para serlo como es la garantía de seriedad. Del lado del Estado nada se perdió, tampoco del lado del regulador que por el contrario sale fortalecido con una comunicación proactiva con la que queda claro que se trata de un órgano colegiado sin protagonismos y con una robusta vida institucional. En cuanto al lado empresarial, se pierde una ilusión que pone en riesgo a una compañía. Así son los negocios. El ganador indiscutible también es la sociedad que atestigua la transformación de un sector que durante mucho tiempo se mantuvo paralizado y que hoy se abre a una mayor pluralidad de contenidos.

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