David Páramo

Análisis superior

David Páramo

22 May, 2015

¿Realmente importa tanto?

Existe una suerte de frenesí sobre el ajuste que realizó la Secretaría de Hacienda a la estimación del Producto Interno Bruto para este año y a partir de ahí se construye una gran cantidad de hipótesis y elucubraciones sobre el comportamiento futuro de la economía.

Sin embargo, ha llegado el momento de preguntarse ¿realmente es tan importante la estimación del crecimiento de la economía? No faltarán quienes le digan que permite a los agentes económicos tener información suficiente para preparar sus decisiones de inversión.

Esta visión, obsoleta y que recuerda a papá gobierno, no se sostiene, puesto que hoy hay una gran cantidad de agentes económicos que hacen previsiones sobre el comportamiento de la economía y se sabe que una vez que el INEGI da a conocer su información la Secretaría de Hacienda confirma o rectifica el rango de estimación del crecimiento de la economía.

¿Realmente cree que una empresa modificará sus planes de crecimiento luego de haber escuchado al subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela? Se debe saber que se trata de una estimación, no de un compromiso: no son las tablas de la ley que recibió Moisés de Dios.

Si fuera cierta esa afirmación entonces se vería una retracción en indicadores que han tenido un desarrollo muy positivo, como son las horas trabajadas, remuneraciones reales (nada por la Reforma Laboral), producción manufacturera, inversión extranjera directa o el muy fuerte dato de crecimiento de las ventas entre los miembros de la ANTAD o de vehículos.

HECHOS

Es mucho más eficiente analizar hechos duros y su contexto para tomar buenas decisiones; no obstante, parecería que hay una suerte de desprecio que podría explicarse por razones que van desde las ganas de hacer drama u obtener posiciones políticas.

¿Cuáles son los hechos? La economía creció 2.5 por ciento durante el primer trimestre con respecto al año anterior.

El contexto es complicado. Durante el primer trimestre del año la economía de Estados Unidos perdió dinamismo de una manera importante por condiciones climatológicas, huelgas y algunos otros problemas.

El Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo han reportado una disminución importante en el ritmo de crecimiento de la economía.

El precio del petróleo y, por lo tanto los ingresos no sólo de Pemex sino también del gobierno federal por concepto de impuestos se han desplomado de una manera que, en otros momentos del país, hubieran generado una crisis económica.

En América Latina los países “estrella” en este momento como Perú y Chile tienen crecimientos menores al de México. Argentina y Brasil, aunque no han dado a conocer sus datos al primer trimestre, es fácil suponer que mostrarán crecimiento negativo de una manera muy importante.

Haré una figura para explicar lo que pasa en la economía. Suponga que un equipo de futbol dice que espera ganar un partido por tres o cuatro goles y sólo termina ganando por uno o dos goles.

En un mundo normal, los directivos aficionados y medios especializados se fijarán mucho más en qué lugar está en la tabla su equipo, cómo le va a las demás escuadras y festejarán que ganaron.

Al momento de ver las estadísticas no importa si los goles fueron bonitos o, si no era penal, lo que importa es cómo se ubica el equipo. Pocos, sólo los barra brava, se quejarán que el entrenador prometió más goles y por lo tanto la copa que se ganó no es valiosa.

REALIDAD

Es un hecho que la economía no está creciendo al ritmo que todos deseamos (Vamos, no juega bonito); sin embargo, se encuentra en el primer lugar de su grupo en un entorno que hace no mucho nos hubiera mandado a la segunda división.

El precio del petróleo ha disminuido 40 por ciento en unos pocos meses, lo que ha implicado una caída en los ingresos que ha sido compensada gracias a una reforma que algunos facinerosos de la política consideran como tóxica.

Cuando se analiza el contexto resulta que la política económica está funcionando de una manera positiva:

La inflación está totalmente bajo control en tres porciento a pesar de la volatilidad derivada de la apreciación del dólar. El peso mexicano es la moneda que menos valor ha perdido de la canasta de las 16 más importantes. La economía está creciendo a 2.5 por ciento a tasa anual. Está llegando la IED en cifras récord. Crecen inversión manufacturera, empleo y salarios. Al final del día, eso importa y no las expectativas.

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