Tres claves para asesorar correctamente a distancia

¿Qué pasa cuando algunos de sus subordinados directos están a cientos o incluso miles de kilómetros?
Management -
En esencia, asesorar es una idea simple: ayudar a sus subordinados directos a mejorar lo que hacen y lo que son. Pero no es un proceso simple. Los buenos asesores crean un espacio seguro para tener una discusión abierta, para hacer las preguntas correctas (y genuinamente escuchar las respuestas) y para desafiar constructivamente al empleado.
 
Esto es bastante difícil cuando se hace cara a cara. ¿Qué pasa cuando algunos de sus subordinados directos están a cientos o incluso miles de kilómetros?
 
Es desafiante, principalmente porque no se tiene un contexto compartido con ellos. En cualquier momento, los empleados pueden captar en la oficina incontables fragmentos de información sobre sus colegas. Dicha información se hace parte de una base de datos mental que usamos para interpretar situaciones, decodificar interacciones y entender motivaciones.
 
Esta base de datos es de importancia crucial para el asesor. Cuando se asesora, se está ayudando a la gente a entender las consecuencias de sus acciones y reconocer cualquier desconexión entre lo que querían lograr y lo que realmente sucedió. Esto es más difícil de hacer a la distancia.
 
Además, si no se comparte el contexto, se reduce la confianza, piedra angular de la asesoría eficaz. La gente a la cual está asesorando debe confiar lo suficiente en usted para compartir sus éxitos y fracasos, para exponer sus vulnerabilidades y para pedir ayuda.
 
Foto: mconnors / morguefile.com
 
Un gerente puede asesorar incluso con solo visitas intermitentes o con llamadas telefónicas o video conferencia: 
 

1. Ventile el problema.

 
Sostenga una discusión honesta sobre los retos de establecer y mantener una relación de asesoría eficaz a la distancia. Así formará compenetración y confianza, creando la experiencia compartida de trabajar juntos para superar el factor distancia.
 

2. Formalice lo informal.

 
Planifique con antelación y establezca un programa fijo para la frecuencia con que interactuarán. Las investigaciones muestran que un ritmo predecible es un motor clave para la confianza a la distancia. 
 
Dedique parte del tiempo que pasan juntos a establecer un contexto compartido con la gente que está asesorando. No solo pregunte qué hacen en la oficina sino también dónde optan por pasar el resto de su tiempo. Así ganará una perspectiva más profunda sobre su vida personal y profesional.
 

3. Encuentre una caja de resonancia.

 
De ser posible, busque alguien en la ubicación de sus subordinados que pueda hacer de caja de resonancia; alguien en quien confíe para ayudarlo a evaluar si sus recomendaciones tienen sentido a nivel local.
 
La distancia quita gran parte de la información que necesitamos para entender a nuestros subordinados lejanos. Poner en pie algunas estructuras y procesos simples puede ayudar a acercarlo.
 
Mark Mortensen es profesor adjunto de comportamiento organizacional en INSEAD.
 
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