Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

4 May, 2015

Los retos para la preinspección migratoria hacia EU

Aunque es imposible hacer “guiso de pato” sin antes capturar al animal, los avances legislativos que se lograron a través de la reforma a la Ley Federal de Armas de Fuegos y Explosivos, anticipan que en el ámbito turístico se perfilarán igualmente algunos retos junto con los beneficios que traería concretar la “preinspección” o “preinternación”.

En realidad esta reforma tendrá también implicaciones muy relevantes en el terreno de las aduanas y la Secretaría de Hacienda, cuyo titular es Luis Videgaray, empujó directamente el proyecto que envió el jefe del Ejecutivo al Congreso.

En el ámbito turístico el primer asunto es concretar una negociación exitosa con el gobierno de Estados Unidos, pues sería el colmo que una vez cumplido el requisito de que las autoridades migratorias de ese país puedan estar armadas dentro de los aeropuertos mexicanos, ahora esto no lleve a ningún sitio.

Además algunas aerolíneas mexicanas y extranjeras ya levantaron la mano para manifestar algunas preocupaciones  que, mal ejecutadas, podrían poner a este cambio frente a uno de esos escenarios en donde resulta más caro el remedio que la enfermedad. Aquí se ha hecho referencia a la importante repercusión que tendrá la preinspección  para incrementar los vuelos punto a punto, conectando ciudades intermedias de los Estados Unidos a los que sólo se puede llegar a través de los hubs.

Aeropuertos como Cancún, que ya es muy exitoso, puede por ese solo hecho incrementar el número de pasajeros internacionales en más de 20% en un plazo de cinco años.

La contraparte, siempre hay dos caras de una misma moneda, es que si esto no se ejecuta adecuadamente, podría convertirse en un dique para los vuelos en conexión que son tan importante para las aerolíneas tradicionales.

En este caso el problema derivaría del hecho de que la totalidad de los vuelos en conexión provenientes del extranjeros, podrían pasar migración en los aeropuertos mexicanos que comiencen a hacer efectiva la preinternación, lo que generaría retrasos, pérdidas de vuelos y demás calamidades.

Cuando ASUR, de Fernando Chico Pardo, construyó la ampliación del aeropuerto de Cancún, se incluyó un área especial para los vuelos en donde las autoridades migratorias estadunidenses llevarían a cabo la preinspección. Una infraestructura que no se ha utilizado debido a que el proyecto no se había concretado y que ahora, seguramente, pone a esta terminal en una posición ventajosa para fungir como pionera.

El aeropuerto de Los Cabos tampoco debería significar un problema, pues son pocos los vuelos en conexión que recibe; pero el gran reto es el del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Evidentemente cuando se construya el nuevo, el asunto de la preinspección debe ser estudiado para que no afecte a los vuelos en conexión; pero ahora mismo hay interés en aprovechar la figura desde ahora lo que sí puede convertirse en un problema.

La preinspección debe servir para incrementar la llegada de turistas internacionales y no para provocar el efecto contrario.

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