Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

18 May, 2015

El cambio al nuevo papel del sector externo en la economía

Han pasado casi 30 años desde el inicio de la entrada de México al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), que marcó una totalmente nueva política de apertura comercial para nuestro país; por tal motivo, haremos un análisis sobre la política económica de 1982-2012 y sus resultados; una breve descripción de la política económica del presidente Enrique Peña Nieto, y las reformas que impulsó, con sus efectos esperados sobre la economía.

Tras la crisis de 1982, en que se experimentó una importante salida de capitales y una magna devaluación del peso, producto del sobreendeudamiento del gobierno y de la inflación en la economía, era evidente que se había agotado el modelo de “sustitución de importaciones”, exitoso en la época de posguerra y del llamado “Milagro Mexicano”.

Como en otros países, el modelo que adoptó México fue el de una economía abierta, cuyo impulso al crecimiento surgiría del intercambio comercial, el cambio estructural que sufrió la economía; de manera que el nuevo modelo, basado en las exportaciones y la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED), se impulsó con la firma de diversos tratados comerciales que permitieron fomentar el comercio exterior mediante la eliminación de barreras proteccionistas.

Así, con la plena integración al GATT, en 1986, el 73% de las importaciones quedaron exentas de políticas de protección, pero fue la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, la que sentó las bases del modelo exportador.

Una clara manifestación del nuevo modelo mexicano ha sido el significativo crecimiento de la  apertura del sector externo: de 23.2% en 1993 a 60.9% en 2013, que mide la suma de exportaciones más importaciones del país.

Así, las exportaciones pasaron de 24 mil millones de dólares, en 1980, a 380 mmdd en 2013, y la participación de las exportaciones en el PIB pasó de 10.28% en 1993 a 30.4% en 2013. Un caso similar se dio en las importaciones, cuya participación en el PIB pasó del 12.96% a 30.51 por ciento.

Un fenómeno que acompañó a este incremento en el comercio internacional fue el fortalecimiento del sector manufacturero, además la estrategia del gobierno fue buscar reducir la dependencia de las exportaciones petroleras; de manera que, mientras la participación de estas exportaciones, en dicho periodo se incrementó en 2.4 puntos porcentuales del PIB, la participación de las exportaciones no petroleras subió 17.7 puntos porcentuales en el mismo periodo, al pasar 8.8% a 26.5 por ciento.

México, así, se volvió muy competitivo en la exportación manufactura y de automóviles, electrodomésticos, textiles y equipos de cómputo, entre otros.

En suma, en los últimos 32 años la economía mexicana ha experimentado una transformación hacia un mercado abierto con un importante volumen de comercio internacional.

Esto ha sido favorable para algunos sectores como el industrial, y para las regiones del norte del país y el Bajío. Hoy no podríamos entender a México sin el TLC de Norteamérica, pero no implica que se hayan alcanzado los resultados deseados en términos de crecimiento económico, ni que no haya retos por delante por atender.

Una de las consecuencias de la mayor apertura ha sido una gran vinculación intersectorial e internacional de las cadenas de valor. La búsqueda de nuevos mercados, ahorros en insumos para la producción, ahorros salariales, la obtención de productos de alta calidad, ventajas competitivas, entre otros factores, han hecho que sectores exportadores cobren gran relevancia para México.

*Economista

Twitter: @acanovelez

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