La clave para evitar los chismes en tu equipo de trabajo

El chismorreo es eficaz para alcanzar estas metas en un sistema social no sano
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La dependencia en el chisme puede minar la fuerza que se requiere para participar en una vida social compleja. Foto: Getty
La dependencia en el chisme puede minar la fuerza que se requiere para participar en una vida social compleja. Foto: Getty
Primero, hablemos de por qué hay chismes. La gente no participaría de ellos si no cumplieran un propósito. De hecho, los chismes sirven tres propósitos:
 
  • Son una fuente valiosa de información para los que desconfían de los canales formales. 
     
  • A veces sirven como liberación emocional de ira y frustración. 
     
  • Se usan como forma indirecta de hacer flotar o participar de conflictos interpersonales.
 
El chismorreo es eficaz para alcanzar estas metas en un sistema social no sano. La gente participa de los chismes cuando carecen de confianza o eficacia. Recurrimos a amigos confiables en lugar de a los líderes. Nos volvemos proveedores de chismes cuando sentimos que no podemos tratar cuestiones delicadas de forma más directa.
 
El chisme refuerza la enfermedad que lo genera. Se basa en una profecía auto cumplida. Si carezco de confianza o eficacia, participo del chisme, lo que me despoja de la oportunidad de probar mi desconfianza o ineficacia. Entre más lo use, más refuerzo mi necesidad de éste.
 
La dependencia en el chisme puede minar la fuerza que se requiere para participar en una vida social compleja. También nos anestesia de la dolorosa incertidumbre que inevitablemente acompaña a la solución madura de problemas.
 
Foto: Getty
 

Los líderes pueden encarar el problema subyacente en tres formas:

 
Dejar de posibilitar. Los chismosos son premiados cuando los demás responden pasivamente (cuando simplemente escuchan). Para frenarlo, obligue que salga a la luz.
 
Formar confianza en las alternativas. Reduzca la oferta de chimes disminuyendo la demanda. Cree opciones para ventilar problemas. Una opción es la reunión de participación general. Una compañía también puede usar una plataforma de red social interna para modelar sinceridad y apertura sobre un número de tópicos. Cuando hay canales creíbles para que ocurra la discusión, una inquietud puede abordarse abiertamente en lugar de metastizarse en chisme.
 
Formar habilidades. El chisme es una forma de incompetencia aprendida; una habilidad adquirida que produce resultados deficientes. Empiece a “reprogramar” a los empleados desde el primer día. Pida a los empleados nuevos que describan cosas que odian de otros lugares en los que han trabajado. 
 
En los primeros lugares de la lista siempre están el chisme y las políticas de oficina. Los gerentes que encabezan estas discusiones pueden usar este momento para ofrecer habilidades alternativas y estrategias para sacar a la luz inquietudes que sean emocional y políticamente riesgosas, y para desafiar a los empleados a que creen la cultura que quieran a través de su uso.
 
El chisme desaparece cuando los líderes dejan de posibilitarlo, cuando crean confianza en canales de comunicación saludables y cuando invierten en formar habilidades para que los empleados los usen.
 
Joseph Grenny ha sido cuatro veces ganador del premio al autor mejor vendido del New York Times y es cofundador de VitalSmarts.
 
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