Marielena Vega

Estrategia de negocios

Marielena Vega

28 Abr, 2015

¿Dónde quedó el salario?

Esta semana se conmemorará una vez más el Día del Trabajo y con ello las reflexiones sobre el tema se harán presentes, puesto que el salario es por demás un elemento que se ha puesto mucho en la mesa de discusión para saber sí se puede elevar o no, dada la pérdida del valor del poder adquisitivo que se ha tenido a lo largo de los años. Por lo pronto, el incremento de la disparidad salarial de 2008 a 2014, reflejado en la última investigación de Hay Group, se dio en casi todos los países, lo que llama la atención es que dicho aumento en México sea de 16.2%, cuando al analizar el resto de los países de Latinoamérica la brecha creció 7.8 por ciento.

Entre otras, las causas que originan este comportamiento, de acuerdo con Enrique Pérez Sámano, director de la práctica de Compensación de Hay Group México, se debe a la demanda de personal calificado en los niveles altos.

A pesar de que existe un nivel de desempleo importante, la realidad es que ante el entorno de competitividad al que se enfrentan las empresas, las capacidades requeridas en el personal ejecutivo han ido en aumento y a las organizaciones les resulta difícil conseguir ejecutivos que cumplan con el perfil esperado.

El problema se acentúa en virtud de que son pocas las compañías que invierten en desarrollar talento interno.

Otro factor tiene que ver con la forma en que las empresas definen el alcance de los puestos. En México, las decisiones tienden a concentrarse en pocos puestos y el resto funcionan a nivel operativo, con responsabilidades de supervisión o de ejecución.

Por esta razón, las diferencias de pago entre los distintos niveles de las organizaciones son muy marcadas y terminan con sueldos claramente más bajos en los últimos niveles de la pirámide.

El tener una brecha salarial amplia que además se va ensanchando con el tiempo, indudablemente tiene consecuencias en diversos ámbitos, tanto desde una perspectiva social, por su repercusión en la distribución del ingreso, como en materia económica por la forma en que impacta en la capacidad de consumo y su efecto en el crecimiento económico.

Por otra parte, desde la perspectiva de las empresas, gestionar la organización a partir de concentrar las decisiones en pocas personas no parece ser la manera más eficiente de funcionar. De ahí que una opción para salir de este círculo sería empezar a establecer responsabilidades por resultados en los distintos niveles de la organización y, como consecuencia, asignar niveles salariales proporcionales al valor agregado de cada puesto. ¿Será?

CAMBIOS FISCALES

La Reforma Fiscal ha generado un alto impacto en el mercado laboral y ha perjudicado a una cantidad importante de familias en México.

De acuerdo con líderes patronales, los cambios fiscales han tenido un impacto que disminuyó la actividad económica y han generado un efecto negativo sobre el ingreso disponible en los hogares mexicanos; han traído aumento en los costos laborales y redujeron los incentivos de las empresas para invertir en el corto plazo.

De ahí la importancia de fortalecer a las empresas mexicanas, para que puedan invertir y reinvertir y así generar nuevos empleos y robustecer la economía.

Así que ojalá pronto podamos ver movimientos certeros y focalizados en promover y atraer más inversiones al país; así como sostener y promover el empleo.

Sin lugar a duda, una relajación de las deducciones en prestaciones sociales en el sector empresarial sería un acierto. Así como el mantener esos ingresos para el gobierno, a cambio de que sigan existiendo restricciones en la contratación de empleo formal.

Habrá que seguir de cerca los pasos que dé el gobierno federal, al mando de Enrique Peña Nieto, que serán decisivos, para ver hacia dónde se mueve la economía y con ello, inversiones, salario y empleo.

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