Querer ganar 'todas las batallas' no sirve para llegar a la cima

Los empleados que carecen de tiempo de descanso están menos comprometidos con su trabajo un año después, dice un estudio
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¿Qué le pasa a nuestras habilidades interpersonales cuando trabajamos hasta agotarnos? Foto Thinkstock
¿Qué le pasa a nuestras habilidades interpersonales cuando trabajamos hasta agotarnos? Foto Thinkstock

En su libro de 2007 “What Got You Here Won’t Get You There”, el asesor ejecutivo Marshall Goldsmith presentó el caso de que, paradójicamente, muchos de los comportamientos que inicialmente impulsan por los peldaños corporativos a la gente de gran rendimiento son los mismos que impiden que alcancen la cima. Estos hábitos incluyen “ganar demasiado” (la necesidad de ganar cualquier discrepancia en el lugar de trabajo, incluso cuando no importa) y la “obsesión con las metas” (involucrarse tanto con alcanzar metas de corto plazo que se olvidan de la misión más general).

 

Desde el libro de Goldsmith, ha brotado otro hábito de doble filo en el lugar de trabajo: “no desconectarse”.

 

Aunque trabajar muchas horas a menudo es benéfico para el avance al principio de la carrera, conforme se sube a una posición de liderazgo, mantener esta práctica puede dañar las perspectivas profesionales. Actualmente, el éxito depende más de la habilidad interpersonal.

 

¿Qué le pasa a nuestras habilidades interpersonales cuando trabajamos hasta agotarnos? Estudios indican que tendemos a malinterpretar a los que nos rodean, típicamente de forma más negativa. También se nos dificulta más resistirnos a atacar desaires percibidos. Entonces, no solo percibimos incorrectamente el mundo que nos rodea más negativamente, sino que también es más probable que actuemos con esa información.

 

El deterioro del juicio es otro peligro de no desconectarse. En lo que respecta a navegar incertidumbre y negociar riesgo, las investigaciones son claras: la calidad de las decisiones se desploma cuando estamos agotados. La sobrecarga de trabajo y la falta de sueño que fomenta impiden que veamos los problemas claramente y que identifiquemos soluciones creativas.

 

Quizás el riesgo más grande de no desconectarse es que sus acciones dificultan que su equipo siga involucrado. Como líder, sus comportamientos comunican expectativas a su personal. Un estudio de 2010 mostró que los empleados que carecían de tiempo de descanso no solo estaban menos comprometidos con su trabajo un año después, sino que era más probable que informaran de agotamiento emocional y síntomas físicos.

 

¿Qué podemos hacer todos para facilitar la desconexión?

 

La mayoría de los intentos para cambiar comportamientos fallan porque son muy ambiciosos. Encuentre un cambio modesto que se sienta cómodo implementando. Por ejemplo, al llegar a su casa intente dejar el teléfono inteligente en otra habitación, para no estar revisando su correo electrónico constantemente.

 

Programe los correos que envía en la tarde para que lleguen en la mañana, para no comunicarse con sus colegas a toda hora.

 

Identifique algo activo que le gustaría dominar: empiece a andar en bicicleta, anótese a clases de cocina. Estas actividades pueden refrescar su forma de pensar y perspectiva, y posibilitan que reenmarque su tiempo lejos de la oficina en términos de ganancia en lugar de pérdida. Romper un mal hábito requiere encontrar algo más atractivo que pueda hacer en su lugar.

 

Texto escrito por: Dr. Ron Friedman. Es fundador de ignite80 y autor del libro "The Best Place to Work", próximo a salir a la venta.

*bb

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