Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

21 May, 2015

¿Cuánto crecerá nuestra economía este año?

Para cuando lea esto, seguramente ya conoce el dato que hoy temprano dio a conocer el INEGI, acerca del comportamiento del PIB durante el primer trimestre del año en curso.

¿Le dijo algo la cifra proporcionada? ¿Le generó confianza en el futuro comportamiento de nuestra economía? Lo leído en el reporte del INEGI,  ¿le ayudó a confiar en la conducción económica que padecemos? ¿La posición expresada por la Secretaría de Hacienda —la cual desconozco a la hora de escribir esta colaboración—, le envió a usted —dado su carácter de contribuyente o agente económico, o simple consumidor— un mensaje alentador que contribuye a restablecer la confianza perdida?

¿Qué piensa del reciente ajuste a la baja que anunció este martes Banco de México, cuando presentó el Informe Trimestral Enero-Marzo 2015? ¿Qué le pareció, que el crecimiento del PIB que dicha institución ve como más probable para este año, vaya a estar entre el 2.0 y 3.0%?

¿Dónde quedarán, nos preguntaremos junto con usted, las declaraciones triunfalistas de casi todos los funcionarios —no se diga ya de nuestro gobernante—, y las de panegiristas oficiales u oficiosos que incluso, en el colmo de la ignorancia, las más de las veces sólo reproducen de manera acrítica el boletín enviado? ¿A qué se debe que no pocos de estos últimos, desde la torre de su soberbia, todavía se dan el lujo de menospreciar a los que no ven las bondades que las cifras nos anuncian?

Ante estas dos posiciones encontradas, ¿quién está más cerca de la realidad y, si quisiéremos poner las cosas de otra manera preguntaría así, quién es más objetivo en su análisis? ¿Será acaso el que ve un futuro casi luminoso con base en éste o aquel conjunto de cifras o el otro, que insiste en que las trabas estructurales de la economía son muchas todavía, y nadie muestra intención alguna de enfrentarlas para eliminarlas?

Es más, ¿acaso importa —si eso último que afirmo fuere reflejo objetivo de la gobernación que vemos—, un crecimiento del PIB para este año del 3.0% o del 3.7? Mi posición al respecto es clara, poco o casi nada importaría porque, las condiciones internas que nos imposibilitan crecer a tasas por encima del 5.0% ahí están, tal y como estaban ayer, intocadas.

Luego entonces, como diría la conocida expresión frente a la conducta del cínico, ¿y usted, señor secretario, de qué se ríe? ¿De lo bien que le va junto con los suyos, y de los negocios que está haciendo al amparo del puesto?

Las cifras pues, siempre tienen algo para todos; son instrumentos que permiten a unos afirmar esto, y a los otros afirmar lo contrario. De ahí pues, que a la hora de conocer el comportamiento de una variable de la importancia del PIB, la visión con la cual debamos juzgar ese dato tiene que ser integral.

Las conclusiones interesadas toman las cifras fuera de contexto; dejan de lado las condiciones estructurales de la economía mexicana porque, lo que quieren es vender cuentas de vidrio como si fueren diamantes. ¿Las compra usted? ¿Y qué dice cuando se da cuenta del engaño?

Lo que diga poco importará pues en su momento, usted las compró; el vendedor, sabedor de esto, algo nuevo le ofrecerá mañana.

Está avisado; cuidado pues.

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