Life Skills: Hábitos altamente efectivos (Parte VIII)

Dicen que el hábito no hace al monje… Pues qué bueno qué esta no es una columna de consejos religiosos. En el mundo de los emprendedores el hábito sí hace al éxito.

Estas semanas que estamos hablando sobre habilidades de vida que nos hacen mejores personas y, por ende, mejores emprendedores, sería ridículo no hablar de la importancia de tener buenos hábitos en el negocio.

(El resto de los consejos sobre habilidades de vida, en esta serie, pueden consultarlo en http://www.dineroenimagen.com/lideres/99)

Hoy en día el camino hacia el éxito, más que un maratón,  se asemeja a una carrera en una banda sin fin; por más que corremos y corremos parece ser que no llegamos a ninguna parte. La mayoría de nosotros, en algún momento,  nos sentimos estancados en nuestro trabajo y en nuestra vida personal. No concretamos metas ni obtenemos los resultados esperados después de arduas jornadas de trabajo.

Parte de este “estancamiento” se debe al ambiente externo, la mayor sofisticación que hace cada vez más difícil entender cómo funcionan, desde los negocios hasta las relaciones humanas, así como la virulenta competencia que existe a nuestro alrededor; pero también se debe a los hábitos “operación” que hemos aprendido (explícita o implícitamente), y que cada vez se adecuan de menor manera a las necesidades de ejecución del mundo actual.

Así es que, ya sea para tener éxito como persona y como emprendedor, es una buena idea adoptar los siguientes hábitos, que se marcan claramente en el libro de Stephen Coven Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva y que te ayudadrán tanto en tu relaciones interpersonales, asuntos personales y decisiones de negocio:

Hábito 1. Sé proactivo. La piedra angular del éxito es tomar la iniciativa: actuar para ser nosotros los que generemos en cambio y no sólo actuar en respuesta a los cambios que se generan alrededor de nosotros (manera reactiva).

Hábito 2. Empieza con un fin en mente. Si no sabes hacia a dónde quieres llegar es virtualmente imposible lograrlo; debes de tener, en cada una de las áreas de tu vida diaria, objetivos de largo plazo. Antes de empezar cualquier camino siéntate y planea. Usa la cabeza para avizorar escenarios alternativos y evaluar lo que harías en cada situación. Cierto, no puedes prevenir todo lo que puede pasar, pero al estructurar tu plan de acción y enfocar tus objetivos es mucho más factible que puedas solucionar cualquier percance que ocurra en el camino.

Hábito 3. Primero lo primero. Los proyectos y actividades (diarias y de largo plazo) se pueden dividir en base a dos características: su urgencia y su importancia. Por el ritmo de la vida actual estamos acostumbrados a dedicar la mayor parte de nuestro tiempo a resolver proyectos “urgentes” (estilo crisis o “bomberazos”) independientemente de si son o no importantes y tienen repercusión en el largo plazo. Saber delegar, cómo y a quién, es un arma fundamental para poder alcanzar cualquier objetivo.

Hábito 4. Piensa ganar-ganar. Todos tus planes deben ser emprendidos con el fin de que te beneficien a ti, pero también al resto de las personas involucradas en ellos.

Hábito 5. Busca primero entender (y después ser entendido). Como bien dice el dicho: tenemos dos oídos y sólo una boca para escuchar el doble de lo que hablamos; pon tus “antenas” a trabajar. Hablar antes de realmente entender la situación es un camino directo al fracaso. Escucha (no sólo oír, pero escuchar con atención) las palabras de la gente que te rodea y dialoga con ellos para procurar entender perfectamente qué es lo que está pasando antes de dar cualquier orden u opinión.

Hábito 6. Encuentra sinergias. En las relaciones humanas (y el trabajo en equipo) el total es mayor que la suma de las partes. El aprender a trabajar en equipo maximiza el trabajo individual de cada persona y, por ende, los resultados que se obtienen.

Hábito 7. Afila el hacha. No sólo de trabajo vive el hombre. Para poder potenciar al máximo la capacidad productiva tenemos que aprender a conjugar y disfrutar todas las partes de la vida, desde actividades de recreación y crecimiento personal hasta el tiempo que se pasa con la familia y seres queridos.