Reformas sin parches

En este sexenio, ¿las reformas estructurales no quedarán en parches? Era lo que veíamos aprobarse por varios años. De ahí que, en este sexenio, lo aplaudible sea la aprobación de reformas estructurales. Sin embargo, parece que todavía hay un “pero”.

Es necesario que las reformas aprobadas terminen de pulirse para que tengan el efecto deseado en la economía de todos y no sólo de unos cuantos.

El gobierno de Enrique Peña Nieto deberá cambiar sus procesos para alinearlos con los objetivos establecidos en la reforma. Habrán de instaurarse nuevos sistemas de información y procesos de negocio, con el reto de conformar un ambiente que cumpla las regulaciones y leyes aplicables a la Administración Pública Federal. Aquí algunos de los cambios más representativos: La exploración y extracción serán consideradas actividades estratégicas y correrán a cargo del Estado mediante asignaciones a empresas paraestatales o particulares.

Se establecen cuatro modelos contractuales básicos para la exploración y la extracción de hidrocarburos: de servicios (con pagos en efectivo), de utilidad compartida (con pagos hechos con un porcentaje de la utilidad aún no establecido formalmente), de extracción compartida (con pagos hechos con un porcentaje de la extracción), y licencias (con pagos hechos por medio de la transmisión onerosa de los hidrocarburos, una vez que han sido extraídos del subsuelo).

En cuanto a la Reforma Energética, el reto para 2014 es que, después de aprobarse la reforma constitucional, se den, las leyes secundarias, para que el impacto en el mediano y largo plazo ayude a que la tasa de crecimiento del PIB sea superior a cinco por ciento, de forma sostenida. Se requieren las leyes orgánicas de los nuevos organismos reguladores que han sido creados.

Qué decir de que Pemex tendrá la facultad para concluir proyectos de exploración vigentes, dentro de los próximos tres años, prorrogables dos años más. Si son exitosos, la paraestatal podría continuar con las actividades de extracción. De lo contrario, los proyectos serán eliminados o reasignados. El resto de procedimientos de la industria y la petroquímica quedarán fuera de las actividades estratégicas estatales, podrán ser llevadas a cabo por el sector privado.

Y EL MEDIO AMBIENTE

El proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México  (NAICM) lo convierte en la obra de infraestructura más importante del país en las últimas décadas. Contempla tres pistas y capacidad para 50 millones de pasajeros en su primera etapa (hasta 2020), y seis pistas y capacidad para 120 millones de pasajeros en una segunda etapa, lo que lo ubicará entre los tres más grandes del mundo. Esto representa una gran oportunidad para mejorar el servicio de transporte de la Ciudad de México con criterios de calidad, así como implementar medios de acercamiento a puntos de intercambio modal, indica un análisis del Observatorio Ciudadano, que integran el Instituto Mexicano de la Competitividad, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y el Centro de Transporte Sustentable EMBARQ México.

Un estudio señala que, en promedio, los aeropuertos se encuentran a 20.5 km del centro de las ciudades. El NAICM se encontrará a 17 km del Centro Histórico, abajo del promedio mundial; por lo que representa una ubicación favorable en materia de conectividad vial y potencial conectividad con el transporte público. Se dice que el proyecto contempla mejorar la red de transporte a través de nuevas obras de gran envergadura. ¿Será? ¿Usted qué cree?