La causa del Mar de Fondo y los tornados le pegará a tu bolsillo

El principal impacto negativo provendrá de los potenciales desastres naturales con los diversos costos en vidas humanas, pérdida de propiedades y daño en las cosechas.
Economía -
Tres insignes agencias climatológicas se han encargado en dictaminar que “El Niño” ha regresado. Foto: Webcams de México
Tres insignes agencias climatológicas se han encargado en dictaminar que “El Niño” ha regresado. Foto: Webcams de México

CIUDAD DE MÉXICO.- “El Niño”, con su cara de diluvios y sequías, parece que está aquí de nuevo. El clima gesta ese fenómeno cuando la temperatura de las aguas de la superficie del océano Pacífico en su zona tropical se elevan y se tornan anormalmente cálidas, lo que hace que a su vez se caliente la atmósfera.

Ese proceso altera la dinámica de los vientos, que generalmente transcurren de las presiones altas de la costa del Perú a las presiones bajas de Indonesia y Australia. Este cambio meteorológico provoca que en la región asiática del Pacífico, generalmente húmeda, se produzcan severas sequías, y en la costa de sudamérica caigan grandes trombas de agua, un comportamiento que termina por modificar los patrones climáticos del mundo.

Pues bien, tres insignes agencias climatológicas se han encargado en dictaminar que “El Niño” ha regresado: el Centro de Predicción del Clima de Estados Unidos, la Agencia Meteorológica de Japón y la Oficina Meteorológica de Australia al detectar, los tres, una temperatura de la superficie del agua del Pacífico ecuatorial más elevada que su promedio de largo plazo. Aun así, los modelos meteorológicos son endebles, más si se ven alteradas sus conclusiones por el actual proceso de cambio climático. Aunque hay consenso de que aquí está El Niño de nuevo, no hay acuerdo sobre el momento de su gestación.

Para Japón llegó el verano pasado, aunque ha permanecido adormecido, para Estados Unidos se presentó en febrero, y para Australia acaba de dar a luz. Así las cosas, no debe sorprendernos que también existan diferentes apreciaciones sobre cuál será su intensidad o por cuánto tiempo durará.

Sobre su ferocidad, la Oficina de Australia trae malos augurios. Sus mediciones indican que es un enfant terrible, el peor desde que se vio el alumbramiento de “El Niño” más revoltoso y devastador de la historia en 1997-1998, el cual ocasionó 24,000 fallecidos y 34,000 millones de dólares en pérdidas económicas.

De hecho, la oficina australiana concluye, en consecuencia, que el impacto de este “Niño” será “significativo o sustancial”.

Impacto de los fenómenos

A eso hay que sumar que se han observado algunos patrones atmosféricos en estas fechas algo inquietantes. Ahí están las gigantescas olas del Mar de Fondo, los fuertes tornados del norte de México, las devastadoras inundaciones de Texas y Oklahoma. En el otro extremo del Pacífico, se producen iracundas sequías en Australia y el sudeste de Asia.

La NASA acaba de anunciar que el periodo enero-abril de este año ha sido el más caluroso desde 1880. Incluso ese mismo registro muestra que en los últimos doce meses el agua falta en California, (y El Niño, desde luego, puede ser su redentor) además de que Sao Paulo se ahoga en una horrenda sequía.

En cuanto a su duración, las expectativas son que “El Niño” persista hasta el final de año, adquiriendo en el otoño un patrón fuerte, según algunas de las simulaciones.

De ser así, nos espera una temporada de huracanes muy agitada en el área del Pacífico (al tiempo que se reducen en el Atlántico y Golfo de México) y un invierno templado.

Implicaciones económicas

Sea como sea, el regreso de “El Niño” tendrá implicaciones económicas, si bien su magnitud depende de la intensidad del fenómeno. Desde luego el principal impacto negativo provendrá de los potenciales desastres naturales con el costo que implica en términos de vidas humanas, pérdidas de propiedades y daño en cosechas. Ése es el más importante y las autoridades deberían tomar medidas de prevención contra inundaciones, alentar la reparación de viviendas, delinear una estrategia óptima de plantaciones de semillas y acumular stocks de grano para ajustarse a condiciones climáticas anormales que pueden conducir a situaciones de escasez. En contraste con los huracanes del Pacífico, gran parte del país podría verse sumido en una situación de sequía intensa. 

Otra consecuencia negativa puede llegar por el lado de la inflación, derivado de los precios agroprecuarios y su traslación a los precios de los alimentos procesados y bebidas.

Daño agrícola

Las funestas sequías asiáticas junto con los riesgos de incendios en otras partes del planeta, debido a las elevadas temperaturas, podrían dañar las cosechas de grano.

El más vulnerable es el trigo, sobre todo por el efecto negativo de El Niño sobre Australia, el quinto exportador del mundo: él abastece sobre todo a Indonesia, su principal cliente, seguido de China. Rusia y Ucrania, otros grandes exportadores, también podrían afrontar sequías.

El arroz, por el contrario, parte de una ventaja. Existe abundancia de grano por lo que en caso de verse golpeada la cosecha asiática (Indonesias, Filipinas, India y quizás Bangladesh) se podría contrarrestar recurriendo a los stocks.

Actualmente, el arroz cotiza en mínimos de 2006 y no se aprecian tensiones en el mercado. Otras materias primas que pueden sufrir incrementos son el café, el azúcar, el cacao y el aceite de palma. En lo que se refiere al maíz, puede presentar una tendencia contraria: es de esperar que las lluvias que caerían sobre las inmensas planicies americanas propicien buenas cosechas, lo que mantendría sus cotizaciones estables.

Demanda de petróleo

También podrían ascender los precios del petróleo: la sequía asiática impulsaría la demanda de crudo tanto por la menor generación de energía hidroeléctrica como por las necesidades de riesgo.

En los países desarrollados, un verano caluroso implicaría una mayor demanda de petróleo para el uso del aire acondicionado, si bien un invierno templado disminuiría las necesidades de calefacción.

Dicho todo esto, un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre los efectos macroeconómicos de “El Niño” establece que, sistemáticamente, a su paso suben las materias primas no energéticas como energéticas.

En el primer caso, la respuesta acumulada es de 5.3 por ciento, después de un año, y en el segundo, de 13.9 por ciento.

Ahora bien, aunque los precios del petróleo podrían repuntar, en esta ocasión podría hacerlo en menor medida que en el pasado ante la opulencia petrolera de estos días.

Alza de precios

Aun así, la inflación podría resentirse a nivel global. El impacto, claro, será mucho más notorio en los países donde los alimentos tienen un peso elevado dentro de la canasta de inflación, como Indonesia o Filipinas. México no escaparía de esa tendencia: el estudio del FMI los sitúa como un país expuesto a una subida de precios con la llegada de “El Niño”, con un impacto acumulado de uno por ciento en un año.

Finalmente, por el lado del crecimiento, los efectos son varios.

El principal impacto se dejará sentir en los sectores más sensibles al clima. Ahí entra, en el caso de México, la agricultura y el turismo. También el sector de seguros, que tendría que apechugar con varios daños.

Pero creemos que México se beneficiaría de dos factores que podrían traer un impacto neto positivo sobre el crecimiento: el repunte del precio del petróleo, y el mayor dinamismo del consumo y la manufactura en Estados Unidos, que responderá de forma positiva a un clima, en general, más templado.

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