Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

25 Abr, 2015

Las preocupaciones del Grexit

Dos palabras, frustración y urgencia,  definen y apuntan a la posible salida de Grecia de la zona euro. Frustración es la que manifestaron los ministros de Finanzas de los países de la moneda única europea con respecto a su contraparte griego Yanis Varoufakis, quien ha mantenido una postura rígida con respecto al alcance y naturaleza de las reformas.

En un editorial publicado ayer, el ministro de finanzas griego escribió: “Las instituciones de la troika (Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) a lo largo de los años se han basado en un proceso de inducción reversa. Establecen una fecha (digamos 2020) y un objetivo para la relación entre deuda nominal e ingreso nacional (digamos 120 por ciento) que tiene que lograrse como prerrequisito para que los mercados puedan prestarle a Grecia a tasas razonables.

Después, con suposiciones arbitrarias de tasas de crecimiento, inflación y compromisos de privatizaciones, y otras cosas más, computan los superávit necesarios en cada año de manera regresiva hasta llegar al presente.

El resultado de este método en opinión de nuestro gobierno es una trampa de austeridad. Cuando la consolidación fiscal establece una relación deuda/ingreso que tiene que ubicarse en algún punto específico en el futuro, la necesidad de que los superávit primarios logren dichos objetivos tienen un efecto en el sector privado que vulnera las tasas de crecimiento y descarrila la ruta de la planeación fiscal.

De hecho, son precisamente dichos planes de consolidación fiscal los que llevan a que Grecia incumpla los objetivos de manera tan espectacular.

El planteamiento del funcionario griego no parece irracional, sin embargo, los líderes europeos no quieren abrir el menor resquicio de indisciplina dado que flexibilizarse con el gobierno de Alexis Tsipras, considerado como de extrema izquierda, podría convertirse en un caballo de Troya para Europa dado que mandaría una señal a los electores del éxito de este tipo de movimientos, Podemos, en España, es un buen ejemplo.

Aunque parece inevitable la insolvencia de Grecia ante la incapacidad de flexibilizar las posturas de ambos lados de la mesa de negociación, la otra opción sería la eventual salida del país mediterráneo de la zona euro lo que implica enigmas y preocupaciones sustanciales. Gillian Tett, del Financial Times, refleja en una de sus columnas, que por cierto tuiteó Jaime Zabludovsky, presidente ejecutivo de ConMéxico, que en Estados Unidos hay preocupaciones por la eventual salida de Grecia de la zona euro que pudiera crear una secuela parecida a la que ocasionó el colapso de Lehman Brothers que fue el punto de quiebre de la Gran Recesión de 2008.

La periodista cita tres factores que hacen temer a los estadunidense con respecto a Grecia; el primero es que aunque haya un buen análisis de los riesgos que implica la salida de la zona euro eso no impide consecuencia imprevistas, en segundo porque los inversionistas comienzan a dudar no sólo de la solidez de otras entidades, pero también a atisbar riesgos de incertidumbre en las reglas que rigen al sistema financiero, y en tercer lugar por las consecuencias políticas de un evento de esa naturaleza.

Una cuarta preocupación es que en el caso de Lehman, el hoyo en su hoja del balance fue más grande de lo que nadie imaginó y eso hizo temblar a las demás instituciones. En mi opinión, el mayor riesgo de la salida de Grecia es que implicaría el fracaso de la zona euro en su dimensión política.

 

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