Riesgos y ética personal

En el evento de gobierno corporativo patrocinado por Deloitte México, salieron a relucir muchos conceptos que considero básicos para la armonía familiar y el comportamiento dentro y fuera de los negocios.

Me refiero a los Códigos de Ética, que se deben diseñar y aprobar por unanimidad por todos los involucrados, pero, sobre todo, deben aplicarse rigurosamente y así tener clara la misión familiar y empresarial. Valores como el respeto, la justicia y la honradez, así como la lealtad y la tolerancia mutua son críticos para la convivencia en todos los casos, pero suenan a palabras huecas y sin sentido si no se complementan con una explicación real de su significado, un reglamento y penalizaciones acordes a la falta.

Por otro lado, el mundo ha cambiado y hay riesgos que, de improviso, provocan el caos, conflictos  e incluso la pérdida de prestigio del negocio, sus productos o servicios y, por ende, de los dueños y ejecutivos que lo manejan.

Un caso: En un restaurante muy exitoso de antojitos mexicanos hubo un conflicto entre el dueño y un mesero, el que fue, finalmente, despedido (no sabría decir si con razón o no). Este último, despechado, se dedicó a meter veneno en los saleros del restaurante. Resultado: Cientos de personas fueron hospitalizadas de emergencia (había un sanatorio en la misma calle, por lo que se salvaron muchas vidas), el local fue clausurado por meses, y al mesero y a su PATRÓN los encarcelaron. La pérdida de prestigio fue brutal, aunque, posteriormente, el restaurante se recuperó. 

Un acto de sabotaje y violencia debido a comportamientos de personas con adicciones, injusticias flagrantes por parte de jefes a subalternos o, simplemente, por omisión o dolo pueden considerarse como eventos sin importancia a meter debajo del tapete en la casa o la oficina, pero actualmente con tanto celular y tabletas éstos se pueden grabar, capturar mediante fotos o mandar a YouTube o similares y se vuelven, en segundos, virales y devastadores para el inculpado(a).

Si no me creen, tápense la nariz y asómense al cochinero de las huecas campañas electorales, en las cuales hay mucha tela de donde cortar, pero no propuestas. Todos estamos en una casa (oficina) de cristal y si no creamos e implementamos una serie de reglas y su costo al que las transija, los riesgos morales y, por supuesto, de reputación tendrán repercusiones económicas que durarán años.

En los negocios de estructura familiar debe haber una sensibilización de todos los miembros y dueños que están sujetos a riesgos adicionales a los que vivimos, debido a la falta de políticas sobre la dirección y operación de negocios, el delicado proceso de sucesión, tanto del negocio como de su propiedad accionaria, y el manejo familiarizado y no profesional, hechos que provocan tensiones y otros.

Hay que blindar todo con un potente Código de Ética, que sirva como base para los demás. Tenemos nuevos seminarios en este mes y también en junio. Comuníquese con nosotros: 55 5294 8407 y 55 5294 8633. O escríbanos: irma.direccion@hotmail.com