Víctor Beltri

Víctor Beltri

23 Abr, 2015

The cuban moment

Cuba será, sin duda, uno de los grandes fenómenos de la década. El clima, la historia, la transición pacífica. La llegada de los grandes capitales, que será tan sólo cuestión de tiempo.

Y de poco tiempo, por lo visto. Apenas hace unos días, el editorial en El País refería cómo los inversores internacionales hacen cola para entrar en el mercado cubano, y resaltaba el viaje del secretario de Estado de Comercio de España con una comitiva de 43 empresas españolas, con intereses presentes o futuros en Cuba. Inversionistas que buscan más oportunidades para multiplicar su dinero y que, según el mismo diario, “han expresado su intención de participar en los proyectos cubanos de energía, telecomunicaciones, transportes, infraestructuras y construcción”.

Eso, justo después de que la normalización en las relaciones diplomáticas haya sido ratificada en Panamá y a días de que el ministro de Comercio Exterior cubano, Rodrigo Malmierca, declarara que necesitan “alrededor de 2,500 millones de dólares anuales de inversión foránea para estimular un crecimiento que devenga en desarrollo, prosperidad y sustentabilidad para nuestro proyecto socialista”. Mencionó 274 nuevos proyectos para invertir, en 11 sectores diferentes de la economía.

Francia, por su parte, ha sido el país elegido para que el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, inicie una gira por Europa en esta misma semana. François Hollande, presidente francés, será el primer mandatario que visite la isla; y el mes pasado el secretario de Estado francés de Comercio Exterior y Turismo lideró una visita comercial con empresarios franceses.

El martes, hace un par de días, el gobernador de Nueva York estuvo en Cuba con más empresarios, de gran peso económico. Estados Unidos ha sacado a la isla de la lista negra de países patrocinadores del terrorismo, y cada día son mayores los signos de que el cambio será irreversible, y un argumento contundente para la elección presidencial del próximo año. Obama vio a tiro la oportunidad histórica de ser el Presidente que terminó con el comunismo cubano y la aprovechó sin dudarlo.

Es el momento cubano, sin duda. The Cuban Moment. Y lo seguirá siendo conforme los cambios se sucedan. Raúl Castro, por lo pronto, ha anunciado que éste será su último periodo, con lo que los acontecimientos vendrán en una vorágine que transformará la isla en unos cuantos años y en la que los derechos humanos y la libertad de sus habitantes tendrán que estar, necesariamente, incluidos.

Así, el panorama se vuelve aún más complejo para la economía mexicana. La apertura de Cuba necesariamente tendrá un impacto brutal en la industria turística nacional, por ejemplo, pero también abrirá otras áreas de oportunidad para la inversión de grupos nacionales. La pregunta el día de hoy es qué estamos haciendo al respecto.

¿Cuál es la estrategia del gobierno federal para aprovechar el nuevo escenario? ¿Qué acciones concretas están tomando, por ejemplo, la Secretaría de Turismo, la de Economía o Proméxico? ¿Qué medidas se tomarán para hacer frente a la nueva competencia, cómo se reposicionarán nuestros destinos, qué misiones comerciales a Cuba se están preparando, cómo se planea incrementar el intercambio con la isla?

Comenzaron las campañas hace unos cuantos días, pero llevamos meses sin hablar más que de los mismos temas. El mundo sigue girando, y no podemos permitirnos quedarnos fuera de los grandes acontecimientos que generarán oportunidades para quienes sepan identificarlas. Y eso, la identificación de oportunidades en entornos turbulentos, la toma de decisiones estratégicas, la definición de futuros ideales y la definición de los pasos necesarios para conseguirlos, también es hacer innovación.

Lo invito a continuar la conversación a través de Twitter  o de mi correo electrónico, donde responderé con gusto a sus preguntas. Innovemos juntos.

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